La Iglesia, cuestión de gente
Amarlos, no por lo que hacen, sino por lo
que son…
Leamos 1 Cor
12:12-27
Si te
preguntase: dime de tu Iglesia… ¿de qué hablarías? Si le preguntases a los
cristianos en el primer siglo, ¿qué dirían ellos? Hablan de personas. A veces
cuando pensamos en la iglesia pensamos de edificios, programas, ministerios,
organización.
En 1 Cor 12… ¿de
qué se nos habla? De un cuerpo, de personas. Un cuerpo, muchos miembros. Las
personas son las que hacen a la iglesia emocionante, pero también lo que hace a
la iglesia difícil. No tienes control sobre las personas. Son impredecibles.
Aprendes a orar ministrando a las personas.
Cuando hacemos
un programa creemos que tenemos el control, cuando hacemos el edificio…. Pero
cuando trabajamos con personas, no tenemos mucho control. Tratamos de
inspirarlos, de apelar a su corazón, queremos que ellos voluntariamente se
entreguen a Dios. No puedes hacer que eso pase obligatoriamente, no los puedes
forzar, quieres que amen a Dios desde su corazón. Es tu oportunidad, tu desafío.
Las personas
son obras de arte de Dios. Si una obra de arte valiosa, si está deteriorada, se
restaura. Tú eres la obra maestra de Dios, no importa que estés deteriorado.
En los versos 12
y 13. Un cuerpo, un espíritu… un Cristo.
UNO. ¿Es esto lo que refleja la Iglesia? Cientos de cuerpos, quién sabe
cuántos espíritus… “En un Espíritu fuimos bautizados para ser un solo cuerpo”.
Fíjate que no
puedes forzar la unidad. No puedes hacer
que la unidad pase. Tiene que venir del corazón. Tiene que ser el trabajo
de un Espíritu. En el cuerpo hay muchos cuerpos. ¿Son todos iguales? ¡No! La diversidad es lo que hace que el cuerpo
funcione. El cuerpo es uno, con muchas partes. Cada parte necesita del
todo. A algunos, me siento cómodo necesitándolos. A otros, no estoy seguro. Cuando
algunos caminan hacia mi, me siento contento. Cuando otros caminan hacia mi, no
me siento feliz. La pregunta que debemos hacer a Jesús es: cómo amar a estas
personas… cómo podemos ser Jesús para ellas.
No es fácil,
pero la Iglesia es un cuerpo con muchos
miembros y los necesito a todos. A veces me gusta, a veces es duro.
En el
versículo 21: el ojo no puede decirle a la mano: no te necesito… El versículo 15: Si el pie dijera… Algunas personas en la Iglesia no se
sienten necesitadas, no se sienten valiosas. Son valiosas, pero no se sienten.
Encuentro formas, como líder, como Pastor, de permitir que las personas sientan
y sepan cuán valiosas son, no por el
trabajo que hacen, sino por lo que son, como miembros del cuerpo.
A veces valoramos personas por lo que hacen. Dios colocó cada miembro del cuerpo como mejor le
pareció.
¿Estas
agradecido de las personas que Dios puso en la Iglesia? No has pensado, a
veces, si fue un error? Las personas que
nos desafían pueden llevarnos a crecer más que las personas que nos gustan,
que son fáciles. Esto envuelve mucha ORACIÓN.
¿Hay personas,
cerca de ti, por las que tienes que orar mucho? Son un desafío.
Cuando los
veo…. Es un problema o una oportunidad, un potencial? Por ejemplo, Saulo de
Tarso… lo aceptaríamos en nuestra
iglesia?
Hay personas
que no se sienten valorizadas. Si quiero ayudarlas, que entiendan qué tesoro
tienen con Jesús…
Hay mucho qué
hacer y pensar cómo líderes…
Ahora, en
oración, pide a Dios que te traiga personas, rostros… dos, quizás tres, vamos a
orar por ellos y preguntarle a Jesús cómo le podemos amar, cómo podemos
hacerles sentir amados y qué tan valiosos son y cómo podemos decirles que les
necesitamos, no por lo que hacen, sino por lo que son.
18 de mayo,
2011.
1 comentario:
excelente
amar porque son personas que merecen ser amada porque DIOS lo dijo.
Eso hace sentido, eso hace feliz a uno
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