martes, 29 de septiembre de 2015

Del Pastor / Los frutos del ES

Los frutos del Espíritu Santo

“Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,  
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22-23).

El Pastor Rafael Montalvo nos habló, este domingo 27 de septiembre, de los FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO, descritos en Gálatas 5:22. Son frutos que describen a la persona en actitud e siervo. Y nos hizo un desafío: Del 1 al 10 (Mínimo-Máximo)… ¿en qué nivel te encuentras en cada uno de estos frutos?

En muchas ocasiones, el camino para dar los frutos del Espíritu es el quebrantamiento, el romper la coraza. ¿Quieres vivir los frutos del Espíritu Santo? Trabaja el corazón, un cambio de actitudes...
Quien vive los FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO vive en la verdadera libertad. No necesita de una ley (Gálatas 5:23).

Aquí una breve descripción que puede servirte de parámetro para evaluarte.

El PRIMER FRUTO del Espíritu Santo es el amor... Del 1 al 10 ¿cuánto te das en amor? El amor nos acerca a Dios y a la gente, empezando por los más cercanos...

Gozo es el SEGUNDO FRUTO del Espíritu Santo. No depende de la circunstancias, sino de saber que Dios está en control. Es el gozo que brota de lo profundo del ser y viene de la soberanía y el amor de Dios.

El TERCER FRUTO del Espíritu Santo es la paz, que la gente no entiende. Nos volvemos pacificadores.

El CUARTO FRUTO del Espíritu Santo es la paciencia. Largura de ánimo. Lento para enojarse. No tener la mecha corta. No buscar venganza, perdonar.

El QUINTO FRUTO del Espíritu Santo es la benignidad. Útil y servicial. Compasivo. Es sensible al dolor ajeno.

El SEXTO fruto del Espíritu Santo es la bondad. Nobleza de carácter, combina justicia y amor.

El SÉPTIMO FRUTO del Espíritu Santo es la fe, creer y confiar en Dios en mi vida cotidiana. Te hace confiable y fiel.

El OCTAVO FRUTO del Espíritu Santo es la mansedumbre, el poder de controlarse, de quien se somete voluntariamente.

El NOVENO FRUTO del Espíritu Santo es la templanza o dominio propio... frente al desenfreno... refrenarse a si mismo en cuanto a deseos y concupiscencia,

Donde más se nota la obra de Dios es en nuestro comportamiento hacia los demás. Todos los FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO tienen que ver con Dios o con los demás, es decir, con relaciones...

La presencia del Espíritu Santo espera actuar de modo que haya una transformación de nuestras vidas...


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