sábado, 30 de junio de 2007

Juventud / El aburrimiento



El mal del aburrimiento

Jaime Fernández Garrido

Uno de los más conocidos cantantes cubanos del siglo veinte fue Compay Segundo. En una entrevista a un periódico español, confesaba “¿Sabes lo que mata a la gente?, el aburrimiento. Tengo 92 años y creo que llegaré a los cien porque no sé aburrirme, siempre tengo alguna ilusión”. Falleció recientemente, pero antes nos dejó uno de sus mejores trabajos: “Yo vengo aquí” (compañía Dro-Eastwest).

Aburrimiento, uno de los males de nuestro siglo. Entiendo perfectamente lo que significa cuando una de mis niñas viene y me dice que está aburrida, mientras tienen la habitación llena de juguetes, libros, dvd´s, instrumentos musicales… Eso es lo que mata a la gente, tener demasiadas cosas y dejarse llevar por el aburrimiento.

El carácter del Creador es completamente diferente. La Biblia nos enseña que es el ser más gozoso que existe. Imaginativo, Lleno de ilusión, Entusiasmado. Gozoso, esas son algunas de sus cualidades más profundas cuando llegas a conocerle. Recuerda que la tristeza y la desidia son inventos de su mayor enemigo, el diablo.

Esa es la diferencia, Dios nos dejó la creación, la ilusión y la imaginación como algunos de sus más preciosos regales. El aburrimiento y la sensación de vacío son los caramelos envenenados del maligno. Dios hace brillar nuestros ojos, nosotros descubrimos lo que es la mirada perdida cuando no le vemos a El.

Podemos vivir con gozo, creando, ilusionándonos, porque eso es lo que Dios nos regala. Podemos caer en la desidia, el aburrimiento y la sensación de vacío, dejándonos arrastrar por lo que nuestra sociedad nos ofrece. Nosotros escogemos como vivir, porque muchas veces aceptamos en nuestra vida cosas que nos matan, que nos destruyen poco a poco.

Existe otra manera de vivir y consiste en tener ilusión por las cosas sencillas o grandes, por cada día, por cada momento, por lo que estamos haciendo o por algo que está llegando. Ilusión por disfrutar lo que tenemos entre manos en este mismo momento.

Si un día de estos te ataca la desidia o el aburrimiento, ya sabes qué hacer. Pide ayuda al Creador y utiliza tu imaginación. Ilusiónate por lo que estás haciendo aunque parezca algo sin importancia, porque te va la vida en ello.

(El autor es escritor, músico y director del programa «Nacer de Novo» (TVG).

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