La ventas de Biblias, un milagro
«Lo que ha sucedido con la Biblia en la China es un milagro», dice Kua Wee Seng, coordinador de la Asociación China de las SBU. «Hace apenas cuarenta años, durante la Revolución Cultural, se prohibió la Biblia y se confiscaron todos los ejemplares existentes. Sin embargo, hoy hay más Biblias que cualquier otro libro en la China; de manera no oficial es el libro de mayor venta allí. Solamente Dios puede hacer que cosas como estas sucedan, porque Dios trabaja por medio de las autoridades chinas, de la Iglesia en la China, de las Sociedades Bíblicas, y de todos y cada uno de los donantes».
No es de sorprender que con la Amity Press en Nanking, que ya ha impreso cerca de cuarenta y seis millones de Biblias en los últimos veinte años, la Biblia se haya convertido en uno de los libros más vendidos de la China. Ni sorprende tampoco que exista una gran demanda de Biblias en un país que, según algunos, tiene una de las poblaciones cristianas de mayor crecimiento en el mundo. De acuerdo con cálculos oficiales, la población cristiana de China alcanza los veintidós millones. De manera no oficial, sin embargo, se cree que podría doblarse e inclusive cuadruplicarse esa cifra.
No obstante, detrás de estas cifras masivas, los cambios que ocurren en la China se dan de una persona a la vez, al hablar del mensaje de la Biblia, según el señor Kua. «Una persona puede hablar del Evangelio con la familia y amigos, y a partir de aquí se establece una congregación», afirma. «He visitado muchas iglesias en la China, y siempre escucho la misma historia una y otra vez: que comenzó con una o dos personas. En 1994 visité un pueblito que tenía una iglesia de trescientos miembros. Había comenzado quince años antes después de que una pareja de agricultores recibiera la visita de alguien que le dejó una Biblia. No sabían leerla, así que le pidieron al hijo, que asistía a la escuela, que se las leyera todas las tardes después de la cena. La pareja se entregó a la fe, lo mismo que el hijo. Muchos de los vecinos también se convirtieron al cristianismo, y finalmente consiguieron permiso del gobierno para comprar un terreno y construir la iglesia. Hoy cuenta con trescientos miembros”.
«La Revolución Cultural fue un período muy difícil en la historia de la China; se cerraron iglesias y sacerdotes y pastores fueron enviados a trabajar en fábricas y fincas», explica. «Los líderes de la revolución trataron de destruir la Biblia, pero hubo gente que se las arregló para esconder la Biblia, o por lo menos parte de ella. En 1979, ya finalizada la revolución, se reabrieron las primeras iglesias y la impresión de Biblias comenzó en Nanking, en Shangai y en otras ciudades. «Fue en 1985 cuando las Sociedades Bíblicas Unidas ofrecieron ayudar, y desde entonces hemos trabajado muy de cerca con el Concilio Cristiano Chino, la Iglesia Católica y la Administración de Asuntos Religiosos. Ayudamos a establecer la Amity Press en Nanking, la que comenzó a funcionar en 1987, dando paso a una revolución en la impresión de Biblias en la China. Cerca de tres millones de Biblias se imprimieron entre 1980 y 1987, antes de que la Amity Press comenzara sus operaciones. A partir de entonces, se han producido cerca de cuarenta y seis millones de Biblias, la mayoría de ellas para distribución a los cristianos de la China.
( Biblia web. / ACPress.net)
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