Lecciones previas al Padre Nuestro.
El pasado domingo 7 de abril (2013) el Pastor Rafael Montalvo nos habló del contexto en que se produce la petición de un discípulo a Jesús: enséñanos a orar. Este contexto implica algunas lecciones previas que podemos aprender y que aquí organizamos a partir de la prédica del Pastor Montalvo. Empieza leyendo Mat. 6:9-15
Primero. Jesús vivió una vida de oración. La vida del Hijo del Hombre aquí en la tierra se
caracterizó por la comunión que tuvo con su Padre mediante la oración. Dedicaba
noches enteras exclusivamente a ella, y ese
buen hábito no pasó desapercibido a sus seguidores. Reconociendo el valor
de ese ejercicio espiritual, uno de ellos le pidió que los enseñara “a orar,
como Juan también enseñó a sus discípulos” (Mc 1:35; Luc 4:42; Luc. 5:15, 16; Mt.14:22,23; Mc 6:31; Luc. 11:1 (Además,
en Lucas: 3:21; 5:16; 6:12; 9:18; 9:28-29…).
Segundo. Los discípulos vieron los resultados de esta vida de oración de Jesús.
El les dio un ejemplo. Ejemplo
inspirador. Ellos le veían. Y esto motivó a los discípulos a pedirles que
les enseñara a orar. Esto también implica la humildad del
discípulo. Porque si piensa que lo sabe todo, no pide que se le enseñe.
Tercero. Orar es parte de una vida cristiana. “Cuando ores…”. No hay cuestionamientos acerca de la
oración. Si debemos hacerlo o no. Se da por sentado de que lo vamos a hacer.
De que lo haremos. Pasar tiempo con Dios es un privilegio de los hijos de Dios.
Ahí encontramos comunión, compañerismo, recibimos palabras, revelación,
fortaleza, dirección, paz, etc.
Cuarto. La oración es vital (si no
están en mí, no pueden dar frutos). Es una de las formas de mantenernos
conectados con Dios el Padre. Es una de
las formas de mantener nuestras vidas ardientes, sintonizadas con Dios.
Mantener nuestros corazones con la pasión por Dios. Nos ayuda a mantener la
vida limpia, confesando nuestros pecados.
Quinto. El modelo para orar no son los
religiosos. No son esas personas que públicamente se conocen orando. Ellos
NO son nuestros modelos.No son los ejemplos a seguir. Jesús los cataloga como
hipócritas.
Sexto. La mejor forma (no la única) de
orar es buscando privacidad. Ejs: Jesús se iba a un lugar desierto, las
mujeres en Filipos iban fuera de la ciudad, al rio, Pedro subió a la azotea a
orar, los discípulos oraban en un aposento alto, etc. (Daniel, David, Moisés). Encontramos a Dios, al Padre en la soledad,
en lo privado, donde nadie nos ve. ¡Ahí le encontramos! Estamos llamados a
salir del ruido, de la multitud, de las distracciones. El llamado es a
buscar un lugar de intimidad, un lugar tranquilo, aislado y pasar tiempo con
nuestro Dios. “Entra en tu aposento y cierra la puerta…está en lo secreto”.
Buscamos un lugar privado, sin distracciones.
Séptimo. Al orar, no te canses. Muchas
veces en el Reino de Dios hay un tiempo de espera donde no vemos frutos, no
vemos resultados, que a veces nos puede llevar a desmayar, a desalentarnos, a
abandonar lo que estamos haciendo. ¡No desmayes! ¡Sigue haciendo lo que es correcto porque a su tiempo segarás, si no
desmayas! ¡Sigue orando por tu familia! ¡Sigue orando por sanidad! ¡Sigue
orando por recursos! ¡Sigue orando por esa situación! ¡Tu Padre que VE en lo
secreto te recompensará en público! ¡A su tiempo recibirás respuesta a tus
peticiones!
Octavo. Los gentiles tampoco son un buen modelo para orar (no
se trata de religiosos). Hay quienes oran para escucharse a sí mismos. Hablan
mucho (y no necesariamente por esto serán escuchados). No porque hablemos bonito o usemos palabras rebuscadas
seremos mejores escuchados. No porque hablemos mucho Dios nos va a hacer más
caso. O porque repitamos la misma frase muchas veces (10 Padre Nuestro ó 5 Ave
María). Recibir de Dios, ser escuchados
por Dios no tiene que ver con hablar mucho o repetir mucho. Esta es una de las
diferencias entre rezar y orar. Rezar implica repetir. Orar implica hablar,
conversar.
Noveno. Cuidado con las posturas religiosas que dan más poder
a la forma que al fondo! Formas que
nos colocan como más espirituales que los demás…son una tentación para imitar,
para dejarnos llevar por esa corriente. Ej: si no decimos “en el nombre del
Padre, del Hijo y del E.S.” no leemos la Palabra de Dios….o ponerse de pies, o
arrodillarse…etc. Estas cosas no son malas en sí mismas, pero podemos hacer
patrones, modelos religiosos, adjudicándoles poder e importancia a la forma más
que al fondo. Deteniéndonos y viviendo por la forma y no por el fondo.
Décimo. Recuerda que nuestro Padre Dios SABE cuáles son
nuestras necesidades. El conoce
lo que necesito. Él sabe perfectamente cuál es mi condición. Sabe cuáles son
mis carencias. Él sabe cuáles son las cosas que están en mi corazón que me
están inquietando. El conoce las cargas que tengo en mi mente y mi corazón. Él
sabe…ANTES de que yo le pida…Él ha visto
mi vida…mis cargas, mis luchas, mi dolor, mi sufrimiento…ANTES de que yo
vaya delante de El a derramar mi corazón. A pedirle por mi situación.
Undécimo. Finalmente, recuerda que regimos nuestras vidas por
los principios de la Palabra de Dios. Principio de pedir y recibir. Principios en la Biblia. Principios en lo natural,
humano. “El que se humilla…el que da…el que siembra…etc. Leyes, principios que
se cumplen y que Dios ha establecido. Aunque Él tiene la potestad para
cambiarlos…caminar sobre las aguas…hacer bien por Su soberanía y misericordia…
El próximo domingo 14 de abril continuaremos viendo los diversos aspectos del Padre Nuestro. Que Dios les bendiga!
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