lunes, 28 de octubre de 2013

Desde la fe / Venciendo las tentaciones



VENCIENDO LAS TENTACIONES

Esta es la palabra que compartí ayer, domingo 27 de octubre, con mis hermanos de la Iglesia Cristiana (la foto es cortesía de Francisco Cedano). Espero que pueda serles de provecho... Pregunté al hermano Ernesto Rodríguez que significa “estar de baja”. Y tiene dos sentidos. El primero, cuando te dan de baja en un cuerpo militar generalmente es porque amerita que te separen de sus filas por mal comportamiento, por conducta reñida con los reglamentos. Pero TAMBIÉN puede ser que tú PIDAS LA BAJA para dedicarte a una actividad totalmente distinta a la militar. Me dijo: “Puede que te hagan una buena oferta en el mundo civil y entonces pide la baja para aceptar esa oferta”.

Los que hemos aceptado a Cristo HEMOS PEDIDO LA BAJA de nuestro servicio al pecado. Queremos dedicar nuestras vidas a un asunto totalmente distinto al pecado, a la muerte. Queremos PASAR A SERVIR AL DIOS DE LA VIDA, a Jehová. Desde ese momento, nuestro comandante y jefe es otro, es el Señor.

Es el giro de 180 grados al que nos referimos al hablar de conversión, del que hablaba el domingo pasado nuestro Pastor.

Sin embargo, el diablo es un campeón en tratar de no dejarte ir, en tratar de que no obedezcas realmente a nuestro Dios y Señor… es más, el diablo no le da de baja a nadie, tienes que tomártela, tienes que renunciar, tienes que dar ese giro… Y EL SEGUIRÁ TRATANDO DE NO DEJARTE IR, DE MANTENERTE EN SUS FILAS… Y EN DEFINITIVA, DE OBTENER ALGUNA VICTORIA. Depende de ti el que seas un derrotado en la batalla o que seas una persona victoriosa en Jesús.

Qué debo saber sobre las tentaciones

Pero… qué armas utiliza el diablo para no dejarte ir? Para que no seas un hombre o una mujer libre?

Satanás y sus demonios tienen el propósito de inducirnos a apartarnos de nuestro andar fiel y obediente con Cristo. NADIE ESTÁ EXENTO DE ATAQUES DE SATANÁS.

Ni hombre, ni mujer.
Ni viejo, ni joven.
Ni docto, ni ignorante.
Ni rico, ni pobre
Ni tú, ni yo.
¡NINGÚN CRISTIANO ESTÁ EXENTO DE ATAQUES DE SATANÁS!
Una de sus armas para atacarnos: LAS TENTACIONES.

La voy a definir brevemente… las tentaciones son la manifestación de nuestra inclinación al pecado… Estamos en nuestra naturaleza INCLINADOS AL PECADO.

La primera cosa que un cristiano ha de saber es que Dios nunca es quien nos dirige hacia el pecado. Santiago 1:13-15: 13 Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta.» Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. 14 Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen.1Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte.

Sus propios malos deseos… mis hermanos, LA TENTACIÓN LA PONE EL DIABLO. EL DESPIERTA LO PEOR DE NOSOTROS, ESO QUE ES PARTE DE NUESTRA NATURALEZA, QUÉ ESTÁ EN NUESTRO ORIGEN… PERO ÉL NO NOS OBLIGA A PECAR, EL PECADO ES NUESTRA RESPONSABILIDAD. Y si no reconoces esto, será difícil que puedas vencer y recibir perdón.

Nacemos con una predisposición a desviarnos fácilmente. La Biblia dice que nuestra vieja naturaleza es responsable de esto. Como resultado siempre nos desviamos del camino recto puesto por la Palabra de Dios. Nos lo dice Pablo en Rom 7:21-24:

21 Así que descubro esta ley: que cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal. 22 Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios; 23 pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo. 24 ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?

En conclusión, con la mente yo mismo me someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está sujeta a la ley del pecado. Cuando nacemos de nuevo y venimos a ser hijos de Dios todavía podemos pecar, pero ya no tenemos que hacerlo. Somos libres para aprender a alcanzar lo que Dios quiere y para no ser capaces de pecar como hacíamos en el pasado.

La tentación viene del enemigo para apartar al hombre de los planes y propósitos de DIOS.

El nombre original del diablo era “Lucifer”, “luz de la mañana”, pero al desobedecer a Dios, al rebelarse, se convirtió en: Serpiente: engaña; Diablo: calumnia; Satanás: Es el adversario.

Sus agencias son: El mundo, La carne, Y el mismo, Satanás (1 Jn 2:16):

16 Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del *cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre sino del mundo.

Sin embargo, Dios no permite las tentaciones más allá de lo que podemos soportar, más allá de donde nos es posible salir victoriosos. ES DECIR, no digas que no puedes vencer, Dios que la permite también te da la salida. SI NO PUEDES VENCER, ES PORQUE NO HAZ BUSCADO ADECUADAMENTE LA SALIDA.

1Co 10:13  No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;  pero fiel es Dios,  que no les dejará ser tentados más de lo que pueden resistir,  sino que dará también juntamente con la tentación la salida,  para que puedan soportar.

Heb 4:15  Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,  sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza,  pero sin pecado.

Heb 2:18  Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado,  es poderoso para socorrer a los que son tentados.

Hay otra cara de nuestro caminar espiritual que a veces confundimos. Se trata de la prueba. Nos dice Santiago 1:2-4:

Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas *pruebas, 3 pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. 4 Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean *perfectos e íntegros, sin que les falte nada.

La tentación no es lo mismo que la prueba, pero la tentación podemos convertirla en una prueba a nuestro carácter, a nuestra fe, a nuestro amor a Dios.

Esa inclinación al mal, enfrentada correctamente, puede ayudarte a crecer. Enfrentada incorrectamente, utilizada por el diablo, te dañan a ti y dañan a los que están a tu alrededor.

Una tentación no es pecado, pero es una puerta que de permanecer abierta conduce al pecado.

 Pecados externos e internos.

Pecados externos son, por ejemplo: maldecir, mentir, robar, chismear, inmoralidad, ebriedad, homicidio, fornicación, adulterio… si existen en tu vida y eres cristianos, deben cesar, so pena que tu nacer de nuevo no sea más que una pantalla.

También hay pecados internos: orgullo, celos, envidia, egoísmo, falta de perdón, odio, codicia…

A veces luchan contra nuestra santidad como si fuesen una pareja…

A veces no los vemos, pero tenemos que aprender a vencer sobre ellos.

Y todos ellos tienen su origen en la acción de Satanás aprovechando la tendencia del corazón humano.

Cuál es la consecuencia de ceder a la tentación? El pasaje de Adán y Eva en el paraíso, a su caída, nos ilustra bien sobre las consecuencias.

Primero, sintieron vergüenza.  El pecado fue como una sombra. El diablo siembra en ti un primer éxito: culpabilidad (v.7).

Satanás destaca nuestros pecados y los esgrime contra nosotros. En Apoc 12:10:
«Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su *Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios”.
Nos cusa ante Dios pensando que puede lograr que perdamos nuestra salvación, pero Cristo, nuestro abogado, toma nuestro caso y le recuerda al Padre una y otra vez que El pagó por nuestros pecados cuando murió en la cruz, que nuestra deuda fue cancelada (1 Jn 2:1-2).

Segundo. Tuvieron miedo. Resultado de la falta de confianza en Dios.

Tercero. Se escondieron. El que hace lo malo aborrece la luz, se esconde de la luz (Jn 17:3). Se hicieron hijos de la oscuridad. Prefirieron obedecer al diablo antes que a Dios. O peor todavía: pusieron al diablo en lugar de Dios, pues se alejaron de las instrucciones de Dios y tomaron como cierta instrucciones contrarias.

Venciendo las tentaciones

Si quieres vencer la tentación y, por lo tanto, librarte de caer en el pecado, debes saber que: Tienes libre albedrío, puedes escoger entre el bien y el mal. Que somos responsables, deberemos rendir cuenta. No tendremos a quien señalar, sino a nosotros mismos. Que somos débiles y si confiamos en nuestras fuerzas nos dejaremos llevar por el poder del mal.

Sólo si eres valiente puedes librarte del pecado, porque para reconocer que eres pecador necesitas ser valiente. El cobarde no lo quiere admitir.

Si quieres vencer, tu mirada no puede estar en el enemigo, sino que tu mirada debe estar continuamente en Dios. La batalla es entre Dios y Satanás, decide de quién recibes órdenes, a quién obedeces.

Volver los ojos a Dios es:
1.        Tener amor por El
2.       Perseverar en medio de la aflicción.
3.       Mantenernos en la verdad de su Palabra.
4.      Mantener la santidad en nuestra conducta.

Saber lo que soy no puede salvarme. Saber lo que es Dios, sí (Jn 17:3).

De ti se espera no que no seas tentado, sino que seas maduro. Que andes en la luz, que te comportes como un hijo de la luz y resistas las tentaciones.

Hay tentaciones, sí, y duras, pero no hay ninguna que no podamos sobrellevar. Depende de ti. Tú decides…

Qué puedes hacer para que tu armadura se fortalezca y puedas salir victorioso?

1.        Tómala en serio. No juegues con fuego, no te refugies en la diferencia que hay entre ser tentado y pecar. No pongas a prueba los dones de Dios. EVITA LA TENTACIÓN. Cristo nos enseñó a orar para no entrar en tentación (Mat 6:13, Lc 22:40).
No olvides la naturaleza de Satanás: es un mentiroso (Jn 8:44), es un calumniador y acusador (Apc 12:10), es un engañador (Apc 12:9), es un tentador (Mt 4:1-11), es un opresor (Hech 10:38), s un león rugiente (1 Ped 5:8), puede transformarse en ángel de luz (2 Cor 11:14).

2.       Conoce tus áreas de debilidad. El enemigo ataca ahí, donde eres flojo, donde hay deudas pendientes, donde no has dejado que el Señor haga su trabajo, en eso que todavía no confiesas, no admites… Cuida especialmente esas áreas de tu vida. Y a veces, huye, como hizo José que hasta dejó la ropa como forma de resistir una tentación sexual (Gen 39).

3.       Agárrate de las Escrituras.  Cuando la Palabra de Dios es parte integral de tu vida, te fortalece contra el poder que posee la tentación. El Salmo 119:11 dice: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”.

Cristo que fue tentado al igual que nosotros se agarró de las Escrituras y venció a Satanás porque había memorizado las Escrituras (Mateo 4:7). Ante cada nuevo ataque, Jesús respondió con las Escrituras… Es necesario estudiarla, leerla, meditarla… Estudiar sistemáticamente la Biblia es parte del revestirnos de las armaduras de Cristo. La Palabra de Dios nos indica cuáles son sus artimañas, nos indica también cuáles son nuestras armas… Cuando el diablo te ataque le das un bibliazo.

4.      Depende de tu muerte con Cristo. Fuimos liberados por nuestra muerte con Cristo. Dios puso nuestros pecados en Cristo sobre la cruz. Cuando aceptas a Jesús como tu Señor y Salvador, es como si te hubiese dado “de baja” en el servicio al pecado, al mal… Dios, por Cristo, te da licencia para no seguir sirviendo al pecado. Cuando el pecado se te acerque en forma de tentación, puedes decirle: Reconozco tu presencia, reconozco tu poder, pero ya no te obedezco, obedezco a mi Dios y Señor… Mantente enfocado, busca las cosas de arriba, no las de la tierra, nos dice Colosenses 3:1-2.

5.       Debes saber que hay una VÍA DE ESCAPE, debes conocerla y usarla. Dice la Escritura en 1 Cor 10:13: 13 Ustedes no han sufrido ninguna *tentación que no sea común al género *humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir. Si eres ignorante de la Palabra, puede que no reconozca esa vía. De todos modos, sea que uses esa vía o no, no puedes culpar a la tentación de tu derrota. PUEDES DECIR NO y lo sabes!

6.      No eres el único. La tentación es común al género humano como ya vimos en 1 Cor 10:13. Por lo tanto, ante tus tentaciones busca apoyo en la comunidad, busca apoyo en tus hermanos. No hay dos personas iguales, pero todos somos tentados. Jesús también lo fue, pero sin pecado (Hebreos 2:18; 4:15-16).
Los cristianos pueden ayudarse mutuamente y aprender los unos de los otros. Por ejemplo, si otro cristiano ha obtenido victoria sobre la gula, puede darte seguridad para vencerla en tu propia vida. Podemos edificarnos mutuamente.

7.       Aprende a resistir. Resístele con la Palabra de Dios. Resístele en el nombre de Jesús. Resístele con la victoria de la cruz. Recuérdale que está vencido y dile que no te moleste. Dice Santiago 4:7: “Resistid al diablo, y huirá de ustedes”. Es una promesa y Dios cumple sus promesas.

8.      Hecha fuera el temor. 2 Timoteo 1:7 señala que “Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. El espíritu de temor es de Satanás. No lo aceptes!

9.      Sé fuerte, pero en el Señor, no en tus propias fuerzas. Recuerda lo señalado por Pablo en Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.  Eres capaz de todo, porque El vive en ti. Cuentas con su gran poder para darte la victoria. “Si Dios está con nosotros, quién contra nosotros?”.
Hijo, hija de Dios… Dios está por ti, te busca y te anhela… y si es así, no importa quién esté en tu contra.

10.    Si caes en tentación, pese a tus luchas, confiesa tu pecado inmediatamente. No permanezcas en derrota. Y sé responsable ante las posibles consecuencias. 1 Juan 2:1-2: Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un *intercesor, a *Jesucristo, el Justo. 2 Él es el sacrificio por el perdón de[a] nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo.

11.     Evita amigos y compañeros que influyan para que hagas cosas pecaminosas. Aprende a decir: NO.  Dice Proverbio 1:10: “Hijo mío, si los pecadores te quieren engañar, no vayas con ellos”.

12.    Cultiva la intimidad con Dios. Fortalece cada día la oración (Stgo 4:8). Saca tiempo y ora, ayuna, ponte en sus manos.

13.    Finalmente, esfuérzate en vivir como hijo de la luz. Concluyo leyendo las palabras de Efesios 4:17-27:  17 Así que les digo esto y les insisto en el Señor: no vivan más con pensamientos frívolos como los *paganos. 18 A causa de la ignorancia que los domina y por la dureza de su corazón, éstos tienen oscurecido el entendimiento y están alejados de la vida que proviene de Dios. 19 Han perdido toda vergüenza, se han entregado a la inmoralidad, y no se sacian de cometer toda clase de actos indecentes.
20 No fue ésta la enseñanza que ustedes recibieron acerca de Cristo, 21 si de veras se les habló y enseñó de Jesús según la verdad que está en él. 22 Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; 23 ser renovados en la actitud de su mente; 24 y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y *santidad.
25 Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo. 26 «Si se enojan, no pequen.»[c] No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, 27 ni den cabida al diablo. 28 El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados

Con nosotros tendremos aflicción, sí. Fruto de las tentaciones. Abundantes, sí. A veces difícil de vencer, sí, pero no imposible, Cristo venció, nosotros también venceremos. En Él somos más que vencedores…

Que Dios les bendiga!

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