martes, 15 de abril de 2014

Vida de fe y negocios



Empresarios cristianos:
Desarrollando negocios a la manera de Dios

Estas ideas fueron tomadas de una conferencia impartida por Robert Allsup hace unos tres años. A nosotros, cristianos, hombres y mujeres de negocios, pueden servirnos para entender la responsabilidad que significa administrar a la manera de Dios. Debes convencerte de que las ideas de Dios funcionan, tanto como en su negocio, familia o finanzas. Sin embargo, para hacer las cosas como Dios las hace, debe de escuchar, creer  y obedecer. En la foto, Robert y Joanne Allsup. El nos ha visitado, es director de hombres en Southwest Harvest Church, y ella trabaja en la iglesia de niños.
¿Por qué prosperan los no creyentes financieramente en los negocios? Se rigen por principios, que constituyen la base de un sistema y que son válidos, casi todos, para creyentes como para no creyentes. Estos principios han sido establecidos por Dios. Ocho son accesibles al creyente y al no creyente, dos son de nuestra exclusividad. He aquí los principios…

Primer principio. Tienes que ser diligente. Prov 10:4. El perezoso pronto empobrecerá, el diligente prosperará.

Segundo. Tienes que planificar y establecer metas. Lee Prov 16:1-3. Podemos hacer nuestros propios planes, pero Dios es quien endereza nuestros pasos. Una meta sin fecha es simplemente un deseo. Las metas siempre están por escrito. Escribir lo que se quiere lograr, por qué se quiere llevar eso a cabo, cuándo, con quién tienes que contar. No logramos a veces las metas porque no tenemos la disciplina de anotarlo, de determinar lo que hay que hacer para alcanzarlo, e implementar un plan para lograr lo propuesto. Trabajemos sobre metas a corto, mediano y largo plazo.

Tercer principio: trabajo duro. Leeamos Proverbios 6:9-11.  Hay que trabajar arduamente: Tú, perezoso, por cuánto dormirás… un poco de sueño, de cama… la pobreza te atacará como ladrón y la escasez te asaltará como maleante. El trabajo arduo no siempre garantiza el éxito, pero la falta de un trabajo o esfuerzo arduo casi siempre implica el fracaso.

Cuarto principio: Astuto – medido con el dinero. La parábola del mayordomo malo (Lcs 16) nos indica la astucia con la que se desenvolvió en el área financiera. El hecho de que seas cristiano no significa que tomes decisiones financieras malas y esperar que Dios te saque del apuro de cada una de tus decisiones estúpidas. Sabiduría es necesaria en este aspecto.
Dios espera que mantengas tu vista sobre tu dinero. Debes conocer la estructura de tu negocio, el margen de ganancia, los requerimientos de caja chica, sus flujos, etc.  Es tu responsabilidad ser astuto financieramente hablando y poner atención a las áreas financieras de tu negocio. Muchas experiencias conocemos en donde un empleado ha hecho mal uso del dinero, porque el dueño no mantuvo su vista sobre el dinero y terminó pagando el precio.

Quinto principio: hay que crear relaciones. Los negocios es cuestión de relaciones con clientes, con empleados, con quienes suplen. Tu negocio escalará o se caerá basado en la calidad de las personas y el nivel de servicio que puede proveerse. Construyan sobre personas realmente excepcionales. Hay que poderse comunicar bien, articular de manera clara lo que se espera de ellos y elevarlos a un estándar alto… si hacen esto, muchos problemas serán eliminados.

Sexto principio: Ser generoso. En Prov 22:9: Bienaventurados los generosos, porque ellos dan de comer al pobre. Uno de los principios es que no puedes consumir tus ganancias sobre ti, tienes que estar dispuesto a ser un dador generoso de las ganancias…

Séptimo principio: Fiel.  Conocemos el relato como la parábola de los talentos (Mt 25:29). Uno de ellos tomó lo que tenía y lo enterró en la tierra. No lo perdió, los otros tampoco. Dios no quiere que tú le devuelvas lo que te entregó, Dios siempre exige un aumento. No importa de cuánto sea. Aquel siervo infiel le robó a su amo una oportunidad de ganancias. Muchas veces hacemos lo mismo con nuestro tiempo, talento, habilidades… no le devolvemos a Dios la ganancia que él espera de nosotros. Y El nos promete que si invertimos habrá ganancias para ti, para que puedas proveer a tu famiila, para que podamos ser generosos con los demás…  Si no administramos bien, Dios parece que nos quita hasta lo poco que tenemos. Dios espera ganancias.

Octavo principio: Experto. En Proverbios 22:29, Dios espera que seamos expertos. Necesitamos la ayuda de otros. Estamos conectados, somos un cuerpo. No me puedo dar con un martillo en el dedo sin que el cuerpo completo sienta dolor. La biblia dice que en la abundancia de consejeros hay sabiduría.

Noveno principio: los beneficios de ser cristiano en el mundo de los negocios. Hay tres beneficios que obtenemos por el hecho de ser cristianos en el mundo de los negocios:
Provisión que trae la Gloria a Dios. Glorifica a Dios el hecho de que El pueda asistirte con beneficios y ayudarte en problemas. Te da salida cuando no había salida. Deut 8:18 dice que Dios nos da el poder para obtener riquezas. En Prov 10:22 nos dice que la bendición de Jehová es la que enriquece y no añade tristeza con ella.
Da a Dios la oportunidad de formar, edificar nuestro carácter: paciencia, amor, humildad, integridad. El quiere desarrollar estas cualidades en nosotros en la tierra. Mientras seamos cristianos en el mundo de los negocios, Dios usa problemas y dificultades para enseñarnos. Utiliza personas difíciles, pocos razonables, enojadas, para enseñarnos amor. Usa circunstancias imposibles para enseñarnos humildad. Y usa las promesas quebradas y compromisos no cumplidos para enseñarnos integridad
Es una oportunidad para ser testigos, para testificar. Los no cristianos están en el mercado. Dios permite que seamos testimonio para él en el mercado, en el campo de acción.  Muchas veces no hay que decir nada, porque el no cristiano está viendo nuestras acciones. En Prov 22:1 dice que estimemos más el buen nombre que las muchas riquezas,  la buena fama más que la plata y el oro.

Décimo principio. Da tu negocio a Dios y contarás con su favor. Dios permitirá que un no cristiano prospere, pero no permitirá que un no cristiano use su sabiduría o su favor para prosperar. La sabiduría es la habilidad de saber qué hacer y cuándo hacerlo ante cualquier circunstancias. En Santiago: si alguno está falto de sabiduría, que le pida a Dios…. Sus hijos deben pedir sabiduría, sabiduría que sólo proviene de Dios.
Cuando así procedes, El pone su favor sobre tu negocio. Puede hacer que consigas oportunidades que a lo mejor no lograrías por otro lado. El favor de Dios puede traerte negocios nuevos que a lo mejor en lo natural no conseguirías. Te permitirá competir en el mercado, en el mundo de los negocios.
La sabiduría de Dios y el favor de Dios te da una ventaja de competencia significativa, una ventaja competitiva es algo que permite desempeñarte mejor que tu competencia. Una ventaja competitiva de este tipo de ayuda a sobresalir con relación al resto del mercado, te permite diferenciarte…

La ventaja competitiva de parte de Dios es su sabiduría y su favor.

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