Me hará descansar
“En
lugares de delicados pastos me hará descansar” (Salm 23:2).
Hay momentos en que el creyente
necesita quedarse inmóvil como la tierra bajo la lluvia de primavera, dejando
que la lección de la experiencia y los recuerdos de la Palabra de Dios penetren
hasta las mismas raíces de su vida y llenen los profundos depósitos de su alma.
No siempre tiene que considerar
perdidos los días en que sus manos no están ocupadas, como tampoco se
consideran perdidos esos días lluviosos del verano, sólo porque mantienen al
granjero dentro de su casa. El Gran Pastor hace
descansar allí a su siervo.
Hay momentos en que los hombres dicen
que están demasiado ocupados para detenerse, cuando piensan que le están
rindiendo un servicio a Dios si continúan. De vez en cuando Dios hace al tal
descansar. Ha atravesado los pastos tan rápidamente que no ha conocido su
verdor, ni ha captado su dulce sabor; y Dios no quiere que él se pierda todo
eso, así que lo hace descansar.
Muchos hombres han tenido que
agradecer a Dios esas obligadas etapas de descanso en las cuales aprendieron
por primera vez la dulzura de la meditación en la Palabra y del quedarse
inmóviles en las manos de Dios, esperando su voluntad.
(Enviado por Ana Ysabel Acosta de un devocional de
su uso).
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