¿Qué
podemos hacer para tener un matrimonio perfecto y feliz?
Las
investigaciones sobre lo que hace funcionar a un matrimonio demuestran que las
personas con un buen matrimonio han realizado las siguientes "tareas"
psicológicas:
- Separarse emocionalmente de la familia en la que crecieron, no al punto del distanciamiento, pero lo suficiente para que su identidad sea distinta de la de sus padres y hermanos.
- Desarrollar la unión en base a una intimidad e identidad compartida, y establecer simultáneamente límites para proteger la autonomía de cada miembro de la pareja.
- Establecer una relación sexual plena y placentera y protegerla de las intromisiones del lugar de trabajo y las obligaciones familiares.
- Para las parejas que tienen hijos, asumir el gran rol de la paternidad y absorber el impacto de la llegada de un bebé. Aprender a seguir trabajando para proteger la privacidad como pareja.
- Enfrentar y dominar las crisis inevitables de la vida
- Mantener la fortaleza del vínculo conyugal ante la adversidad. El matrimonio debe ser un refugio seguro en el que la pareja sea capaz de expresar sus diferencias, enojos y conflictos.
- Usar el humor y la risa para mantener las cosas en perspectiva y evitar el aburrimiento y el aislamiento.
- Nutrir la relación y apoyarse mutuamente, satisfaciendo las necesidades de cada cónyuge en cuanto a la dependencia y ofreciendo aliento y apoyo continuo.
- Mantener vivas las primeras imágenes idealizadas y románticas de cuando se enamoraron, al tiempo que se enfrenta la realidad tal cual es, y a los cambios causados por el tiempo.
Por
ultimo concéntrate más en dar que en recibir, el matrimonio es para amar. Y
amar es una decisión, no un sentimiento. Amar es donación. La medida del amor
es amar sin medida. No olvides: amar ya
es recompensa en sí. Amar es buscar el bien del otro: cuanto más grande el
bien, mayor el amor. Recuerda algo cuando estés en la época de crisis: “Todo se
puede solucionar” si hay disposición de ambas partes. Lo que sería intolerable
en un matrimonio es el abuso físico y mental, en estos casos no hay amor, porque
el que ama jamás dañaría al otro.
(Judith S. Wallerstein, PhD, coautora del libro The
Good Marriage: How and Why Love Lasts)
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