De la ira pecaminosa a la ira justa
¿Qué tiene que ver este tema con las relaciones de pareja, con el matrimonio? ¿Saben ustedes cuántos matrimonios se han deshecho simplemente porque uno de los dos o los dos no saben manejar su ira, carecen de dominio propio? ¿O cuántas esposas y cuántos hijos están amargados ante las explosiones de ira de uno de sus padres? El manejo de la ira puede significar la salud o no de un matrimonio o de un hogar.
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La
ira pecaminosa es un impedimento fundamental contra una paternidad de acuerdo
al corazón de Dios. Efesios 6:4 nos dice: “Y
ustedes, padres, no provoquen a ira a sus hijos, sino críenlos en la disciplina
e instrucción del Señor”.
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La
ira pecaminosa roba a Dios la gloria debida a Su nombre y puede producir juicio
significativo (Números 20:9-12).
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La
ira pecaminosa debe ser erradicada de la vida de la persona, de la pareja, del
hogar. Efesios 4:31: “Sea quitada de
ustedes TODA amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda
malicia”.
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Es que me llené de ira…
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Es que soy explosivo…
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Es que tengo un
temperamento fuerte…
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Tengo que sacarlo o me
ahogo…
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Es
que yo soy así…
Definición de ira:
Una respuesta moral apasionada, activa, de toda la persona, al
percibir un error o injusticia, real o imaginario.
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Cuando
reacciona contra el pecado actual;
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Cuando
está acompañada por otras cualidades como la compasión, y se autocontrola
(Efesios 5:22-23).
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Cuando
fluye de un corazón con motivación egoísta (Gen 4:6-7; Jonás 4:1-4). Por lo
tanto, no se trata de aprender técnicas sobre el manejo de la ira –puede ser
bueno- sino de ir a la fuente misma de la ira: el corazón.
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Cuando
se caracteriza más por hablar que por escuchar (Stgo 1:19-20).
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Cuando
ataca a la persona en lugar de solucionar el problema (Efesios 4:29).
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Cuando
se convierte en ocasión para hablar imprudente y ásperamente (Prov 14:29; Prov
15:1).
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Cuando
el enojo permanece por las fallas y heridas de otros.
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Cuando
está acompañada de otras tendencias pecaminosas (Efesios 5:19-21).
Analiza tu ira / para conversar:
1.
¿Te aíras acerca de las cosas correctas?
2.
¿Expresas ira del modo correcto?
3.
¿Cuánto dura tu ira?
4.
¿Cuán controlada es tu ira?
5.
¿Qué motiva tu ira?
6.
¿Cuál es el efecto de tu ira?
Algunas pautas para
manejar la ira con la mirada puesta en el evangelio:
Honestamente, reconoce el componente emocional de tu ira.
Reconoce la soberanía de Dios en tu situación. Pregúntate: ¿Qué sucede ahora mismo y cómo puede Dios utilizar este o estos eventos para conformarme más a la imagen de Su Hijo? (Rom 8:28-29). ¿Cómo puede Dios utilizar lo malo de otros para nuestro bien espiritual? ¿Tu respuesta actual indica que vive en presencia de Dios o no?
Arrepiéntete y confiesa tu ira pecaminosa, si la hay, a Dios y a las personas apropiadas.
Clama a Dios por gracia, fortaleza, fuerza, sabiduría, al querer usar tu ira de modo justo.
Cuidadosamente evalúa tus pensamientos y reemplaza ideas falsas, engañosas, con aquellas que cumplan los criterios bíblicos (Filipenses 4:8).
Cuidadosamente evalúa tus deseos y reemplaza falsos ídolos, deseos pecaminosos, por adoración y obediencia al Dios vivo.
Busca solucionar las causas de tu ira de un modo bíblico.
Guarda tus palabras y acciones y detén cualquier respuesta hasta que estés seguro que agrada a Dios y edifica a otros.
Mantente recordándote a ti mismo que tu paciencia para otros es menor en comparación a la paciencia de Dios para contigo.
Ora por la persona que te ha maltratado y busca hacerle el bien y no el mal.
Un manejo bíblico de la ira es clave para preservar un ambiente matrimonial y familiar lleno de gozo y de búsqueda de crecimiento.
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