El antídoto de Dios para la preocupación
La preocupación es inútil. Nunca logra nada, nunca resuelve nada. Si es en relación al pasado, no podemos cambiarlo. El futuro, no depende de nosotros.
La preocupación es irracional. Exagera el problema. De un puñito de tierra hace una gran montaña.
La preocupación no es saludable. El cuerpo no fue hecho para preocuparse. Enferma. El preocuparse se aprende. No nacemos con temores, con miedos. Se adquieren.
Antídoto
“El Señor es mi pastor, nada me faltará”. Si creo que Dios me va a cuidar, no me voy a preocupar. Si El tiene el control de mi vida, nada malo me pasará.
¿Qué hace un pastor? Un pastor provee: alimento, abrigo, las necesidades básicas de sus ovejas. Un pastor protege. Si Dios es tu pastor, no estas solo. Hay alguien que te defiende. Un pastor guía y nos aclara el camino a tomar cuando estamos confundidos. Un pastor corrige.
Dios nos promete esta cuatro cosas si le aceptamos como nuestro pastor (Is 40,11; Filp 4,19).
No significa que suplirá todos nuestros deseos y codicias. Suple nuestras necesidades. ¿Cuál es tu necesidad hoy en día? ¿Qué nos queda para preocuparnos? ¡Nada!
Cuando nos agitamos, significa que no estamos confiando en que El es nuestro pastor. El es pastor de aquellos que le permiten ser su pastor.
¿Cómo puedo dejar que Dios sea mi pastor¿ Aceptando a Jesús como mi Señor. Señor significa que El tiene el control de mi vida. Jesucristo es el Señor de tu vida si El da las órdenes en tu vida. Si El no da las órdenes, no es tu Señor, no es tu pastor.
Jn 10, 14.27. Las ovejas conocen a su Señor, escuchan su voz y le siguen.
Es una relación personal con Jesús. Le escuchas, escucha su voz. Es un vínculo. Y le sigues, le obedeces, camina detrás de Jesús.
¿Quién está en el control de tu vida? Dos posibilidades: O Dios dirige tu vida, o la vida la diriges tú. Si estas controlando tu vida, estas jugando a ser Dios y esta es la raíz de la preocupación. Tienes razón para estar preocupado. Pero si Dios tiene el control, entonces sabes que puedes descansar en El. Experimentarás paz, descanso…
Para hacer de Jesús tu Señor, acéptalo en tu corazón.
Ora por todas las cosas que te preocupen. Preséntaselas al Señor. Dios quiere ocuparse de tus cosas (Fil 4,6-7; 1 Pedro 5,7). Descarga todas tus ansiedades sobre Dios. Cuando sabes que El tiene cuidado de ti, su paz viene sobre tu corazón.
Concéntrate en el día a día (Mt 6,34; Mt 6,11; Mt 6, 32-33). Un día a la vez. La ansiedad nos hace menos efectivos, menos productivos. No quiere decir que no visualicemos o planifiquemos el futuro, pero no con la angustia que nos haga no vivir el hoy.
Es una opción: ocuparte o preocuparte.
Si Dios está al mando, este es su problema, el manejará las diversas situaciones. El Padre celestial sabe lo que necesitas y El te lo dará si le das el control de tu vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario