domingo, 7 de abril de 2013

Desde otra óptica / Esclavos emocionales

El cautiverio de los libres


Salmos 34:1-8 nos enseña un principio de extrema importancia; “tu puedes ser libertado en el espíritu y seguir atado emocionalmente”.  


1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
su alabanza estará de continuo en mi boca.
2 En Jehová se gloriará mi alma;
lo oirán los mansos y se alegrarán.
3 Engrandeced a Jehová conmigo
y exaltemos a una su nombre.

4 Busqué a Jehová, y él me oyó
y me libró de todos mis temores.
5 Los que miraron a él fueron alumbrados
y sus rostros no fueron avergonzados.
6 Este pobre clamó, y lo oyó Jehová
y lo libró de todas sus angustias.
7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen
y los defiende.
8 Gustad y ved que es bueno Jehová.
¡Bienaventurado el hombre que confía en él!

Un gran porcentaje de los problemas que sufren los cristianos en esta generación no tienen nada que ver con lo espiritual, sino con lo emocional.Muchos cristianos, aun con sus nombres inscritos en el libro de la vida permanecen deprimidos, amargados y llenos de resentimientos, entre muchos otros achaques. Parece contradictorio que una persona que haya sido liberada espiritualmente se encuentre presa con ataduras emocionales.

David era un hombre que conocía a Dios y caminaba con El, pues era redimido, en cuanto a las normas de redención del viejo pacto. Era el amigo, era el cantor de Jehová  y tenía el corazón de acuerdo al corazón de Dios, sin embargo del versículo 4 al 6 en el Salmo 4, David revela que tenía atadura de emociones tóxicas como son el temor, la vergüenza y la angustia.

Las emociones tóxicas son aquellas que te van envenenando, son aquellas que ya no deberían estar en ti, pero siguen surgiendo.  La Biblia habla de personas que, aun después de haber caminado con Dios le brotan raíces de amargura; ¿por qué?,  porque el Señor cortó el fruto y cortó el árbol, sin embargo algunos preservaron raíces.

Hay personas que odian a alguien que ya murió, hay mujeres que odian al nuevo marido, porque el anterior la maltrató. Hay otros que no pueden hacer negocios hoy porque hace unos años alguien lo engañó. Y los ves sentados en la iglesia sin poder avanzar, porque aunque fue cortado el fruto de la maldad en su vida, los traumas, los complejos, la tristeza, la depresión están metidos allí y de vez en cuando brotan. Son raíces de amargura, y David aun teniendo una relación con el Señor vivía atado,  por estas emociones tóxicas.

Hoy en día muchos cristianos no pueden disfrutar una vida en abundancia, aun sabiendo que van camino al cielo, que Dios anda con ellos y que están llenos del Espíritu Santo. Permanecen sentados en la iglesia cegados por el chisme; batallan con la lujuria, la fornicación, el odio y la rebeldía sin saber que a veces no son problemas espirituales, sino que su origen está en conflictos emocionales sin resolver, tales como el temor, la vergüenza y la baja autoestima.

Es así como una vida que está supuesta a reflejar la gloria de Dios se convierte en una que produce oscuridad.

David declara en esta lectura, “El me libró de todos mis temores” y la palabra “Librar” en el original hebreo quiere decir arrebatar del maligno; y yo les voy a decir algo; ustedes pueden ser arrebatados del maligno espiritualmente y todavía el enemigo te tiene un pie agarrado cuando usted está odiando, cuando no está perdonando, cuando está en rebeldía, cuando está fornicando. Por esta razón, aun siendo cristiano necesitamos liberación.

Si usted tiene un problema emocional usted tiene que ser liberado por la unción del Espíritu de Dios. No dije que estés endemoniado, pero el enemigo te tiene un tobillo agarrado, pues si el diablo no te puede detenerte de ir a la fiesta, te la va a amargar, y esto es lo que ha hecho con muchos cristianos.

Hoy necesitamos entender que Dios es nuestro redentor y que el nos hizo nuevos, que fuimos hechos a su semejanza por dentro y por fuera. Cuando asumimos de corazón esta verdad, entendemos que lo que sale de nuestra boca deben ser palabras de afirmación y optimismo.

Si entendiéramos la magnitud de nuestro Padre celestial, lo que El ha hecho por nosotros y asumiéramos el valor que tenemos ante El, no tuviéramos problemas de temor,  ni baja autoestima. Caminaríamos confiados y seguros, enfocados única y exclusivamente en vivir para Dios, por Dios y en Dios.

Tomado de:
http://www.segadores.com/newlayout/spanish/

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