“Días atrás hablaba con mi hijo
AJ Cedano Langrod sobre lo penoso que se haya muerto por suicidio en el 2014 el
actor / comediante Robin Williams. Había logrado calar entre mis actores
favoritos... sabia encarnar sus personajes tan bien. Sus películas están entre
mis favoritas como, por mencionar algunas…
1. Dead Poets Society
2. Awakenings
3. Patch Adams
4. Mrs Doubtfire
Sabía llevarte a la reflexión,
a llorar y a reírte de modo destornillado con una facilidad sorprendente.
En esta semana han fallecido
dos celebridades más, conocidas por el mundo.
La diseñadora de moda y
millonaria empresaria Kate Spade y hoy nos
enteramos de la muerte de Anthony
Bourdain, el chef de CNN que nos llevaba de viaje por todo el mundo y nos llevó
a “casi” degustar platos exóticos de todos los rincones del planeta.
Todos los días personas que no
salen en las revistas ni en la pantalla del televisor sucumben bajo los estragos de la depresión, la infelicidad interior y
de la opción diabólica de escapar a una realidad atentando en contra de su
propia vida.
Quedamos perplejos e incrédulos
de que el éxito, la fama, el dinero y el poder que a veces como humanos
aspiramos tener no les haya “llenado” a ellos o que haya sido suficiente para
superar los desbalances químicos, hormonales, etc. de sus cuerpos.
Nos traiga a consciencia estas
muertes la realidad de la depresión como
también la incapacidad de uno alcanzar plena satisfacción de la vida por medio
de lo que pueda uno tener en esta vida.
Sepamos que no está mal transparentarse y decir “no me
siento bien” o “siento que pierdo la esperanza”. Hombres de la Biblia como Elías,
David, Moisés, Job, Jeremías se vieron en momentos donde cayeron en un hondo
desánimo. Pero Dios les ayudo. Muchos te queremos ayudar... Dios te quiere
ayudar!
No importa la “tormenta”
interna que podamos estar experimentando... ¡Jesús tiene poder para ayudarte.
El dará valor a tu vida. Te dará una perspectiva oportuna! ¡Él te quiere
revelar sus planes y propósitos! Clama a Él!”
“¡Sin embargo, maldigo el día en que nací! Que nadie celebre el día de
mi nacimiento. Maldigo al mensajero que le dijo a mi padre: «¡Buenas noticias!
¡Es un varón!». Que lo destruyan como a las ciudades de la antigüedad que el
SEÑOR derribó sin misericordia. Asústenlo todo el día con gritos de batalla,
porque no me mató al nacer. ¡Oh, si tan solo hubiera muerto en el vientre de mi
madre, si su cuerpo hubiera sido mi tumba! ¿Por qué habré nacido? Mi vida
entera se ha llenado de dificultades, de dolor y de vergüenza” (Jeremías 20:14-18 NTV).
“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el SEÑOR —. Son
planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11 NTV).
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