"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" (Efesios 4:11-13).
Capacitar es un trabajo difícil, mucho más difícil que pastorear.El líder debe capacitar a los demás para el ministerio. Pablo explica este objetivo a los pastores. Si los líderes desean capacitar a su gente deben proveerle de ciertos conceptos:
- Debo preocuparme por ellos (comunicación, afirmación, reconocimiento y ejemplo).
- Debo trabajar en sus puntos débiles, pero ejercitar sus puntos fuertes.
- Debo darles de mí mismo (tiempo, energía y enfoque).
- Debo cederles el ministerio.
- Debo convertirme en una persona hábil (ambiente, entrenamiento, apoyo, herramientas).
- Debo tener claras las expectativas.
- Debo eliminar cargas innecesarias.
- Debo descubrirlos cuando están haciendo algo bueno, y recompensarlos por ello.
(John C. Maxwell, Biblia de liderazgo).
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