domingo, 24 de marzo de 2013

Desde la fe / ¿Qué te impide?


  A ti, ¿Qué te impide?”

(Elaborado por nosotros, MT, siguiendo un estudio preparado por Carlos Kelly)

Me gustaría que leyeras la Palabra en Hechos 8:26-39.
En el relato intervienen tres personajes. El ángel, el eunuco etíope y Felipe.
Bien, para lo que necesitamos en este momento podemos decir sencillamente que el ángel es uno de esos seres celestiales que Dios ha usado como mensajero en múltiples ocasiones. Felipe era uno de eso varones esforzados de la iglesia que gozaba de un buen testimonio y era lleno del Espíritu Santo. Finalmente el etíope era un hombre natural de etiopia, funcionario de la reina de aquel país y que había hecho votos como eunuco para no casarse. Además este hombre, que no era judío, estaba por alguna razón, seriamente identificado con el Dios de Israel.
Cosas muy interesante podemos aprender de la vida religiosa del etíope. En primer lugar, era un hombre que tenía indudable interés en las cosas de Dios. Si te fijas, fue a Jerusalén a adorar y en el camino leía las escrituras. En segundo lugar, un hombre que hacía un espacio para Dios en su vida, aun desenvolviéndose en un ambiente de riquezas pues estaba sobre todos los tesoros de su reina. Sus trabajos y sus tesoros no eran todo para él. En tercer lugar, insistía en su búsqueda de Dios; pues ya iba de regreso a su tierra (verso 28) y seguía leyendo las escrituras.

Tú y el etíope

¿Somos como este etíope? ¿Qué señales hay en tu vida y en mi vida que pueden confirmarnos que esto ocurre hoy en nuestras vidas? He aquí algunos “tips”:
·         Es necesario que reduzcamos la distancia del dicho al hecho y que nuestro interés por Dios motive acciones en nuestras vidas.
·         Es necesario que dediquemos tiempo para buscar de Dios y que explotemos los recursos que pueda haber disponibles para que nuestro interés sea satisfecho.
·         Podemos mostrar un real interés, una evidencia de que las cosas de Dios son muy importantes para nosotros y de que estamos dispuestos a insistir hasta llegar al conocimiento de Dios en señales como estas: la lectura de la Biblia,  la participación en las células, la visita a la iglesia, la consulta a líderes y a personas en quienes apreciamos una huella de Dios, la oración

Ten la misma actitud del etíope: ruega que te enseñen, que te acompañen (Hechos 8:31).

En él yo veo sinceridad, pues reconoce que a pesar de todo su esfuerzo y de cumplir un ritual religioso (vino desde una distancia de más de 400 kilómetros ¡y no había vehículos de motor!). Muchas personas hoy se conforman con el hecho de pertenecer a una religión y se pasan la vida cumpliendo rituales, pero sin conocer a Dios y sin entender que Dios tiene para ellos y sin experimentar la realidad de ser un hijo de Dios.

Veo también su diligencia. No solo reconoció que no entendía lo que leía, sino que aprovechó la primera oportunidad que tuvo y rogó a Felipe que le explicara. ¡Qué diferente el panorama de hoy para muchos! ¡Parece que hay que rogarles para que nos permitan explicarle la Palabra de Dios, conozcan a Dios y se salven! ¿Será tu caso? Espero que no… el llamado es a esforzarnos.

El pasaje que lee el etíope y que no entiende hace referencia a un acontecimiento que celebramos en esta llamada Semana Santa:

Como oveja a la muerte fue llevado;
Y como cordero mudo delante del que lo trasquila,
Así no abrió su boca.
En su humillación no se le hizo justicia;
Mas su generación, ¿quién la contará?
Porque fue quitada de la tierra su vida (Hechos 8:32-33).

No entendía, como muchas veces no entendemos nosotros, como muchas veces no entienden aquellos a los que predicamos. Y entra Felipe en acción:

“Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús” (Hechos 8:35).

Anunciar el Evangelio no es una opción para un cristiano, es un mandato.
Algunos pasajes de la Escritura pueden ilustrarnos sobre lo que Felipe le explicó al eunuco.
·         Isaías 53:5-8: Dios promete un salvador que habría de sufrir por nosotros.
·         Juan 3:16-18: Es el cumplimiento de esa profecía porque Dios nos ama.
·         2 corintios 5:18-21: Dios se acercó a nosotros y ahora espera que nos reconciliemos con El.
·         Mateo 28: 18 20: Dios espera que creamos y confesemos nuestra fe al bautizarnos en las aguas.

¿Que hizo el etíope al entender todo esto? Hombre diligente e interesado seriamente en conocer  a Dios, buscó la primera oportunidad para confesar su fe y abrazar el evangelio que fue su salvación. Preguntó: ¿Qué impide que esto sea realidad en mí hoy? Y en ese mismo momento pudo ser bautizado. ¡Qué alegría para él!

“Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?” (Hechos 8:36).

A ti
¿Qué te impide creer y ser bautizado?
¿Qué te impide crecer en la vida cristiana?
¿Qué te impide predicar el evangelio?
¿Qué te impide servir con todas tus fuerzas al Señor?
¿Qué te impide una vida de intimidad con El?
No permitas que nada te impida o detenga…

¡Qué Dios te bendiga!

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