LOS CRISTIANOS Y LA
ACCIÓN POLÍTICA
Bajo los auspicios
de la Fraternidad Teológica Latinoamericana, un grupo de políticos, teólogos y
líderes eclesiásticos de todo el continente se reunió en la República
Dominicana, en mayo de1983. El propósito era reflexionar sobre el poder
político desde una perspectiva sociológica, antropológica, histórica y bíblica,
con miras a desarrollar una comprensión más profunda de la responsabilidad
política de los cristianos en el continente latinoamericano. El documento final
de esta Consulta es la Declaración de Jarabacoa, el cual es el resultado de un
diálogo en que se dio una rica fertilización de la reflexión y la práctica de
políticos cristianos que estaban en ese tiempo involucrados en el gobierno o en
instituciones oficiales de sus respectivos países (tomado de: http://contraculturabiblica.blogspot.com/).
Los cristianos y la acción política
Bajo la dirección de Dios y
convocados por la Fraternidad Teológica Latinoamericana, un grupo de
Evangélicos, entre ellos teólogos y políticos de América Latina, nos reunimos
en la localidad de Jarabacoa, República Dominicana, del 24 al 28 de mayo de 1983,
para reflexionar en torno al tema “La Teología y la Practica del Poder ”. Hemos
gozado del compañerismo cristiano y de las bendiciones derivadas del
intercambio de experiencias diversas.
Reconocemos nuestras limitaciones
pasadas y presente para relacionar nuestra fe cristiana con una acción política
concreta.
Reconocemos y lamentamos la
generalizada apatía e indiferencia del pueblo evangélico latinoamericano hacia
las realidades sociales y políticas de nuestros países. Somos conscientes de
que diversas razones han influido para esta apatía e indiferencia. Sin embargo,
identificamos un reciente interés en estos asuntos como una evidente acción del
Espíritu Santo, por lo cual dicho interés debe ser profundizado y alentado.
El dialogo creativo y la reflexión seria
desarrollados en nuestro encuentro nos han llamado, una vez más, a
responsabilizarnos en el campo político, no a pesar de nuestra fe, sino por
causa de ella.
Reafirmamos nuestra firme convicción
de fe en la Sagradas Escrituras y dentro de la tradición de la Reforma
proclamamos el señorío de Cristo sobre el individuo y la iglesia, con la misma
fuerza confesamos que Él es el Señor de toda realidad creada. Consideramos que
el poder redentor y renovador de Cristo no sólo afecta al individuo, sino
también a las esferas social, económica, cultural y políticas en las que éste
se desenvuelve.
Creemos que es en el campo político
donde menos hemos llevado, a pesar de su importancia, las respuestas que Dios
ofrece en su Palabra. Con el Pacto de Lausana, proclamamos que “la salvación
que decimos tener debe transformarnos en la totalidad de nuestras
responsabilidades personales y sociales. La fe sin obras es muerta”.
Como discípulos de Cristo sentimos
que su mandato de “ir por todo el mundo y hacer discípulos” involucra, además
de la proclamación y como parte de ella, el cumplimiento de una misión de
encarnación y servicio. Nuestro lugar está en el mundo, donde debemos actuar
como sal y luz.
Somos conscientes de
que para desarrollar esta tarea necesitamos contar con la presencia permanente
del Señor, que vive y es victorioso. Con la fuerza de su Espíritu obtendremos
sabiduría y recursos para obrar conforme a su voluntad en medio de los tiempos.
Como fruto de estas reflexiones, y
con espíritu de humildad y amor cristiano, nos atrevemos a presentar al pueblo
evangélico latinoamericano esta Declaración.
I. PRINCIPIOS BÍBLICO–TEOLÓGICOS
1. La Creación.
1.1 Dios es el creador y sustentador
de todas las cosas y asimismo el Señor de su creación y de la historia.
1.2 Dios creó al ser humano como la culminación de toda su obra,
y lo dotó de una dignidad que trasciende cualquier factor circunstancial.
1.3 El ser humano
fue creado para vivir en comunidad y solo alcanza su desarrollo pleno en
relación de amor con los demás (en familia, Iglesia, pueblo, etc.).
1.4 El ser humano fue hecho por Dios
con la capacidad de realizar un trabajo creativo y hallar en éste una fuente de
placer, realización personal y satisfacción de sus necesidades básicas.
1.5 El ser humano fue creado como
mayordomo de la tierra, con la responsabilidad de cultivarla y utilizar sus
recursos para la Gloria de Dios y para su propio bien.
El orden político ha sido provisto
por Dios como un medio de ordenamiento de la vida en sociedad, de tal modo que
cada miembro de esta se realice plenamente en relación con Dios, con la
creación, con sus semejantes y consigo mismo
2. El Pecado
2.1 El ser humano como ser libre optó
por romper el pacto original con Dios y de allí proviene su alineación básica
respecto a su Creador, al orden natural, a sus semejantes y a sí mismo.
2.2 Al rechazar a Dios, el ser humano
perdió la gloria de su dignidad.
2.3 Al desplazar a Dios del centro de
su existencia, el ser humano se hizo necio, se envaneció con sus propios
razonamientos y se entregó a sistemas y estructuras que ofrecen una falsa
seguridad. Su pecado adquirió así una dimensión social.
2.4 La autoridad política ha sido
ordenada por Dios como medio de preservar la vida en sociedad, mitigando los
efectos del egoísmo y poniendo límites a la violencia social.
3. La Redención
3.1 Jesucristo, Dios encarnado, se
nos ofrece como redentor y como paradigma perfecto para todos los hombres y
mujeres, a fin de que en Él se forme la Nueva Humanidad.
3.2 La iglesia es el Cuerpo de
Cristo, a través del cual Dios penetra en el mundo con su mensaje de conversión
y santificación por el Espíritu Santo.
3.3 La principal tarea de la Iglesia
es capacitar a los creyentes para ser hombres nuevos que reflejen el carácter
de Cristo, que manifiesten el Reino de Dios.
3.4 La iglesia no está llamada a
elaborar propuestas políticas específicas, ni al identificarse con ningún
sistema de organización social, ni a formar partidos políticos.
3.5 La iglesia si está llamada a
solidarizarse con las luchas humanas para superar la opresión, la miseria, la
ignorancia, etc. Por eso. La iglesia tiene un rol profético que la lleva a
denunciar los sistemas injustos y a colaborar en la construcción de una
sociedad más justa y fraterna.
3.6 El Estado guarda relación con el
propósito de redención de Dios, ya que tiene la tarea de crear un ambiente de
tranquilidad y paz que haga posible la proclamación del evangelio en palabra y
acción.
4. Perspectiva escatológica
4.1 Toda la misión de la iglesia ha
de realizarse con una oración al Señor:”Venga tu Reino”. Con esto la iglesia
expresa lo interino, lo inacabado de su misión, pues se espera que el Señor en
su venida purifique y perfeccione todo lo que haya hecho en su nombre.
4.2 A la vez, la expectativa
escatológica de la iglesia relativiza todo sistema económico y toda forma de
gobierno, pues cualquier sociedad, por mucho que supere a la que le precedió,
no es la patria definitiva que los cristianos anhelan, es solo una patria
temporal entre tanto que viene en plenitud el Reino de Dios.
I. PRINCIPIOS PARA LA ACCIÓN POLÍTICA
Los principios fundamentales sobre
los cuales entendemos que deben actuar los cristianos desde la perspectiva de
su compromiso con el Reino de Dios son:
1. El valor de la persona. El ser humano es la realidad suprema y final en el marco del
orden temporal. Su existencia plena es el fin último de toda aspiración y
organización social. Jamás debe ser considerado como un medio o colocado como
valor secundario. El desarrollo integral de la persona debe ser una realidad
cierta para todo ser humano sin distinción de sexo, edad, raza, credo,
ideología, nacionalidad o condición social. El fin de toda acción política debe
ser el de hacer posible para todo hombre, mujer y niño una vida humana plena.
2. La verdad. La práctica de la verdad es fundamental para toda relación
humana y, en consecuencia, para toda convivencia social. Sin el imperio de la
verdad, la vida social se torna caótica y anárquica. Solo la vivencia solida de
una sólida integridad moral nutrida por la verdad puede ser garantía de orden,
libertad y justicia. La debe ser el origen y la meta de toda acción política
orientada hacia una vida humana plena. A su vez, es la verdad el medio por el
cual se puede lograr la realización plena de la vida humana que la política se
propone alcanzar con su acción.
3. La libertad. La libertad es imposible sin la práctica de la verdad. Es
derecho inalienable de todo ser humano y el valor mayor de su existencia como
tal. Es la capacidad que tiene cada ser humano de vivir y actuar en forma plena
como persona sin imposiciones arbitrarias. Esta capacidad se extiende hasta el
punto en que llega el derecho que tienen sus semejantes a ser también personas
plenas y completas. Todo programa de acción política deberá ser cuidadoso en
reconocer la capacidad de cada ser humano de desarrollarse para su realización
como persona, y deberá facilitar todas las oportunidades y estímulos posibles
para ello.
4. La justicia. La justicia es imposible si la verdad y la libertad se ven
frustradas. En un orden de derecho, la justicia es la aplicación de la ley con
el fin de que cada persone logre la realización de sus derechos y cumpla la
imposición de sus deberes en la sociedad. Para que estos fines se realicen, la
administración de la justicia deberá ser imparcial, equitativa, accesible,
independiente, rápida y eficaz. Habrá justicia allí donde todo ser humano
encuentre en el orden jurídico un recurso donde ampararse del abuso y donde
defenderse del atropello de sus derechos. Una acción política justa es aquella
que vela para que la justicia alcance a todos, especialmente a los pobres y
marginados de la sociedad. Deberá, además, guiarse por un alto sentido social a
fin de asegurar la desaparición de las odiosas desigualdades en el disfrute de
los bienes y servicios, las cuales lesionan a las personas en su dignidad de
criatura a la imagen de Dios.
5. La paz. La paz es hija de la verdad, la libertad y la justicia. Como
tal, es el resultado de la reconciliación de los elementos dispares de la
sociedad, sin que estos renuncien a su identidad ni se elimine la
heterogeneidad. La paz solo es real y duradera cuando surge de un pluralismo en
el que la unidad se verifica en la diversidad. Una acción política responsable
procurará desarrollar un pluralismo que, con su riqueza de matices, enriquezca
el cuerpo social y ofrezca a todos la oportunidad de hacer su contribución
particular para el bien general.
6. La solidaridad. La solidaridad es la expresión concreta de la voluntad.
Fraternal de seres humanos que viven en un orden de verdad, libertad, justicia
y paz. El sentimiento de mutua dependencia con miras al logro del bien común es
básico para el establecimiento de un orden social justo. Nadie puede ser plenamente
feliz si los demás no los son. Una acción política solidaria será aquella que
pueda conjugar la capacidad y la acción de los diferentes elementos
constitutivos de la sociedad, a fin de que todos cuenten con las posibilidades
de la más plena realización como persona.
7. La democracia. La democracia es un sistema de convivencia
social por el cual una sociedad se organiza en base a la participación libre y
responsable de todos sus componentes en la toma de decisiones y en la ejecución
de las mismas. Como tal, la democracia para el mejor camino para el logro de
una sociedad en la que se impongan los valores internos que coadyuvan al
desarrollo de la persona humana. Esto significa que la democracia es un estilo
de vida que respeta el ejercicio de todos los derechos inherentes al ser
humano. Para una acción política democrática, la democracia no puede quedarse
en expresiones de simple corte jurídico o político sino que incluye la
dimensión económica y social.
8. La política. La política es una realidad ineludible ya que es la esfera
natural de la vida humana que facilita el complejo ejercicio de la dimensión
propia del hombre en el plano social. La política es un instrumento adecuado
para el desarrollo de la verdad, la libertad, la justicia, la paz, la
solidaridad y la democracia entre los hombres. Por ser un medio y no un fin, la
política tiene que ver con la situación, la organización, la competencia y los
derechos propios de los seres humanos en el logro de los fines que lleven al
bienestar general.
9. La sociedad civil y la sociedad
política. Es la voluntad de Dios que las
personas, para lograr su pleno desarrollo como tales, se asocien. La familia es
la primera y la más importante de las asociaciones que así surgen y que toman
distintas formas, tales como, sindicatos, gremios profesionales, partidos, etc.
Es posible, pues, considerar como natural que los hombres que habitan un mismo
territorio puedan soberanamente decidir sobre los asuntos que les competen. De
este modo, todos los ciudadanos forman parte del Estado, con los consiguientes
derechos y deberes. El gobierno es el conjunto de las instituciones que hacen
posible la administración del Estado ejerciendo un poder que le es delegado por
dichos ciudadanos. Los gobernantes son las personas designadas para el manejo
de las instituciones del Estado. Es importante no confundir la lealtad debida
al Estado con la que se debe otorgar al gobierno o a los gobernantes.
III. ÁREAS PARA UNA ACCIÓN
POLITICA RESPONSABLE.
A la luz de los principios
bíblico-teológicos y los de acción política, consideramos necesario tomar en
cuenta las siguientes áreas para una acción política responsable:
1. El individuo
1.1 La persona es el objeto preferido
del amor de Dios, quienes el único que tiene derecho sobre su vida e
integridad. Por ello, repudiamos cualquier forma de represión de carácter
político, que se manifieste mediante prisiones, desapariciones, torturas,
deportaciones, despojos y muerte.
1.2 La función primordial del Estado
es asegurar a los individuos derechos fundamentales, tales como el derecho a la
vida, a la libertad, a la alimentación, al trabajo, a la salud, a la vivienda,
a la educación, a la libre asociación, y a creer o no, conforme a los dictados
de su conciencia.
1.3 Dios creó al ser humano como
hombre y mujer. Repudiamos firmemente el grado de explotación machista de que
ha sido objeto la mujer en América Latina. Propugnamos la igualdad jurídica,
laboral, profesional, educativa, moral y cultural de todos los seres humanos.
1.4 Afirmamos los derechos humanos en
todo el mundo y reconocemos la autoridad de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) y organismos similares para promover el respeto a los mismos.
2. La familia
2.1 Todo ser humano tiene derecho a
formar una familia. La familia como unidad fundamental de la sociedad tiene el
deber no solo de procrear, sino también de formar mejores seres humanos y
ciudadanos.
2.2 Consideramos necesaria la
vigilancia de una patria potestad compartida y de una legislación integral que
contemple los derechos de cada uno de sus componentes.
3. La educación
3.1 Consideramos la educación como un
derecho fundamental del ser humano y un deber que compete a la familia, a la
iglesia y al Estado.
3.2 La educación pública es
responsabilidad del Estado y debe ser integral, accesible y gratuita.
3.3 Propugnamos todo esfuerzo privado
que impulse el desenvolvimiento de cada persona por igual.
3.4 Propiciamos una educación
formativa y metodológicamente actualizada al tiempo que rechazamos una
educación academicista, utilitarista y contraria a los intereses humanos.
4. El trabajo
4.1 El trabajo es un medio por el
cual el ser humano se asocia con Dios en su tarea creativa en el mundo. Todo
ser humano tiene derecho al trabajo como medio de subsistencia y expresión
personal y social.
4.2 Es deber del estado adoptar una
política laboral que propicie oportunidades de trabajo para todos según su
vocación. Percibimos la necesidad de humanizar el trabajo y de poner la
tecnología al servicio del ser humano y no a éste al servicio de aquella.
4.3 Llamamos la atención a fin de que
se establezcan relaciones laborales justas, tendientes a eliminar la situación
de pobreza y marginalidad creciente del trabajador urbano y rural.
4.4 Auspiciamos toda política que se
proponga ofrecer un sistema de seguridad social, impedir los despidos
injustificados, disminuir la tasa de sub-empleo y desempleo, y resguardar la
capacidad adquisitiva del salario real del trabajador.
5. La economía
5.1 Entendemos la actividad económica
como una relación social que garantiza la satisfacción plena de las necesidades
temporales del ser humano. El objetivo de lo económico no se orienta exclusivamente
a la ganancia y a la acumulación de capital, sino principalmente a la inversión
social y a la producción de bienes y servicios de consumo esencial.
5.2 Consideramos que los factores de
producción (la tierra, el capital, el trabajo y la organización) tienen, por
encima de todo, una función social, y su uso, aprovechamiento y explotación
deben estar condicionados a los intereses de la colectividad y al conjunto de
la nación.
5.3 La autodeterminación económica es
un elemento esencial de la soberanía de los pueblos. Por ello, consideramos
como tarea urgente la recuperación, por parte de nuestros países, de las
concesiones económicas hechas a grupos e intereses extraños, así como a
minorías privilegiadas, que lesionan el patrimonio nacional y son atentatorias
a nuestra autonomía.
5.4 Propugnamos la democratización de
la propiedad especialmente de la tierra, por medio de un régimen de tendencia
que garantice el acceso a la misma a aquellos que la trabajan.
5.5 Respaldamos un nuevo orden económico internacional,
que asegure la defensa de nuestros recursos naturales y una participación más
justa en los mercados. De igual modo insistimos sobre el establecimiento de
relaciones financieras equitativas y que los recursos científicos y
tecnológicos puedan estar al alcance de nuestros países en términos más
favorables.
5.6 Dada la semejanza de la situación
socio-económica de los países latinoamericanos, propugnamos una mayor
cooperación e integración económica a nivel regional y continental. De igual
modo nos manifestamos en favor de una cooperación más significativa como otros
países del mundo que aun no han logrado su desarrollo.
5.7 Declaramos que al poner a Dios al
hombre como mayordomo de la tierra no renunció a su señorío sobre la creación.
Por eso. Nos manifestamos en contra del mal uso del medio ambiente como
resultado de una explotación indiscriminada e irracional que amenaza con
destruir la base biológica de nuestra existencia, degradando la calidad de la
vida.
6. La salud
6.1 La salud es la expresión de una vida plena e incluye lo
físico asi como lo mental, lo social y lo espiritual.
6.2 La sociedad debe tener una
estructura de salud que cubra a todos los individuos de forma adecuada. Sin
embargo, reconocemos asimismo la necesidad de que toda la comunidad aprenda a
defender su propia salud.
6.3 La iglesia, a través de
organismos de servicio, debe comprometerse con la promoción de la salud.
7. La cultura
7.1 Aplaudimos todo esfuerzo privado
y del estado que impulse el desenvolvimiento de los valores culturales y
artísticos de las naciones.
7.2 Impulsamos toda iniciativa que
motive la investigación científica, el desarrollo tecnológico, la formación
humanística para el bien de los pueblos.
8. Los derechos humanos
Alertados por la triste situación de
los derechos humanos en nuestro continente y en consonancia con la Palabra de
Dios y la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
8.1 Nos comprometemos a luchar en
defensa de las poblaciones indígenas contra el exterminio físico, social y
cultural a que son sometidas; por la preservación de sus valores culturales y
de los recursos naturales necesarios para supervivencia.
8.2 Nos proponemos combatir contra el
racismo que afecta especialmente a las poblaciones negras de nuestro
continente, contra todo tipo de discriminación social en particular en el campo
de la educación, la cultura, las relaciones sociales y el trabajo.
8.3 Apoyamos una amplia defensa de
los ciudadanos acusados de crímenes comunes o políticos, la proporcionalidad
entre la pena y el delito, la integridad física y síquica del detenido, y
programas de rehabilitación que permitan al ex delincuente integrarse a una
vida social útil.
8.4 Propugnamos medidas a favor de
los impedidos a fin de que gocen de condiciones de vida y de trabajo y se
integren a las instituciones y procesos sociales; a favor de los ancianos, a
fin de que cuenten con el apoyo afectivo y los medios de vida hasta el fin de
sus días; a favor de los extranjeros, a fin de que no se vean sujetos a
discriminaciones y hostigamientos por razón de su nacionalidad.
9. Las comunicaciones
9.1 Reconocemos la influencia de los
medios de comunicación en la promoción y afianzamiento de determinados modos de
comportamiento, por lo que estos tienen que ajustarse a la afirmación de la
dignidad de la persona.
9.2 Defendemos el derecho de cada
persona a estar informada objetivamente, así como a expresar su pensamiento
libremente.
9.3 Declaramos inadmisible la
manipulación de los medios de comunicación por parte de determinados intereses
particulares o estatales.
9.4 Los medios de comunicación deben
estar al servicio de la comunidad y abiertos a toda manifestación que represente
el sentir de sectores minoritarios.
10. Relaciones internacionales
10.1 Creemos que es fundamental el
establecimiento de una plena cooperación internacional en lo económico, social
y político, a través de las relaciones bilaterales y multilaterales, respetando
los principios de autodeterminación de los pueblos, la no intervención de la
igualdad jurídica.
10.2 Incentivamos también la
necesidad de desarrollar relaciones más amplias con el continente africano,
principalmente con sus pueblos de origen luso-español.
10.3 Nos oponemos firmemente a la
carrera armamentista, defendemos la utilización de los medios diplomáticos como
forma para solucionar los conflictos internacionales y condenamos
terminantemente el uso de la energía nuclear para fines bélicos.
IV. SUGERENCIAS PRÁCTICAS PARA LA
ACCION POLITICA DE LOS CRISTIANOS
Sobre la base de los principios
bíblico-teológicos y de acción política enunciados, alentamos al pueblo
evangélico a actuar de las siguientes maneras en las áreas mencionadas:
1. Congregaciones locales
1.1 Intercediendo en oración por la nación y sus autoridades,
confesando los pecados sociales y agradeciendo los beneficios otorgados por
Dios.
1.2 Enseñando todo el consejo de Dios
y formando hombres y mujeres que vivan en base a los valores del reino.
1.3 Sirviendo por todos los medios
posibles por amor al prójimo, dando especial atención a los sectores menos
privilegiados de la población.
1.4 Declarando el juicio de Dios
respecto a pecados personales y sociales, con miras al arrepentimiento, al
perdón y a la reconciliación en Cristo.
1.5 Estimulando a la consideración de
la situación concreta de nuestros pueblos y a la reflexión sobre la
responsabilidad cristiana frente a ella.
1.6 Fomentando entre sus miembros una
vida comunitaria que sea modelo para la sociedad toda.
2. Asociaciones y denominaciones eclesiásticas
2.1 Fomentando la reflexión y la
acción común en torno a intereses y problemas nacionales, regionales e
internacionales.
2.2 Esforzándose para alcanzar un
consenso en relación con la identificación de los problemas que plantea la
realidad y las soluciones posibles desde una perspectiva cristiana.
2.3 Auspiciando una educación
teológica que contemple la formación política básica de los estudiantes y
encuentros que ayuden al pueblo evangélico a tomar conciencia de su papel en
relación a la vida nacional.
2.4 Reivindicando ante las
autoridades las aspiraciones legitimas de la comunidad.
3. Movimientos y grupos especializados
3.1 Constituyéndose en movimientos o
en grupos de estudiantes, profesionales, obreros, empresarios, amas de casa,
docentes y otros, con el propósito de reflexionar y actuar en relación a los
problemas de nuestras sociedades.
3.2 Participando conjuntamente en
grupos constituidos como partidos políticos, sindicatos, asociaciones civiles,
etc. Esta acción deberá estar en armonía con el evangelio e iluminada por la
experiencia histórica de la iglesia.
4. Creyentes como individuos
4.1 Reconociendo la validez de la
autoridad que le cabe al Estado y particularmente a sus instituciones para el
ordenamiento de la vida en sociedad.
4.2 Asumiendo sus derechos de elegir
y/o ser elegidos y de pedir cuentas a las autoridades establecidas.
4.3 Pagando los impuestos y cargas
tributarias establecidas.
4.4 Sirviendo responsablemente a la
patria toda vez que esta lo reclame y siempre que ello sea compatible con el
señorío de Cristo sobre su vida.
CONCLUSIÓN
Al concluir nuestra consulta,
alabamos a Dios por haber permitido reunirnos para reflexionar a la luz de su
Palabra sobre temas de suma importancia para la sociedad y la Iglesia en
América Latina. Nos hemos sentido abrumados por la complejidad de los problemas
sociales considerados. Hemos tomado conciencia de las limitaciones propias y
del pueblo evangélico del cual formamos parte. Hemos reconocido nuestra
necesidad del perdón de Dios por nuestra falta de sensibilidad cristiana en
relación a la difícil situación que viven nuestros pueblos. A la vez hemos sido
enriquecidos por la comunión mutua. Hemos profundizado nuestra compresión de
las demandas del Reino de Dios en este momento crítico de nuestra historia.
Hemos renovado nuestro compromiso con el Señor Jesucristo, con su iglesia y con
las naciones en las cuales Dios nos ha colocado para serle testigos. Hacemos un
llamado a todos nuestros hermanos y hermanas en Cristo a unirse a nosotros en
el propósito de orar y trabajar en el poder del Espíritu Santo a fin de que le
Reino de Dios se manifieste mas plenamente en nuestra sociedad. A quinientos
años del nacimiento de Martín Lutero, afirmamos que nuestra justificación es
por la gracia de Dios por medio de la fe. Asimismo, oramos que la fe nuestra y
la del pueblo evangélico en América Latina sea siempre la fe que obra por el
amor y se goza en la esperanza de cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales
mora la justicia. ¡A Dios sea la gloria por los siglos de los siglos¡
¡Amén¡"
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