Empresarios cristianos:
Desarrollando negocios a la manera
de Dios
Estas
ideas fueron tomadas de una conferencia impartida por Robert Allsup hace unos
tres años. A nosotros, cristianos, hombres y mujeres de negocios, pueden
servirnos para entender la responsabilidad que significa administrar a la
manera de Dios. Debes convencerte de que las
ideas de Dios funcionan, tanto como en su negocio, familia o finanzas. Sin
embargo, para hacer las cosas como Dios las hace, debe de escuchar, creer y obedecer. En la foto, Robert y Joanne
Allsup. El nos ha visitado, es director de hombres en Southwest Harvest Church,
y ella trabaja en la iglesia de niños.
¿Por
qué prosperan los no creyentes financieramente en los negocios? Se rigen por principios, que constituyen la base de un
sistema y que son válidos, casi todos, para creyentes como para no creyentes.
Estos principios han sido establecidos por Dios. Ocho son accesibles al
creyente y al no creyente, dos son de nuestra exclusividad. He aquí los principios…
Primer principio. Tienes que ser
diligente. Prov 10:4. El perezoso
pronto empobrecerá, el diligente prosperará.
Segundo. Tienes que planificar y establecer metas. Lee Prov 16:1-3. Podemos hacer nuestros propios planes,
pero Dios es quien endereza nuestros pasos. Una meta sin fecha es simplemente
un deseo. Las metas siempre están por escrito. Escribir lo que se quiere
lograr, por qué se quiere llevar eso a cabo, cuándo, con quién tienes que
contar. No logramos a veces las metas porque no tenemos la disciplina de
anotarlo, de determinar lo que hay que hacer para alcanzarlo, e implementar un
plan para lograr lo propuesto. Trabajemos sobre metas a corto, mediano y largo
plazo.
Tercer principio: trabajo duro. Leeamos Proverbios 6:9-11. Hay que trabajar
arduamente: Tú, perezoso, por cuánto
dormirás… un poco de sueño, de cama… la pobreza te atacará como ladrón y la
escasez te asaltará como maleante. El trabajo arduo no siempre garantiza el
éxito, pero la falta de un trabajo o esfuerzo arduo casi siempre implica el
fracaso.
Cuarto principio: Astuto – medido con el dinero. La
parábola del mayordomo malo (Lcs 16) nos indica la astucia con la que se
desenvolvió en el área financiera. El hecho de que seas cristiano no significa
que tomes decisiones financieras malas y esperar que Dios te saque del apuro de
cada una de tus decisiones estúpidas. Sabiduría es necesaria en este aspecto.
Dios espera que mantengas tu vista sobre tu dinero. Debes conocer la estructura de tu negocio, el margen de
ganancia, los requerimientos de caja chica, sus flujos, etc. Es tu responsabilidad ser astuto
financieramente hablando y poner atención a las áreas financieras de tu
negocio. Muchas experiencias conocemos en donde un empleado ha hecho mal uso
del dinero, porque el dueño no mantuvo su vista sobre el dinero y terminó
pagando el precio.
Quinto principio: hay que crear relaciones. Los negocios
es cuestión de relaciones con clientes, con empleados, con quienes suplen. Tu negocio escalará o se caerá basado en la
calidad de las personas y el nivel de servicio que puede proveerse. Construyan
sobre personas realmente excepcionales. Hay que poderse comunicar bien,
articular de manera clara lo que se espera de ellos y elevarlos a un estándar
alto… si hacen esto, muchos problemas serán eliminados.
Sexto principio: Ser generoso. En Prov 22:9: Bienaventurados los generosos, porque ellos
dan de comer al pobre. Uno de los principios es que no puedes consumir tus
ganancias sobre ti, tienes que estar dispuesto a ser un dador generoso de las
ganancias…
Séptimo principio: Fiel. Conocemos el relato como la parábola de los talentos (Mt
25:29). Uno de ellos tomó lo que tenía y lo enterró en la tierra. No lo perdió,
los otros tampoco. Dios no quiere que tú le devuelvas lo que te entregó, Dios
siempre exige un aumento. No importa de cuánto sea. Aquel siervo infiel le robó a su amo una oportunidad de ganancias.
Muchas veces hacemos lo mismo con
nuestro tiempo, talento, habilidades… no le devolvemos a Dios la ganancia que
él espera de nosotros. Y El nos promete que si invertimos habrá ganancias para ti, para que
puedas proveer a tu famiila, para que podamos ser generosos con los demás… Si no administramos bien, Dios parece que nos
quita hasta lo poco que tenemos. Dios espera ganancias.
Octavo principio: Experto. En Proverbios 22:29, Dios espera que seamos
expertos. Necesitamos la ayuda de otros. Estamos conectados, somos un
cuerpo. No me puedo dar con un martillo en el dedo sin que el cuerpo completo
sienta dolor. La biblia dice que en la abundancia de consejeros hay sabiduría.
Noveno principio: los
beneficios de ser cristiano en el mundo de los negocios. Hay tres
beneficios que obtenemos por el hecho de ser cristianos en el mundo de los
negocios:
Provisión que trae la Gloria a Dios. Glorifica a Dios el hecho de que El pueda asistirte con
beneficios y ayudarte en problemas. Te da salida cuando no había salida. Deut
8:18 dice que Dios nos da el poder para obtener riquezas. En Prov 10:22 nos
dice que la bendición de Jehová es la que enriquece y no añade tristeza con
ella.
Da a Dios la oportunidad de formar, edificar nuestro
carácter: paciencia, amor, humildad, integridad. El quiere desarrollar estas cualidades en nosotros en la
tierra. Mientras seamos cristianos en el mundo de los negocios, Dios usa
problemas y dificultades para enseñarnos. Utiliza personas difíciles, pocos
razonables, enojadas, para enseñarnos amor. Usa circunstancias imposibles para
enseñarnos humildad. Y usa las promesas quebradas y compromisos no cumplidos
para enseñarnos integridad
Es una oportunidad para ser testigos, para testificar. Los no cristianos están en el mercado. Dios permite que seamos
testimonio para él en el mercado, en el campo de acción. Muchas veces no hay que decir nada, porque el
no cristiano está viendo nuestras acciones. En Prov 22:1 dice que estimemos más el buen nombre que las muchas riquezas, la buena fama más que la plata y el oro.
Décimo principio. Da tu negocio a Dios y contarás con su favor. Dios permitirá que un no cristiano prospere, pero no
permitirá que un no cristiano use su sabiduría o su favor para prosperar. La
sabiduría es la habilidad de saber qué hacer y cuándo hacerlo ante cualquier
circunstancias. En Santiago: si alguno está falto de sabiduría, que le pida a
Dios…. Sus hijos deben pedir sabiduría, sabiduría que sólo proviene de Dios.
Cuando así procedes, El pone su favor sobre tu negocio.
Puede hacer que consigas oportunidades que a lo mejor no lograrías por otro
lado. El favor de Dios puede traerte negocios nuevos que a lo mejor en lo
natural no conseguirías. Te permitirá competir en el mercado, en el mundo de
los negocios.
La sabiduría de Dios
y el favor de Dios te da una ventaja de
competencia significativa, una ventaja competitiva es algo que permite
desempeñarte mejor que tu competencia. Una ventaja competitiva de este tipo
de ayuda a sobresalir con relación al resto del mercado, te permite
diferenciarte…
La ventaja competitiva de parte de Dios es su sabiduría y su
favor.