ETAPAS DE LA CONSEJERÍA CRISTIANA
Mi esposa, Ana Ysabel y quien escribe, hemos asumido el
llamado a ayudar a otros a través de la Consejería. Es un privilegio poder
servir con humildad al crecimiento de personas y relaciones. Aquí les comparto lo
que son, para nosotros, las etapas de la Consejería.
Una pregunta: ¿La gente realmente necesita ayuda? La
respuesta desde la perspectiva de la creación, la caída y la redención (es
decir, desde la perspectiva bíblica) es un contundente “sí”. Cada uno de
nosotros necesita ayuda y cada uno de nosotros está llamado a recibirla.
(Aunque esta nota llega a mis amigos y relacionados, aclaro
que la escribo desde mi ser cristiano y consejero cristiano).
Muchas personas que vienen a la consejería no buscan ayuda
para ellos, más bien quieren saber cómo arreglar a la otra persona. Sin
embargo, un objetivo claro de la Consejería es que la verdad de Dios penetre en
la vida de las personas y en sus relaciones. El Consejero ha de ser capaz de
hacer una aplicación concreta de las Escrituras para cada caso, de modo específico,
no general.
El proceso de Consejería puede ser descrito en cuatro pasos
o fases importantes:
Primero. Bienvenida. Es lo que llamo “tender puentes”.
Buscamos que se establezca una relación de confianza y entendimiento con el
aconsejado(a), al mismo tiempo que se busca centrar nuestra esperanza en Dios y
en su Palabra.
Segundo. Comprender o conocimiento. Es establecer qué es lo
importante, comprender a la persona y a su situación específica, ya que la
consejería tiene como propósito aplicar la Palabra de Dios de modo específico.
Esto conlleva esfuerzo, tiempo, trabajo, tareas…
Tercero. Confrontar y consolar. Ayudar a los aconsejados a
verse bíblicamente a sí mismos y a abrazar las promesas de Dios. Debido al
engaño del pecado, todos necesitamos en algún momento de ser confrontados.
Necesitamos que nos digan “_la verdad en amor_”, y del mismo modo, llevar
consuelo y aliento y la seguridad de que el cambio es posible en Jesús.
Cuarto. Acción. Ayudar al aconsejado(a) a aplicar las
verdades aprendidas acerca de Dios, de sí mismo o sí misma, de los demás,
aplicándolas a su situación específica de vida. Implica nuevos hábitos. La
comprensión y la confrontación son importantes (segundo y tercer pasos), pero
insuficientes. Es el estar “_enteramente preparados para toda buena obra_”.
Amigos de GRATA VIDA, les animamos a seguirnos en nuestro
canal de YouTube en donde cada semana (generalmente los domingo) trataremos de
colocar entregas que les sirvan para que “_tengan vida y vida en abundancia_”.
Gracias
Milton T / Ysabel A.
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