Cifras del cambio religioso en América Latina
En
Latinoamérica la Iglesia Católica ha sufrido pérdidas netas debido al cambio
religioso de muchos que se unieron a iglesias evangélicas protestantes, dice el
informe de Pew.
Carlos
Martínez García
El
movimiento evangélico ha crecido en todo el continente americano.
En la imagen,
Marcha por Jesús de Sao Paulo.
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Latinoamérica
es la reserva poblacional del catolicismo, pero también un Continente en el que
crece constantemente el amplio abanico del protestantismo/cristianismo
evangélico. Un amplio estudio cuantitativo del Pew Research Center da cuenta de
las creencias y prácticas en 19 países de América Latina. El documento
posibilita no solamente conocer los números de la diversidad religiosa, sino
también hacer interpretaciones socio culturales de tal diversificación.
El
estudio del Pew Research Center es amplio, con todo y apéndices contiene 310
páginas, lleva por título Religion in Latin America: Widespread Change in a
Historically Catholic Region. Hay una versión condensada en castellano, que
incluye los principales indicadores de la investigación.
En América
Latina viven más de 425 millones de católicos, el 40 por ciento de la población
católica mundial. Con variaciones por país, durante la
mayor parte del siglo XX (de 1900 a 1960) la población católica fue de 90 por
ciento. Es a partir de la década de los
60´s cuando tal porcentaje comienza a descender constantemente. A fines del
2014, cuando el Pew Research Center concluyó con el levantamiento de datos, los
católicos romanos adultos en Latinoamérica representaron 69 por ciento. Por todo el Continente es verificable el
descenso de creyentes católicos, ya que, sostiene el reporte “en casi todos
los países encuestados, la Iglesia Católica ha sufrido pérdidas netas debido al
cambio religioso de muchos latinoamericanos que se unieron a iglesias
evangélicas protestantes o que rechazaron en general la religión organizada.
Por ejemplo, aproximadamente uno de cada cuatro nicaragüenses, uno de cada
cinco brasileños y uno de cada siete venezolanos ya no son católicos”.
El
84 por ciento de los entrevistados dijeron haber sido criados en sus familias
como católicos, después optaron por otra confesión religiosa o ninguna, tras lo
cual el porcentaje original de católicos criados como tales descendió a 69 por
ciento. En contraste, “tanto las iglesias protestantes como la población sin
afiliación religiosa de la región han ganado miembros. Solo uno de cada diez
latinoamericanos (9%) fueron criados en iglesias protestantes, pero casi uno de
cada cinco (19%) ahora se describe como protestante. Y, mientras solo el 4% de
los latinoamericanos fueron criados sin una afiliación religiosa, el doble de
esa cantidad (8%) no tiene afiliación religiosa en la actualidad”.
La
investigación consigna datos interesantes que muestran los distintos ritmos de
la “descatolización” en América Latina. Al analizar
por país los números de quienes respondieron haber sido criados en el
catolicismo, es en Colombia donde se presenta el mayor éxodo hacia distintas
variantes del protestantismo. 74 por ciento de los colombiano(a)s que son
protestantes/evangélicos antes fueron criados en familias católicas. El país en
el que es menor el porcentaje de protestantes que respondieron antes haber sido
católicos es Panamá, con 15 por ciento.
De
las ocho posibilidades que tuvieron los encuestado(a)s para responder sobra la
causa de su paso del catolicismo al protestantismo, la número uno es que
buscaban una conexión personal con Dios. La segunda razón fue que disfrutan más
el estilo de culto en su nueva iglesia; y la tercera porque querían un mayor
énfasis en la moralidad. La cuarta causa del cambio fue que encontraron una
iglesia que ayuda más a sus integrantes.
La
conversión al protestantismo/cristianismo evangélico en el Continente acontece
más por el acercamiento de las iglesias a las personas que viceversa. La media de América Latina de quienes
dijeron haber cambiado de confesión religiosa porque una iglesia se acercó a
ellos/ellas es del 58 por ciento. Un elemento a tener en cuenta sobre cómo
se acercan las iglesias evangélicas a las personas, es que lo hacen mediante
sus integrantes en la vida cotidiana y lugares donde se desenvuelven. En Perú 7
por ciento de quienes se reconocieron como católicos manifestaron que comparten
su fe al menos una vez a las semana; en tanto que el 38 por ciento de los
protestantes transmiten su creencia en el mismo lapso. Es decir, el activismo
evangélico es más de cinco veces mayor al activismo católico. Guatemala es
donde los católicos son más activos para difundir su fe, lo hace el 34 por
ciento. Pero también es el país en el que el 53 por ciento de los protestantes
difunden lo que creen por lo menos una vez por semana.
Aunque el
cambio hacia el protestantismo tiene lugar en todos los grupos de edades, es en
el de menores de 25 años en el que las conversiones alcanzan mayor porcentaje. La
movilidad geográfica contribuye a que personas transiten de un credo a otro. No
en todos los países, pero el estudio reporta que en algunos de ellos
(Argentina, Bolivia y Costa Rica), “las personas convertidas al protestantismo
tienen menor tendencia a contar con educación secundaria en comparación con los
católicos”.
Con
razón el estudio aclara que el
significado de protestante es en América Latina menos estricto que en Estados
Unidos, y Europa agrego yo. Porque “a diferencia de lo que ocurre en
Estados Unidos, donde términos como ‘nacido de nuevo’ y ‘evangélico’ distinguen
a ciertos protestantes, en América Latina los términos ‘protestante’ y
‘evangélico’ se usan indistintamente”. Anoto que cada vez es más frecuente el uso de evangélico en América Latina, en
detrimento del concepto identitario de protestante. La anterior es una
observación fáctica y no una toma de postura en favor de uno u otro término.
El
Pew Research Center usa el concepto protestante “en un sentido amplio para
hacer referencia [a integrantes] de las iglesias protestantes históricas (por
ejemplo, bautistas, adventistas del séptimo día, metodistas, luteranos o
presbiterianos), miembros de iglesias pentecostales (por ejemplo, Asambleas de
Dios, Iglesia Pentecostal de Dios o Iglesia Evangélica Cuadrangular) y miembros
de otras iglesias protestantes”. Tal vez un criterio para tener en cuenta
acerca de los protestantes/cristianos evangélicos latinoamericanos (ya sean de
iglesias históricas, pentecostales, neopentecostales, mega iglesias de distinta
tendencia) es que tienen como Biblia
común la del llamado canón corto, es decir, sin libros deuterocanónicos,
los cuales sí forman parte de la Biblia usada por la Iglesia católica.
El
reporte cuantifica en menos de 25 por ciento a los protestantes pertenecientes
a iglesias históricas, y agrega que “la mitad dijo pertenecer a una iglesia
pentecostal. Además, en la mayoría de los países, al menos un cuarto dijo
pertenecer a otra iglesia protestante o que no sabía su denominación”. Es muy
probable que quienes no identificaron su afiliación denominacional haya sido
porque pertenecen a nuevos movimientos protestantes/evangélicos que se dicen
lejanos a la institucionalización, pero que con el paso del tiempo construyen
una nueva ortodoxia, y en ella tienen cabida ciertos postulados protestantes.
En
el próximo artículo continuaré con otras cifras que aporta el documento del Pew
Research Center sobre la reconfiguración del campo religioso latinoamericano.
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