viernes, 2 de enero de 2015

Iglesia / Cuestión de gente

La Iglesia, cuestión de gente

Amarlos, no por lo que hacen, sino por lo que son…

Leamos 1 Cor 12:12-27
Si te preguntase: dime de tu Iglesia… ¿de qué hablarías? Si le preguntases a los cristianos en el primer siglo, ¿qué dirían ellos? Hablan de personas. A veces cuando pensamos en la iglesia pensamos de edificios, programas, ministerios, organización.
En 1 Cor 12… ¿de qué se nos habla? De un cuerpo, de personas. Un cuerpo, muchos miembros. Las personas son las que hacen a la iglesia emocionante, pero también lo que hace a la iglesia difícil. No tienes control sobre las personas. Son impredecibles. Aprendes a orar ministrando a las personas.
Cuando hacemos un programa creemos que tenemos el control, cuando hacemos el edificio…. Pero cuando trabajamos con personas, no tenemos mucho control. Tratamos de inspirarlos, de apelar a su corazón, queremos que ellos voluntariamente se entreguen a Dios. No puedes hacer que eso pase obligatoriamente, no los puedes forzar, quieres que amen a Dios desde su corazón. Es tu oportunidad, tu desafío.
Las personas son obras de arte de Dios. Si una obra de arte valiosa, si está deteriorada, se restaura. Tú eres la obra maestra de Dios, no importa que estés deteriorado.
En los versos 12 y 13. Un cuerpo, un espíritu… un Cristo. UNO. ¿Es esto lo que refleja la Iglesia? Cientos de cuerpos, quién sabe cuántos espíritus… “En un Espíritu fuimos bautizados para ser un solo cuerpo”.
Fíjate que no puedes forzar la unidad. No puedes hacer que la unidad pase. Tiene que venir del corazón. Tiene que ser el trabajo de un Espíritu. En el cuerpo hay muchos cuerpos. ¿Son todos iguales? ¡No! La diversidad es lo que hace que el cuerpo funcione. El cuerpo es uno, con muchas partes. Cada parte necesita del todo. A algunos, me siento cómodo necesitándolos. A otros, no estoy seguro. Cuando algunos caminan hacia mi, me siento contento. Cuando otros caminan hacia mi, no me siento feliz. La pregunta que debemos hacer a Jesús es: cómo amar a estas personas… cómo podemos ser Jesús para ellas.
No es fácil, pero la Iglesia es un cuerpo con muchos miembros y los necesito a todos. A veces me gusta, a veces es duro.
En el versículo 21: el ojo no puede decirle a la mano: no te necesito…  El versículo 15: Si el pie dijera… Algunas personas en la Iglesia no se sienten necesitadas, no se sienten valiosas. Son valiosas, pero no se sienten. Encuentro formas, como líder, como Pastor, de permitir que las personas sientan y sepan cuán valiosas son, no por el trabajo que hacen, sino por lo que son, como miembros del cuerpo.
A veces valoramos personas por lo que hacen. Dios colocó cada miembro del cuerpo como mejor le pareció.
¿Estas agradecido de las personas que Dios puso en la Iglesia? No has pensado, a veces, si fue un error? Las personas que nos desafían pueden llevarnos a crecer más que las personas que nos gustan, que son fáciles. Esto envuelve mucha ORACIÓN.
¿Hay personas, cerca de ti, por las que tienes que orar mucho? Son un desafío.
Cuando los veo…. Es un problema o una oportunidad, un potencial? Por ejemplo, Saulo de Tarso…  lo aceptaríamos en nuestra iglesia?
Hay personas que no se sienten valorizadas. Si quiero ayudarlas, que entiendan qué tesoro tienen con Jesús…
Hay mucho qué hacer y pensar cómo líderes…
Ahora, en oración, pide a Dios que te traiga personas, rostros… dos, quizás tres, vamos a orar por ellos y preguntarle a Jesús cómo le podemos amar, cómo podemos hacerles sentir amados y qué tan valiosos son y cómo podemos decirles que les necesitamos, no por lo que hacen, sino por lo que son.


18 de mayo, 2011. 

1 comentario:

Dr. José Vanderlinder dijo...

excelente
amar porque son personas que merecen ser amada porque DIOS lo dijo.
Eso hace sentido, eso hace feliz a uno