La reelección presidencial ¿Es buena o mala?
Por Rafael Montalvo Achécar
Pastor Iglesia Cristiana
Es sorprendente y frustrante cómo las leyes y la institucionalidad en nuestro país son manejadas de manera antojadiza y unipersonal.
La Reelección Presidencial es diabólica cuando se trata de una persona y divina cuando se trata de otra. Depende de las circunstancias y quién es el proponente o el candidato. No nos manejamos por un sistema, por valores, por lo que consideramos y decidimos como correcto, sino dependiendo de los intereses del momento.
Es como si yo me mudara a un sector y me conviene que una calle cambie de dirección y legislamos para que de ahora en adelante se haga de esta manera, pero si me voy del sector y llega otra persona y le conviene que se cambie nuevamente la dirección de esa vía, entonces la cambiamos. De modo que no depende de un sistema, de un análisis, de una conclusión, de la conveniencia de todos los habitantes de ese sector sino del interés de UNA persona.
Decimos de manera ligera: “las leyes son modificables, la Constitución se puede ajustar o cambiar…depende de las circunstancias...”. ¡De esta manera NUNCA creceremos institucionalmente! ¡NUNCA avanzaremos!
Debemos comenzar a RESPETAR nuestras leyes, RESPETAR lo establecido, ponernos TODOS debajo de la Ley. ¡En algún momento debemos comenzar!
¡Qué lamentable que nuestra nación dependa de un grupo de personas sin valores, donde “nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira”! ¡Qué pena que somos dirigidos por personas cuyo “fin justifica los medios”!
¡Pedimos a Dios que nos de hombres y mujeres que le amen, que le teman y que amen nuestra patria con todo su corazón!
1 comentario:
Estoy totalmente de acuerdo con el Pastor Montalvo...otro ejemplo sería nosotros que somos un país eminentemente deportista y estamos en una serie final Licey Aguilas y la regla es el que gane cinco de nueve es el campeón y mañana por conveniencia de uno de los dos equipos el equipo X decide cambiar y que en vez de ganar cinco tengan que ser siete u ocho simplemente porque la circunstancias no le favorece..
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