La verdadera Libertad
Juan 8:31-32: “Dijo entonces
Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en
mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres.”
Juan 8:34-36: “Jesús les
respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado,
esclavo es del pecado. El esclavo no queda en la casa para siempre; el
hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis
verdaderamente libres.”
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Ana Ysabel Acosta, junto a nuestra hija Laura María. |
Es hermoso pensar en la libertad, pero es aun más hermoso
disfrutar de ella.
Uno de los anhelos perenne del ser humano es ser completamente libre, libre de
esclavitud, de presiones, de dominios. Muchas naciones han luchado
en determinados momentos por ser libres del dominio de otro reino o
nación. De hecho muchas de ellas tienen un día especial para celebrar con gran
regocijo la libertad y tienen uno varios libertadores a los cuales admiran,
recuerdan y respetan dándoles el título de héroes nacionales.
Nuestro país, al igual que muchos otros también tiene sus
héroes y libertadores, recordamos en estas fechas precisamente a Juan Pablo
Duarte, Matías Ramón Mella, Francisco del Rosario Sánchez, entre otros, quienes
al diseñar el escudo de nuestra nación colocaron en su centro una biblia
abierta en un versículo del pasaje del evangelio que leímos al principio, Juan 8: 32 “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Estas palabras toman para
nosotros el mayor de los significados cuando recordamos que quien las pronunció
es nada menos que Jesucristo: el Hijo del Dios vivo.
Al igual que las naciones, el ser humano también
requiere de un libertador, alguien que tome la iniciativa ya que ninguno
de nosotros está en capacidad para hacerlo. Esto fue lo que Jesucristo hizo por
nosotros en la cruz del Calvario, donde se convirtió en nuestro verdadero
libertador, en nuestro héroe y nos ofrece una libertad completa. ¡Jesús murió
para hacernos Libres!
Cuando aceptas la libertad que Jesús te ofrece puedes
experimentar una vida nueva libre de oscuridad, del pecado y del dominio
del enemigo de nuestras almas que es Satanás.
En Este pasaje
de Juan 8: 31 y 32 hay tres aspectos especiales que Jesús menciona
y que me gustaría escudriñar esta mañana: Leer el pasaje de nuevo: “Dijo entonces Jesús a los
judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra,
seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y
la verdad os hará libres.”
Esos aspectos
son:
1. Ser discípulos de Cristo
2. La verdad
3. La libertad
Vamos a ver de
manera rápida esto:
1. Ser discípulo de Cristo, ¿qué significa esto?
En Mateo 16:24 Jesús dijo a sus
discípulos: “Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene
que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.”
La palabra discípulo literalmente significa
aprendiz, pero el contexto en que Jesús habló,
ser discípulo significa algo más, Jesús nos está llamando a ser
imitadores de El como nuestro maestro, a ser como El. En Juan 8.31 “Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les
dijo: Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos.”
Muchos pueden ser creyentes, creen en Jesús…pero
no son necesariamente discípulos del Señor en el sentido estricto de la
palabra. Los discípulos le obedecen, le siguen, le agradan. Permanecen en Su
Palabra.
Hay algunas características de definen a un
discípulo:
a) Un verdadero discípulo de Jesús es el
que aprende activamente a través de observaciones e interacciones de primera
fuente con su maestro, que está siendo moldeado por él para hacer el tipo de
trabajo que él mismo realiza, es alguien impulsado por el amor de Dios para
seguirlo y ser como él.
b) Un verdadero discípulo es aquel que “oye
al maestro y le sigue” dejando todo atrás para asumir un compromiso total con
Jesús. Mateo 4: 20-22; “20….Más
adelante vio a otros dos hermanos: Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban
con su padre en una barca remendando las redes. Jesús los llamó, 22 y dejaron
en seguida la barca y a su padre, y lo siguieron”
c) Un discípulo verdadero es aquel que se
compromete con el Señor y carga con la cruz que significa aceptar sus propias
limitaciones, sus defectos, y todas aquellas cosas que nos cuestan en la vida o
que podrían hacernos volver atrás y, a pesar de todo ello, sigue adelante junto a Jesús.
d) Un verdadero discípulo es aquel que
hace la voluntad de Jesús, es decir que no se queda solo con las palabras de
Jesús como enseñanzas bonitas, sino que
permite que ellas lo transformen, cambiando su manera de vivir, de pensar, de
actuar y dando frutos para mostrar a otros de quien es discípulo.
Ser un discípulo de Jesús, en síntesis, es más
que un pensamiento o un deseo, es un carácter, es una forma de vida. Podemos Comprender esto? Pablo lo explicó muy
bien en Gálatas 2:20 “…ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mi…”
El verdadero discípulo tendrá la actitud de Juan el
bautista, cuando dijo Juan 3:30 “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe”.
Debemos buscar que Jesucristo sea el glorificado, el
levantado, el honrado y que nosotros como sus discípulos seamos los siervos
humildes, amables, temerosos de Dios y dispuestos a entregar nuestras vidas
como sacrificio vivo de olor fragante para la Gloria de Dios.
¿Tienes tu corazón dispuesto para ser verdadero
discípulo de Jesús, aquel que escucha, reconoce su voz, le sigue y obedece?
2. Un segundo aspecto del texto: La verdad.
El diccionario define a Verdad como la propiedad
que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna. Es el
juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.
Cuando hablamos de verdad hablamos de que esta es
única, todo lo que sea diferente o diga algo parecido, pero cambiando
algún aspecto, ya no es verdad, se convierte en mentira o en una verdad
adulterada y por lo tanto no es verdad.
La palabra de Dios es única, y proviene de
una fuente fidedigna Dios mismo.
Ella no es copia de otra ni se parece a
otros libros, no existen varias especies de palabras de Dios. Esta palabra fue
dada mediante el mismo Espíritu de Dios. La verdad está escrita en
la Palabra, no podemos agregarle ni quitarle nada pues
perdería su consistencia y dejaría de ser verdad y de venir de Dios. La Biblia dice que todo aquello que sea
cambiado en ella es anatema; o sea verdad de hombres, filosofía de hombres.
En Efesios.4:14-15 leemos “para
que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en
todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”.
En estos tiempo somos bombardeados de mucha
información bíblica a través de la radio, la TV, Internet, etc., y algunos
abren la puerta de su entendimiento y de su corazón recibiendo todo eso sin
discernir, pudiendo ser contaminados, confundidos y engañados creyendo que es
la verdad lo que allí se dice, ya que muchas veces se nombra a Cristo y lo
que se escucha es agradable a nuestros oídos. Debemos tener cuidado con esto pues puede
afectar nuestra fe.
Hay otros que engañados siguen a hombres, falsos profetas con doctrinas falsas y de
estos nos advierte la palabra de Dios también que nos cuidemos ya que en el
último tiempo aparecerán muchos aparentando mostrar a Jesucristo, pero en
verdad llenos de engaño. Efesios 4:14 "para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados
por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error".
Para conocer plenamente la verdad tenemos que leer,
estudiar y escudriñar la palabra de Dios, pidiendo al Espíritu Santo que nos de
revelación y entendimiento, pues si seguimos a hombres seremos como
ciegos guiados por otro ciego, pero si escuchamos La voz del espíritu
santo, seremos guiados por aquellos caminos que de antemano Dios ha preparado
para nosotros.
Examínenos nuestro corazón para que no seamos uno de
estos, sino mas bien uno de aquellos que han oído la voz del Espíritu Santo y
han respondido efectivamente a su llamado: Hebreos
3:7-8 “Por lo cual,
como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis
vuestros corazones,”.
Seamos celosos en recibir y guardar la verdad de Dios
no adulterada, la sana doctrina, como nos dice Hechos 17: 11 “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica,
pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las
Escrituras para ver si estas cosas eran así.”
Jesucristo es la verdad: Juan 14:6 “…Yo
soy el camino la verdad y la vida”, si
tienes alguna pregunta, si hay algo que está dentro de ti y que no te
permite seguir adelante, vuélvete a El hoy y busca la verdad en El, El es el
metro con el que se mide la verdad, El tiene la respuesta correcta, es más,
El es la respuesta de todo en tu vida.
En Juan 16:7
Jesús habló directamente sobre esto diciendo: “Pero cuando
venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará
por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las
cosas que habrán de venir.”
Esta promesa fue cumplida en el día de Pentecostés,
y te pregunto: eres tu una nueva criatura?, has tu nacido de nuevo?, si la
respuesta es sí, entonces El está dentro de ti y nunca te dejará, El es quien
te guiará a toda la verdad (a Cristo) , El no está lejos de ti pues ha tomado
habitación dentro de ti, tu eres su templo y puedes en verdad hablar con El
cuándo lo desees, en ti esta la verdad y puedes caminar y vivir en ella.
3. Tercer Aspecto: La libertad.
¿QUÉ ES LA LIBERTAD? Ha sido
definida como la facultad natural que tiene el hombre de actuar de una manera o
de otra, y de no actuar, por lo que es responsable de sus actos.
¿Pero qué significa ser libre? En Juan 8: 36 Jesucristo describe la libertad:
“Así que, si el Hijo os
libertare, seréis verdaderamente libres”. ¿Cuál es la completa
libertad? La respuesta es sencilla: Conocer
a Jesús, la libertad se hizo visible en la vida de Jesús y en el está
completa. En El no hay pecado, satanás
no tiene potestad sobre El pues El lo derrotó y lo exhibió derrotado, El está libre de toda oscuridad pues el es la
luz.
El está también libre del temor, pudo denunciar a los
líderes religiosos de aquel entonces ya que no tenía ningún temor por las
sectas de los fariseos que le perseguían e intentaban matarle. Jesucristo
sabía claramente qué pasaría cuando llegará a Jerusalén pero no temía llegar
allí. En El no hubo enfermedad alguna ya que su cuerpo estaba libre de ésta. El
estaba libre de todo esto y mucho más.
Pero Jesucristo no solamente estaba libre de estas
cosas, sino que también era libre para hacer la voluntad de su Padre y con
libertad escogió dar su vida por la nuestra como pago por nuestro pecado y ni
la muerte lo venció pues El resucitó al tercer día.
Esa libertad que disfrutaba Jesús
es la misma que te ofrece a ti hoy y a todos los que en El creemos, la palabra
nos afirma esta verdad en Gálatas 2:20 “Con
Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y
lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí”.
Si en verdad deseamos con todo nuestro corazón vivir
en libertad entonces debemos permitirle a nuestro espíritu, renovado en
Jesús, que tome el control de nuestra carne y nuestros pensamientos y de esta
forma vivir una vida plena en la libertad que ya Cristo conquistó para nosotros
y que nos ofrece si entregamos nuestra vida a El.
Pablo nos afirma esta verdad en Romanos 8:19-22 “Porque el
anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de
Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia
voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también
la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad
gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la
creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;”.
Amados hermanos y amigos la creación misma está
deseando que sea manifestada esta libertad de Cristo.
Deseo concluir con esta pregunta: ¿Cómo
podemos conocer la verdad, ser discípulos verdaderos de Jesús y alcanzar la
verdadera libertad en Cristo?
El mismo Señor nos responde en Juan 8:32 “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis
discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”.
¡Tenemos que conocerle y permanecer! La vida cristiana
es un crecer continuo. Es una vida de revelación. De aprender cada día y experimentar
nuevas verdades de Dios. En la medida que tenemos revelación, conocimiento
aplicado, crecemos y experimentaremos mayores niveles de esa verdadera libertad.
Disfruta de esta libertad que tu creador quiere darte
hoy!