viernes, 9 de julio de 2021

José: un hombre común y corriente

La actitud de José

24 Y cuando despertó José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer;

25 y la conservó virgen hasta que dio a luz un hijo; y le puso por nombre Jesús.

 

José acepta con prontitud la misión para la que Dios le tenía destinado.

Se mostró con ello hombre «justo»» en el más riguroso sentido de la palabra.

El relato de Mateo concluye diciendo que «sin haber tenido relaciones conyugales, ella dio a luz un hijo al que José puso el nombre de Jesús» (1, 25).

Quiero que entiendan que José era un hombre común y corriente como tú y como yo, que fue utilizado por Dios como canal de bendición para todos, pues se constituyó en el padre legal de Jesús y, probablemente, en ejemplo de padre terrenal para Jesús. Y esto fue posible porque Dios es soberano, pero también porque José:

 

1.        Era hombre justo. Es decir, un hombre dispuesto a obedecer la voluntad de Dios. Lo hizo al despertar del sueño en que el ángel le reveló que el hijo de María era obra del Espíritu Santo, pero también lo hizo cuando el ángel del Señor se le aparece también en sueños y le ordena que huya con el niño y su madre (Mt 2:31), y cuando ya muerto Herodes, un nuevo aviso del ángel del Señor le pide volver a Israel (Mt 2:19-21).

 

2.       Era un carpintero (“téknon”). Un simple técnico como mucho de nosotros. No un teólogo extraordinario y mucho menos un predicador. Uno como cualquiera de los que me leen.

 

3.       Era un hombre lleno de amor, que a pesar de su perturbación por lo que creía que era una infidelidad de María, buscaba preservar su vida, porque colocaba el amor por ella por encima de su confusión y, a lo mejor, de su frustración y desencanto y quién sabe si también de su ira. Además, ese amor fue el que garantizó que el niño Jesús sobreviviera, porque obedeció pronto y huyó para salvarle la vida.

 

4.       Era un hombre pronto para cumplir la voluntad de Dios en su vida. “Y cuando despertó, hizo como el ángel le había mandado”. No tardó. Inmediatamente.  En otras dos ocasiones el Ángel del Señor le da una orden: “levántate, coge al niño y a su madre”… y la respuesta fue: “José se levantó, cogió al niño y a su madre..”. Es decir, cumplió sin tardanza.

 

  1. Finalmente, no era un hombre aprovechado. Pudo pretender tener relaciones sexuales con ellas al saber su condición y saber que, como quiera, reconocería a Jesús como su hijo. Pero no. Esperó. La escritura dice: “y la conservó virgen hasta que dio a luz un hijo; y le puso por nombre Jesús”.

Breve vida la de José, pero lo suficiente para dejarnos un maravilloso ejemplo de silencio, humildad y pobreza, de abnegación y sacrificio, de fe y obediencia ejemplar. Y, sin duda, de amor entrañable a Jesús y María.

 

En Mateo, la figura de José destaca sobre la de María. La historia es vista desde la perspectiva del hombre, de José. Es, por lo tanto, una historia que nosotros los hombres debemos leer y meditar con mucho cuidado.

 

Bendiciones para cada hombre común y corriente, pero dispuesto en su corazón a obedecer a Dios con todas sus fuerzas, todo su cuerpo y toda su alma.

 

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