domingo, 22 de noviembre de 2015

Pastor Montalvo / Pautas para la Consejería

Pastor Rafael Montalvo:
Consejería… sí, pero con sabiduría
Acompañar a otros en sus procesos, en su búsqueda de restaurar la imagen de Dios en sus vidas, en su crecer espiritual y emocional… sí, Consejería, pero con sabiduría. Y para esto, el Pastor Rafael Montalvo nos suministra algunos consejos surgidos de sus estudios, pero más de su experiencia. Mastícalos, léelos, asimílalos, ponlos en práctica y hazte acompañar de otros que ya han recorrido parte de la senda para que tu labor de Consejería conduzca a vida en abundancia.

1.       Orar, colocar el momento en presencia de Dios.
2.       El carácter: la humildad, la confianza. Paciencia, tolerancia, misericordia.
3.       Un propósito claro: buscamos el disfrute de la vida plena.
4.       Un aspecto operativo: buscamos un lugar tranquilo, sin interrupción.
5.       Hay un tiempo corto y otras veces hay un tiempo largo… y también hay un tiempo de terapia, en el que a veces las personas necesitan entrar.
6.       Tener el cuidado, los límites claros.
7.       A veces es bueno tener a otra persona, es un discipular para que aprendan, a veces contribuyen con algún elemento, puede dar seguimiento a la persona con la que trabajamos. Es importante, sin embargo, que quien te acompaña entienda su rol.
8.       Leer, instruirse, conocer. Hay temas que no conocemos.
9.       Fundamental: escuchar, escuchar, escuchar…
10.   Entender, comprender, ponerse en los zapatos del otro, sin juzgar. Entender con el corazón, la empatía, el vínculo emocional, siendo sensibles.
11.   Discernir el lenguaje no verbal (tono de voz, postura, mirada, etc). Observar emociones y conductas. No puedes entrar en Consejería y dejarte arropar por lo que el otro dice, sino ver más allá de las palabras.
12.   Entender mis limitaciones. Hay cosas en la que no soy bueno o no tengo experiencia y debo referir si es necesario. Incluso, conocer mis temas no resueltos. Conocer mi trasfondo, mi familia…
13.   No debemos apresurarnos, sin entender, sin realmente escuchar…
14.   No minimizar ninguna situación. Para esa persona que vino a hablar contigo es importante, le duele, le molesta, le hace sufrir.
15.   Hacer preguntas –ayuda a escuchar-. No se trata de preguntas curiosas, sino para que saque a decir lo que está dentro. Que la persona pueda ir sacando lo que tiene sobre la situación. Además, esto contribuye a crear el vínculo.
16.   Estamos cerca de la persona, pero sin engancharnos con la persona. Engancharnos significa que no se sabe quién es que tiene el problema, deja de haber diferencias. Tienes que mantener la distancia, a la vez que mantienes el vínculo. Si te enganchas, te vuelves ineficaz.
17.   Tratar de ver qué quiere Dios para esa persona, cuál es su propósito.
18.   No tener temor de confrontar, de sacar temas que son difíciles, de mencionar situaciones que no son cómodas, de hablar claro. Hay consejeros que son tan diplomáticos, tan ligeros, que el otro ni entiende, como si todo estuviese correcto. Con misericordia y respeto, confronta, habla… a veces por medio de preguntas.
19.   A veces hay problemas demoníacos, a veces hay problemas químicos… es decir, hay cosas que no puede abordar la Consejería. Y no todo es diablo o demonio, aunque también hay demonios.
20.   Elementos que tienen que ver con el trasfondo familiar.  Hay que entender el trasfondo de las personas.
21.   El Pastor tiene una ventaja sobre el terapeuta. El terapeuta no puede inmiscuirse en la vida de los pacientes, el pastor no tiene que esperar. Puede tomar la iniciativa. Vemos a un hermano que tiene algo que no marcha bien, y puedo tomar la iniciativa, llamarlo…
22.   Como líderes, no tenemos autoridad para poner a nadie en disciplina en la Iglesia. Hablamos con los pastores.





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