La acogida de mis padres
Ana Ysabel Acosta
Junto a mis padres, esta semana. |
Hace dos semanas mi esposito escribió unos consejos para la persona que cuida a otro en situación de enfermedad o discapacidad. Cuidando al cuidador. Ahora quiero escribir desde la otra cara de la moneda: yo he sido cuidada, muy cuidada.
En
otra u otras entregas escribiré de tanta gente hermosa que me ha apoyado en
este proceso (a las cuales también podría dedicar muchas palabras de gratitud y
amor), pero ahora quiero escribir específicamente de dos personas extraordinarias:
mis padres y su acogida.
Antes
de hablarte del valor de la acogida y de la disposición que debemos tener como
padres para acoger a nuestros hijos en ese espacio de seguridad emocional que
debe ser el hogar, incluso después de que los hijos hayan salido de él, quiero
contarte un poquito mi experiencia durante mi proceso de recuperación post
quirúrgico.
El
30 de marzo fui operada de un tumor en el cerebro. Benigno, pero cuya operación
de todos modos fue delicada y tocó áreas claves de mi cerebro (creo que le
llaman área de broca y controla parte de lo que es el lenguaje expresivo)
afectando tanto mis funciones motoras como de comunicación.
A
los cuatro días, cuando me dieron de alta, mi esposo y yo decidimos que lo
mejor es que me fuera a casa de mis padres para pasar una parte del proceso de
recuperación bajo su cuidado, ya que vivimos solos en nuestro apartamento y él
debía seguir su rutina laboral (especialmente ahora que no he podido volver a
trabajar).
He
aquí donde quiero contarte un aspecto fundamental de mi cuidado durante este
tiempo de recuperación, período especial que Dios me ha permitido vivir y del
que doy gracias, incluso antes de que todo esto sucediera.
Dos padres
maravillosos
Quiero contarte de mis padres: Máximo Acosta Núñez y Susana Columna de Acosta, dos seres maravillosos que Dios me regaló como padres. A pesar de lo duro que ha sido mi recuperación, me encontré rodeada de felicidad durante esos cuatro meses en que ellos me cuidaron con esmero.
Mi
madre, una mujer de 80 años pero llena de vitalidad, de ánimo fuera de lo
común, se preocupaba por mí. En cada momento estaba pendiente de cómo me
encontraba. Dejó de ir a su trabajo al frente de Granja Susana para pasar días
conmigo. Me dio lo mejor de sí: su cariño, su ternura, su apoyo especial.
Mi
padre, un hombre muy respetado y valorado en su ambiente productivo (la
porcicultura), es también un hombre siempre dispuesto a ayudar y colaborar.
Como padre, es cuidadoso y protector de sus hijos. No es tan afectivo como la
madre, pero está atento, está pendiente y es su forma de amar.
Doy
gracias a Dios por permitirme tenerlos tantos años. Estos cuatro meses me han
permitido valorarlos más y mostrarle mi ternura y respeto, mi amor hacia ellos.
Papi y mami han estado presentes conmigo en medio de esta prueba, no me han
soltado nunca, sabiendo que los necesito y que su presencia me da seguridad.
Hace
tres semanas vine a casa, con mi esposito. Confieso que me costó trabajo por lo
bien que me sentía, pero tenía también la necesidad de afrontar nuevos desafíos
y de seguir avanzando en mi recuperación en mi ambiente habitual. Sin embargo,
mis padres siguen pendientes de mí. Su amor nunca cambia, destilan amor y
cuidado, y detalles. Dios cuida de mí a través de papi y mami.
Una reflexión
Ese
soporte que han sido y son mis padres no se labró en estos meses, es un soporte
que viene de siempre. La familia, para nosotros, los Acosta Columna, es un
valor innegociable. Somos muy diferentes los uno de los otros, pero por encima
de todo, nos amamos y aceptamos las diferencias.
Al
final de todo, valoro ese puente macizo que es la relación familiar. Y esto,
como decimos mi esposito y yo, es vida y
vida en abundancia.
6 comentarios:
Hola Ysabel. Soris Caraballo de este lado. Gloria a Dios que estas bien. Y ahora entiendo de donde sacaste la ternura que proyectas.
Dios siga bendiciendo tu vida.
Dios es bueno y seguirá siendo bueno. Gloria y honra a Dios por lo que ha hecho en su vida y su familia.
Dios continúe bendiciendo a esa hermosa familia !!!🙌🙌
Gracias amada por compaerir , y me llenas de alegria saber que Dios ha cido fiel y que bello amor de sus padre al cuidarla este tiempo.
El amor de Dios es completamente extraordinario y ahora tiene forma de papá y mamá. Tuve el privilegio de verlos en acción, ¡GLORIA AL SEÑOR POR ELLOS! Eres una mujer grandemente bendecida y amada donde quiera te desenvuelves y esa es una hermosa recompensa para tus padres. Dios los continúe guardando y bendiciendo en el Nombre poderoso de nuestro Señor Jesucristo.
Gloria a Dios amada Ysabel, Dios es tan bueno, el Señor siga bendiciendo tu vida y la de tu familia en gran manera.
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