viernes, 9 de julio de 2021

José, María y nosotros

Y nosotros, qué

 

Hemos visto como esta pareja de Nazaret decide obedecer a Dios. Circunstancias difíciles para gente ordinaria, que al decir SI a Dios se convierte en gente extraordinaria.

 

A veces decirle que SI a Dios no es nada fácil.

 

Puede que tu situación sea desesperada.

 

Puede también que, como cristiano reciente o de muchos años, te hayas acomodado y te cueste trabajo “salir del cascarón”, extender tus fronteras, predicar el evangelio, ser un instrumento como José y María para que el Señor pueda nacer en muchos corazones, muchas puedan aceptar a Jesús como su Salvador y Señor.

 

Puede que, como hombre, tengas la tentación de rehuir tu llamado. Que no comprendas lo que pasa con tu familia (como no comprendía José lo que pasaba con María), con tu esposa, con tus hijos… que las tentaciones de la vida te quieran llevar a manos del enemigo.

 

Puede que, como mujer, tú te encuentres con tantas disyuntivas todos los días, con tantas dificultades: una madre soltera, una novia cuyo novio quiere ir más allá de lo permitido, un padre que no es responsable de sus hijos, situaciones de violencia, de abandono, de dificultad… Tú, como María, no la tienen fácil.

 

Hombre, mujer, no importa tu edad… Dios quiere establecer una alianza contigo, quiere que tú sirvas de instrumento de bendición para muchos, que Jesús pueda hacerse presente en tu familia y en República Dominicana a través de ti, de los tuyos… que puedas proclamar como Josué: “Yo y mi casa serviremos al Señor”.

 

SIN EMBARGO, Dios quiere que nos comprometamos. No nos obliga. Quiere una respuesta libre de nuestra parte.

 

En ese sentido, María y José, José y María tenían un común denominador, un elemento común: su disposición a obedecer la voz de Dios y a hacerlo sin tardanza.

 

¿Estás dispuesto tú a obedecer la voz de Dios y a hacerlo sin tardanza?

 

¿Estás dispuesto a arriesgarte a lo que dirán “las malas lenguas” porque vives predicando el evangelio y  abandonas viejas costumbres y comodidades?

 

¿Estás dispuesto, hombre, mujer, joven… a entender que la cultura del Reino de Dios no siempre es la cultura de nuestra sociedad y que muchas cosas las hacemos, como cristianos, en contra de la corriente dominante, pero nuestro auxilio y gozo están en el Señor?

 

Si eres como José o como María, un hombre o una mujer común y corriente, te doy una buena noticia: es a esos a los que Dios elige para que su nombre sea glorificado. Una única condición: la obediencia.

 

Ponte de pie en tu vida y haz un compromiso: “Yo y mi casa serviremos al Señor”

Que Dios les bendiga…

 

#GRATAVIDA

 

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