martes, 24 de agosto de 2021

Una familia que acoge /1

 La acogida de mis padres

Ana Ysabel Acosta

Junto a mis padres, esta semana.

Hace dos semanas mi esposito escribió unos consejos para la persona que cuida a otro en situación de enfermedad o discapacidad. Cuidando al cuidador. Ahora quiero escribir desde la otra cara de la moneda: yo he sido cuidada, muy cuidada.

En otra u otras entregas escribiré de tanta gente hermosa que me ha apoyado en este proceso (a las cuales también podría dedicar muchas palabras de gratitud y amor), pero ahora quiero escribir específicamente de dos personas extraordinarias: mis padres y su acogida.

Antes de hablarte del valor de la acogida y de la disposición que debemos tener como padres para acoger a nuestros hijos en ese espacio de seguridad emocional que debe ser el hogar, incluso después de que los hijos hayan salido de él, quiero contarte un poquito mi experiencia durante mi proceso de recuperación post quirúrgico.

El 30 de marzo fui operada de un tumor en el cerebro. Benigno, pero cuya operación de todos modos fue delicada y tocó áreas claves de mi cerebro (creo que le llaman área de broca y controla parte de lo que es el lenguaje expresivo) afectando tanto mis funciones motoras como de comunicación.

A los cuatro días, cuando me dieron de alta, mi esposo y yo decidimos que lo mejor es que me fuera a casa de mis padres para pasar una parte del proceso de recuperación bajo su cuidado, ya que vivimos solos en nuestro apartamento y él debía seguir su rutina laboral (especialmente ahora que no he podido volver a trabajar).

He aquí donde quiero contarte un aspecto fundamental de mi cuidado durante este tiempo de recuperación, período especial que Dios me ha permitido vivir y del que doy gracias, incluso antes de que todo esto sucediera.

Dos padres maravillosos


Quiero contarte de mis padres: Máximo Acosta Núñez y Susana Columna de Acosta, dos seres maravillosos que Dios me regaló como padres. A pesar de lo duro que ha sido mi recuperación, me encontré rodeada de felicidad durante esos cuatro meses en que ellos me cuidaron con esmero.

Mi madre, una mujer de 80 años pero llena de vitalidad, de ánimo fuera de lo común, se preocupaba por mí. En cada momento estaba pendiente de cómo me encontraba. Dejó de ir a su trabajo al frente de Granja Susana para pasar días conmigo. Me dio lo mejor de sí: su cariño, su ternura, su apoyo especial.

Mi padre, un hombre muy respetado y valorado en su ambiente productivo (la porcicultura), es también un hombre siempre dispuesto a ayudar y colaborar. Como padre, es cuidadoso y protector de sus hijos. No es tan afectivo como la madre, pero está atento, está pendiente y es su forma de amar.

Doy gracias a Dios por permitirme tenerlos tantos años. Estos cuatro meses me han permitido valorarlos más y mostrarle mi ternura y respeto, mi amor hacia ellos. Papi y mami han estado presentes conmigo en medio de esta prueba, no me han soltado nunca, sabiendo que los necesito y que su presencia me da seguridad.

Hace tres semanas vine a casa, con mi esposito. Confieso que me costó trabajo por lo bien que me sentía, pero tenía también la necesidad de afrontar nuevos desafíos y de seguir avanzando en mi recuperación en mi ambiente habitual. Sin embargo, mis padres siguen pendientes de mí. Su amor nunca cambia, destilan amor y cuidado, y detalles. Dios cuida de mí a través de papi y mami.

Una reflexión

Ese soporte que han sido y son mis padres no se labró en estos meses, es un soporte que viene de siempre. La familia, para nosotros, los Acosta Columna, es un valor innegociable. Somos muy diferentes los uno de los otros, pero por encima de todo, nos amamos y aceptamos las diferencias.

Al final de todo, valoro ese puente macizo que es la relación familiar. Y esto, como decimos mi esposito y yo,  es vida y vida en abundancia.

 

6 comentarios:

sociales y mas dijo...

Hola Ysabel. Soris Caraballo de este lado. Gloria a Dios que estas bien. Y ahora entiendo de donde sacaste la ternura que proyectas.

Dios siga bendiciendo tu vida.

Jose Luis dijo...

Dios es bueno y seguirá siendo bueno. Gloria y honra a Dios por lo que ha hecho en su vida y su familia.

Unknown dijo...

Dios continúe bendiciendo a esa hermosa familia !!!🙌🙌

Unknown dijo...

Gracias amada por compaerir , y me llenas de alegria saber que Dios ha cido fiel y que bello amor de sus padre al cuidarla este tiempo.

UBRIBLOG dijo...

El amor de Dios es completamente extraordinario y ahora tiene forma de papá y mamá. Tuve el privilegio de verlos en acción, ¡GLORIA AL SEÑOR POR ELLOS! Eres una mujer grandemente bendecida y amada donde quiera te desenvuelves y esa es una hermosa recompensa para tus padres. Dios los continúe guardando y bendiciendo en el Nombre poderoso de nuestro Señor Jesucristo.

Kenia dijo...

Gloria a Dios amada Ysabel, Dios es tan bueno, el Señor siga bendiciendo tu vida y la de tu familia en gran manera.