Un cafecito con mi Dios:
SEIS ENSEÑANZAS DE DANIEL 6:1-28
Esta
madrugada, en el café que El y yo nos tomamos juntos, leímos Daniel 6:1-28 y me
mostró algunas enseñanzas. Las comparto contigo.
Primera enseñanza. Al gobernar hazlo con
prudencia, no te apresures en tomar decisiones pese a que muchos te
aconsejen en una dirección. Escucha otras voces, otras tendencias y, sobre
todo, escúchame a Mi. Creo que esto vale para el gobierno de mi casa y para
cualquier nivel de gobierno que, como hombre, me toque asumir.
Segunda enseñanza. Un gobernante obedece
sus leyes. En mi hogar, debo obedecer las normas que establezco –claro que
no son inamovibles, porque podemos equivocarnos-, pero se trata, como decimos
comúnmente, de dar el ejemplo (pido a Jesús que conceda esto a los gobernantes
de mi país).
Tercera enseñanza. “Se arrodillaba tres
veces al día y oraba y daba gracias delante de su Dios como lo hacía antes”
(6:10). Creo que esto de “tres veces al día” significa TODO el día. A lo
largo de TODO el tiempo. Momentos especiales, sí, pero mantener una actitud permanente de adorador.
Una actitud que no cambia, aunque cambien las circunstancias, por eso dice “…como lo hacía antes”. ¿Antes de qué?
¡Del decreto de Darío! “Oye, el rey prohibió adorar a otro…”. Y Daniel, tozudo:
no importa, yo soy adorador del Unico Dios.
Cuarta enseñanza. “…y abiertas las
ventanas de su casa…”. ¡Wao! ¡Daniel no oculta su condición! No sería, hoy,
un cristiano de la secreta. Era un desafío a la autoridad del rey. Hay una
enseñanza complementaria con el Nuevo Testamento que nos invita a “entrar en tu
habitación”: entra en tu corazón, a solas y en presencia de todos… No te avergüences de tu relación Conmigo y
yo no me avergonzaré, dice Jesús.
Quinta enseñanza. “… y pasó la noche (el
rey) sin comer, ni divertirse y hasta el sueño se le fue…” (NVI). Claro,
hijo mío, así tiene que ser. Tus
decisiones equivocadas, no puedes asumirlas “como si nada” e irte a
acostar y dormir tranquilo. En tu caso, como cristiano, el Espíritu Santo te
rearguye. Ayuno y tristeza (no divertirse) embargan el alma. Es la actitud
correcta ante nuestras equivocaciones como líderes.
Sexta enseñanza. “…ante El fui hallado
inocente” (RV). No importan los juicios de los hombres, importa el juicio de Dios. Y de esto
viviré pendiente, lo cual me da una extraordinaria libertad. El control está en
sus manos. Al fin y al cabo, el hombre sólo puede quitarme la vida de este
cuerpo, puede provocarme mucho sufrimiento, pero no puede quitarme la vida y el
gozo eterno. Al fin y al cabo, “El es el Dios viviente” (6:26).
No hay comentarios:
Publicar un comentario