miércoles, 20 de agosto de 2008

Filosofando / Del Presidente y las riquezas

Del Presidente Fernández y la idolatría de las riquezas…

Milton Tejada C.

Estaba escuchando al Presidente Leonel Fernández. Las fallas técnicas no impidieron el que mantuviéramos la atención. Hablaba de la situación mundial y esbozaba consignas, pensamientos, que bien pudieron ser propios de un teólogo… pero fueron los de un político.

Por momento, recordé las leyendas en la parte trasera de las guaguas de FENATRANO: Esto tiene que cambiar.

“El mundo no puede seguir así. No puede seguir apoyándose en la codicia, el egoísmo, la avidez y el engaño para amasar grandes fortunas en beneficio de unos pocos.

El mundo tiene que cambiar. Tiene que eliminar toda forma de injusticia, discriminación y desigualdad que exista. Tiene que avanzar su marcha hacia el mañana fundamentándose en la solidaridad, la cooperación y la integración.

A pesar de sus complejidades, el mundo, sin embargo, es bastante simple. De lo que se trata es de cambiar la codicia por la generosidad y la avaricia, por la fraternidad”, nos dijo el Presidente.

Y entonces recordé algunas clases con el Profesor Manolo Maza. Teología Fundamental, allá en mis años mozos. El tema de la idolatría en la Biblia y el tema de las idolatrías en el mundo cotidiano de hoy.

¡Qué fácil es rechazar la idolatría que tiene ropaje de religiosa, aquella que consiste en adorar o venerar estatuas, santos, de madera, barro o mármol!

Pero hay otra idolatría…

La idolatría consiste en el hecho de que el hombre es capaz de convertir en dioses, cosas de la realidad temporal y terrenal. Un dios que adora, al que venera, al que entrega sus criterios y su corazón.

De eso habló el Presidente…

De la codicia,

El egoísmo,

La avidez,

El engaño,

La injusticia,

La discriminación,

La avaricia

La desigualdad…

Todos estos ejes con un norte común: amasar grandes fortunas en beneficio de unos pocos…es la idolatría de la riqueza, el gran Dios moderno.

Juan Simarro, en un artículo publicado en Protestante Digital, señala que “la idolatría que diviniza el dinero y las posesiones, atenta contra la vida del prójimo, le despoja, le roba su dignidad y le deja reducido a la infravida de la pobreza y de la exclusión social. Es el rendirse de manera incondicional ante el dios Mammón. Y los actos de idolatría que cometen los idólatras de Mammón, conforman una liturgia de muerte: el despojo de los débiles, la acumulación desmedida de bienes contra la que clama la Biblia, la opresión de los desheredados y las prácticas de nuevas esclavitudes…”

Un cristiano no puede caer en la trampa de un sistema que nos empuja al consumo sin solidaridad, lejos del próximo (o prójimo). Un cristiano no puede servir a dos señores. Cierto que “poderoso caballero es don dinero”, pero el Jesús en que el que creemos y vive, es el Señor y El es quien ha de reinar en nuestros corazones…

La crítica del Presidente es cierta, pero carece de coherencia con muchas de las prácticas de su gobierno, porque hay también la idolatría del poder político. Esa que parece empujar al Presidente a aspirar a un nuevo período apenas iniciando un tercer mandato…

Es probable que para muchos fuese mejor proclamar una monarquía… fundamentados en la creencia del predestinado (una especie de Matrix a lo dominicano)… total, que Mammón cambia y tiene aliento y cobra vidas. El tributo de la política dominicana lo paga nuestra sociedad… pero Mammón –el político y el económico- es adorado porque tiene adoradores que han abierto su pecho. ¡Salve, César, los que van a morir te saludan!

lunes, 11 de agosto de 2008

Filosofando / Justicia por sus propias manos

Un camino sin salida

Milton Tejada C.

Sintió alegría y aún más: placer. La multitud lo estaba “acribillando”, “lapidando”, colocándolo en el paredón… Por fin, se dijo, la gente comienza a tomar su destino en sus manos. Rabia, dolor, miseria, frustración… están abriendo un canal en donde grupos de dominicanos hacen justicia, “linchan” al delincuente… o, en las palabras más socorridas: hacen justicia con sus propias manos.

Y luego, sintió horror. Horror de si mismo, horror de su sociedad ¿Qué está pasando en la sociedad dominicana que en dos semanas se registran seis casos de “justicia por sus propias manos”, de “autodefensa popular”? La Policía Nacional no aplaude estos hechos, pero al parecer los avala porque, a diferencias de otras circunstancias, no suelen presentarse detenidos a la prensa. “Fuenteovejuna” queda impune. Lo que hacen todos, no lo hace nadie, nadie es responsable.

En otro orden, meter a la cárcel a las multitudes… no, eso no, eso no es parte de lo “políticamente correcto” y este es un país en donde se vive de lo “políticamente correcto”: aquello que es popular, que es aparentemente aceptado por las mayorías. Claro, existe el hecho de que estas “mayorías” han sido moldeadas a través de años hacia el desencanto, la mediocridad, la vanalidad, el consumo, la impunidad, el descreimiento y desconfianza… los gobiernos han propiciado mayorías acordes con sus intereses momentáneos y luego algunos de los políticos aprovecha la ocasión para asumir una posición de beato, dándose golpes en el pecho y clamando por un cambio en la conducta social… un círculo mortal, diabólico.

Es probable que Huchi Lora tenga razón. Ya ha repetido varias veces que somos un país con un solo partido y varios colores. Es una sola forma de hacer política. La verdad que el rostro feo de la democracia pasa por estos partidos.

En la historia del pueblo hebreo hubo una generación que pereció en el desierto y surgió otra que entró a la tierra prometida. En nuestro caso, parece ser que la generación que se resiste a morir quiere dejar corrompida a la siguiente. La “semilla del mal” quedará sembrada, germinando, fructificando…

Mis excusas, cosas de filósofos de la historia o de la historia del filosofar, lo mismo da. Volviendo al tema de “justicia con las propias manos” o “por” (la discusión gramatical puede hacerse luego), la verdad es que no, el filósofo no está de acuerdo. Una sociedad se da normas y ellas son las que le permiten mantenerse cohesionada. El camino del anarquismo puede estar abierto. La desintegración social… hay explicaciones al fenómeno, sí… las hay, pero las explicaciones no hacen que el hecho sea justificado. Ayudan a ir a la raíz.

Mientras tanto, aunque el autor de un asesinato sea una persona, un pequeño grupo o una multitud, el hecho sigue siendo asesinato y hay culpables objetivos. La Justicia podrá evaluar condiciones atenuantes en cualquier caso.

Claro, hay multitudes que nunca aparecen como “bárbaras” o grupos, aunque lo sean. Un ejemplo: el gobierno. Detrás de ese sustantivo se esconden muchos desmanes y el mayor de todos es el permitir y hasta fomentar el despojo de la confianza a la gente… pueden devolverla?

Yo, el filósofo, tengo simple vergüenza por mi sociedad y mi gobierno. Una sociedad que está en contra de la delincuencia y que, simultáneamente, parece disfrutar de la misma.

“Hay que dejar que las instituciones funcionen…”. Y la sociedad dominicana se encuentra como los niños jugando en el cajón de bolas de McDonald: rebotando de una bola a otra. Para voceros policiales, la Justicia no juega su papel. Para el Presidente, se tendrá mano dura con la delincuencia. Explicaciones, repito, pero no justificaciones de este “tomar la justicia con sus propias manos”.

Los ciudadanos, pobres y ricos, tal vez deberían pensar que en lugar de disfrutar del delinquir colectivamente, colectivamente debemos cambiar a las instituciones y sus responsables.


¿De qué sirvió la Reforma Procesal Penal? Una justicia más transparente y más justa, pero ¿justa para quien?


viernes, 1 de agosto de 2008

Reflexión de las 5AM / hombre, mujer y sexo


Hombre, mujer y sexo

¡Mira qué paradoja!
El hombre necesita sexo para sentirse amado.
La mujer necesita sentirse amada para entrar en el sexo.
Un hombre sabio sabe que la forma en que se despide en la mañana y sus actividades y sus palabras en el día afectan lo que pase en la noche o en la madrugada.
Tú, como hombre, quieres sexo. Ella, como mujer, quiere un amante.
Para ella el sexo es el resultado de un proceso.
Muchos hombres quieren el resultado, sin el proceso.
El corazón de Dios es plenitud. Proceso y resultado han de encontrarse.
El sexo, en el contexto de Dios, trae bendición.
Los hombres debemos apelar a la creatividad. Terminó la época de las “excusas”.
Milton Tejada C.
(809) 519-5584.

miércoles, 30 de julio de 2008

Desde la fe / El hombre y su mujer


El hombre y su mujer


Por Milton Tejada C.

Nuestro Dios es un Dios de orden. Un hombre cristiano tiene una disposición y busca las fuerzas para vivir una vida según el orden de Dios.
A veces es muestra del desorden las cosas que hacemos o decimos y que hieren a mi mujer. Si hago el ejercicio de escribirlas sobre una hoja de papel y la rompo en muchos pedacitos, me será difícil rehacer la hoja...
Quiero decirte algo: el corazón de una mujer no responde a nadie como responde a aquel hombre al que ella le dijo: te amo!
¿Qué has sembrado en el corazón de tu mujer?
En Efesios 5:23 se nos llama "cabeza" y se nos invita a entregar nuestras vidas por ellas, por nuestras esposas.
A veces, sin embargo, somos capaces de entregarnos por muchas cosas y lo que llega a nuestras casas es el bagazo. Invertimos como necios. Y es muy probable que si no inviertes en lla alguien lo hará.
Te aseguro, también, que nadie es capaz de hacerte tan feliz o desdichado como tu mujer.
Como hombre necesito atender y entender a mi mujer.
Dios sueña en grande para ti, sueña un futuro y una esperanza junto a tu mujer (Jer 29:11).
Me aseguras que eres un hombre de oración...
Quiero decirte que tus oraciones pueden encontrar un estorbo en la forma en que tú tratas a tu mujer. Nos dice 1 Ped 3:7: "De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes".
Quiero decirte que si en la relación conyugal hay un círculo dañino, le toca a la cabeza romper ese círculo vicioso. No prestar atención a sus disparates, sino a sus elementos de valor. No búsquemos sus errores. Suéltalos. Proponte edificar, sembrar... Preparate con paciencia. ¿Cuándo fue la última vez que te pusiste de rodillas para interceder por tu mujer?
Quiero decirte que Dios la creó para estar a tu lado, como tu ayuda idónea. Buscamos en otro lado lo que tenemos tan cerca. Nos conformamos con "chimichurris" en la calle cuando en casa tenemos un manjar.
Quiero decirte que si quieres que la intimidad con Dios sea plena, comienza con tu mujer. Ellas son las princesas de Dios.
Y tú eres un hombre que puede hacer la diferencia.

Milton Tejada C.
(809) 519-5584

Desde mi fe / Aceptado como eres

Aceptado como eres

"Yo he venido para que tengan vida y para que tengan en abundancia"

Ser aceptado es una búsqueda de todo ser humano. Tememos el rechazo. Jesús, conocedor de la naturaleza humana, nos acepta como somos. Para Dios tú eres valioso, unico, irrepetible. No puede haber vida en abundancia en donde hay rechazo. Asumir el rechazo es caer en las trampas del enemigo.

Milton Tejada C.
30 de Julio, 2008.

miércoles, 18 de junio de 2008

Desde mi fe / Tanta misericordia, sólo en Jesús...

TANTA MISERICORDIA, SOLO EN JESUS

Milton Tejada C.

(Comentario a la frase: “Padre, Perdónalos, que no saben lo que hacen…”, hecho en la Iglesia Cristiana)


1. EL DE JESÚS, UN PERDÓN SIN LÍMITES…

Ubiquemos el momento.

Es reconocido como justo, tanto por Pilato como por su mujer, pero es entregado para ser crucificado;

No hay acusación válida contra él. Mateo nos cuenta que le habían entregado por envidia;

Piden a gritos su crucifixión;

Es flagelado;

Fue desnudado;

Escarnecido;

Le colocan una corona de espinas;

Le escupen;

Le dan a beber vinagre mezclado con hiel;

Al crucificarle, reparten entre sí sus vestidos….

ES EL JUSTO QUE SUFRE….

“Despreciado y desechado entre los hombres,

Varón de dolores,

Experimentado en quebrantos;

Fue menospreciado y no lo estimamos.

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades,

Y sufrió nuestros dolores;

Y nosotros le tuvimos por azotado;

Por herido de Dios y abatido.

Mas él herido fue por nuestras rebeliones,

Molido por nuestros pecados;

El castigo de nuestra paz fue sobre él,

Y por su llaga fuimos nosotros curados.

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,

Cada cual se apartó por su camino,

Mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

Angustiado y afligido

Como cordero fue llevado al matadero…

Fue cortado de la tierra de los vivientes…

Aunque nunca hizo maldad,

Ni hubo engaño en su boca” (Is 53:3-9).

Y ya en la cruz, su primera palabra es para pedir perdón y más que perdón, MISERICORDIA, pero no para El, sino misericordia para quienes participaron en el proceso de su crucifixión…

“PADRE, PERDONALOS, QUE NO SABEN LO QUE HACEN…”

Es la forma en que reaccionó cuando aquellos que sí merecían el castigo se lo aplicaron a la única persona que no lo merecía… Jesús nos plantea el perdón, pero no un perdón cualquiera, sino un perdón sin límites: MISERICORDIA… el perdón gratuito, sin merecerlo… y le pide ese perdón al PADRE…

Es una oración desgarradora, de una fuerza sublime. Son palabras impresionantes, ante la que nos quedamos sobrecogidos, desbordados: JESÚS, EN EL SUPLICIO DE LOS MALDITOS, ES EL CAMINO DE LA MISERICORDIA… La misericordia es hija del amor, y Jesús la ejerce hasta el final…

Tres elementos:

Se dirige al PADRE

Pide MISERICORDIA para quienes le crucifican

Afirma que “no saben lo que hacen”. Es decir: son ignorantes…

PADRE

En todo el Antiguo Testamento Dios se presenta como un Dios justiciero, pero sobre todo como un Dios lleno de misericordia. Y en el Nuevo testamento Dios es llamado “Padre de misericordia y Dios de toda consolación” ( 2 Cor 1:3).

Los israelitas no tenían el concepto de Dios como padre de una persona. Ni en el AT ni en la literatura extrabíblica de los israelitas se encuentra que una persona (que no sea el Mesías) llame Padre a Dios. Ese sentido de la paternidad de Dios lo reveló nuestro Señor Jesucristo. Es el trato tierno, íntimo, que Jesús da continuamente a Jehová y se revela como su hijo (“... ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” [Mt. 11:27]).

El Señor Jesús, al orar, se dirigía a Dios diciéndole: Padre, que en arameo es Abba (“P., si quieres, pasa de mí esta copa” [Lc. 22:42]; “P., la hora ha llegado.... P., glorifícame.... P. justo, el mundo no te ha conocido” [Jn. 17:1–25]). Ante la inquisición de •Felipe: “Señor, muéstranos el P., y nos basta”, Jesús contestó: “El que me ha visto a mí, ha visto al P.” (Jn. 14:9).

Pablo utiliza el término Abba, lo cual significa que era de uso común en la iglesia primitiva. Con él se manifiesta “el espíritu de adopción”, pues “el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Ro. 8:15–16; Gá. 4:6).

LA IGNORANCIA

Jesús pide misericordia porque son ignorantes…

La ignorancia: no conocer a los profetas…

Hech 13:27: Los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes no conociendo a Jesús, ni las palabras de los profetas que se leen todos los sábados, las cumplieron al condenarle”

Hech 17:30: “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”.

1 Cor 2:8: Pablo escribiría acerca de la sabiduría de Dios “la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de la gloria”.

MISERICORDIA

Jesús no está pidiendo simple perdón para quienes le crucifican. Pide misericordia y es misericordia porque es un perdón inmerecido, intercediendo por sus enemigos cuando más mal le hacían, un perdón que va más allá de toda posibilidad humana, un perdón que alcanza lo hondo del ser humano… y lo pide en su condición de Hijo, siendo consecuente con lo que fue todo su ministerio.

Misericordia, en hebreo es “jesed”: bondad, amor constante, amor gratuito…

Hay tres significados importantes en este vocablo: fuerza, constancia y amor. Son vocablos que interactúan entre sí…

“Jesed” significa involucramiento y compromiso personal en una relación que sobrepasa los límites de la ley…

La frase que más se aproxima en español es “amor constante y fiel”.

Es una de las características más frecuentes del Dios de la Biblia (aparece 240 veces en el Antiguo Testamento).

Dios ofrece “amor constante”, “misericordia” a su pueblo, necesitado de redención del pecado y liberación de sus enemigos… El pacto es señal de misericordia, pero es una misericordia que va más allá del pacto, que no se deja de lado, aun cuando el interlocutor humano sea infiel y Dios tenga que disciplinarlo…

Una frase que describe la naturaleza de Dios es que El es “abundante en jesed”, es decir: “abundante en misericordia”… (Ex. 34:6; Neh 9:17; Salm 103:8; Jon 4:2), de modo que la totalidad de la historia de la relación de Dios con Israel puede resumirse en jesed.

En el NT es también un don del Espíritu Santo (Rom 12:8)… es la habilidad especial que Dios da a ciertos miembros de la Iglesia para sentir empatía y compasión genuina por los individuos, tanto cristianos como no cristianos, que sufren problemas físicos, mentales o emocionales, y que se traduce en acciones que refleja el amor de Cristo y lleva alivio a los que sufren… es una actitud del corazón.

2. NOSOTROS ESTAMOS LLAMADOS A SEGUIR LAS PISADAS DE JESUS

“Mas si haciendo lo bueno, sufren y lo soportan, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fueron llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigan sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia…” (1 Ped 2:20-25).

Todo ser humano necesita el perdón. Tú y yo necesitamos ser perdonados profundamente, ese perdón que llega y alcanza lo más profundo de nuestro corazón, que luego nos llena de gozo y alegría, esperanza y paz. Necesitamos escuchar la voz de Dios que nos dice: “vete en paz; tus pecados son perdonados” (Jn 8:11).

Y no es que yo debo perdonar para merecer el perdón de Dios… Es que puesto que Dios nos ha perdonado, nosotros debemos perdonar… Col 3:13: “del mismo modo que el Señor les perdona, así también ustedes deben perdonar…”.

Hoy se nos llama a tener misericordia. En el trabajo, en la familia, en la relación de pareja, en las relaciones sociales, día a día…

Tres criterios

Primero. Ser conscientes de nuestros pecados. Si no somos capaces de ver primero “la viga” en nuestro propio ojo, difícilmente lleguemos a perdonar al prójimo.

Simón el fariseo veía con nitidez los pecados de aquella mujer, pero estaba ciego ante sus propias faltas. Y el pecado no es siempre el mal que cometemos, sino a veces el bien que dejamos de hacer…

Por lo tanto, tener misericordia requiere, primero, arrojar luz en los oscuros rincones de nuestra conducta y descubrir la sutileza del pecado que “mora en mí”: el egoísmo de algunas de nuestras motivaciones, la soberbia, el orgullo, el laberinto de nuestras paciones, nuestro potencial violento, la vanidad y una larga lista de obras de “la carne”… es romper con la miopía con la que solemos ver nuestras propias faltas.

Segundo. Experimentar el perdón de Cristo. “Aquel a quien se le perdona poco, poco ama”, indicó Jesús a Simón. En la medida en que yo me siento deudor de Dios –conciencia de ser pecador- y perdonado por El, seré capaz de tener misericordia con el prójimo.

Tercero. Colocate en las manos del Padre, con quien tienes una estrecha relación, para poder ser misericordioso con los demás. Para perdonar cuando te hieren, cuando te humillan, cuando te escupen… porque la carne, nuestra carne, es débil…

Hoy te llamo a dar estos pasos…

Ahí, donde tú estas, cierra tus ojos y arroja luz sobre tu corazón. Sabes que eres imperfecto, que tienes raíces que todavía te halan hacia el pecado, que el pecado que “mora en mí” y “mora en ti” impiden muchas veces hacer de tu conducta una conducta santa… toma conciencia de esto: eres pecador…

Ahí, donde tú estas, con tus ojos cerrados y desde tu corazón, experimenta el perdón del Señor. Jesús dice hoy, para ti y para mi, desde su cruz: Padre, perdónalos… ten misericordia de ellos. Dios tiene misericordia de ti y de mi, porque Jesús, sacrificio vivo por nuestros pecados, se lo pide… acoge esa misericordia, siéntete perdonado, ya eres perdonado…

Ahí, donde tú estas, con tus ojos cerrados y tu corazón agradecido del perdón que recibes, disponte a perdonar a todos aquellos que te han agraviado, a los que no te comprenden ni entienden, a los que te golpean de muchas maneras, al esposo que te es infiel, a la esposa que no se ha constituido todavía en una ayuda idónea, la rebeldía de los hijos, la dureza de los padres… los amigos que te han traicionado, la palabra que te hirió… perdona, pon en la cruz junto con Jesús esas raíces de amargura y perdona.

viernes, 23 de mayo de 2008

Desde mi fe / Los cristianos somos apostatas

Desde mi fe / Los cristianos somos apostatas

Ratzinger, para los católicos el papa Benedicto XVI, dedicó hace unos meses duras palabras a la Unión Europa (UE) con motivo del 50° aniversario del Tratado de Roma, por la ausencia de una mención a Dios en la Declaración de Berlín que adoptarán los Veintisiete. Afirmó que intentar construir una "casa común europea" que no tenga en cuenta las raíces cristianas del continente constituye una "singular forma de apostasía" que la induce a "dudar de su propia identidad".

El Papa usó la dura expresión de "apostasía" tras explicar que "la identidad histórica, cultural y moral de Europa, antes aún de ser geográfica, económica y política, es una identidad construida por un conjunto de valores universales que el cristianismo ha contribuido a forjar, adquiriendo de esta manera un papel no solo histórico, sino fundacional de Europa".

Benedicto XVI arremetió contra el pragmatismo de los dirigentes de la UE y les instó a edificar "una nueva Europa" inspirada en la "perenne verdad del Evangelio".

Hasta aquí la noticia…

La palabra apostasía tiene su origen en dos términos griegos: απο (apo), "fuera de" y στασις (stasis), "colocarse". Por lo tanto, un apostata es quien “se coloca fuera de” una determinada doctrina o fe. También podemos asumir el concepto como quedar excluido… o como “autoexcluirse”, “renunciar”.

Desde el punto de vista católico formal, la apostasía es un procedimiento voluntario, explícito. Apartarse de la fe y de los usos y costumbres católicos no constituye apostasía y, por otro lado, la expulsión de la Iglesia Católica no es apostasía, sino excomunión. Muchos dominicanos fueron bautizados en la Iglesia Católica, pero el procedimiento de la Iglesia Católica obliga a renunciar voluntariamente a esa fe a la que la persona fue integrada, en la generalidad de los casos, involuntariamente.

En un sentido menos “dotado” de teología católica y más laico, la apostasía es la renuncia, explícita o implícita, a determinada doctrina. En esa dirección, los cristianos evangélicos son apostatas con relación a la fe católica. Nos hemos colocado fuera… ahora bien, la pregunta que dejo de fin de semana es: ¿fuera de qué?

Ahora bien, al valorar la cultura y la identidad de Europa… quizás los cristianos estamos más cerca del juicio de Ratzinger. La civilización moderna coloca al ser humano “fuera” de los parámetros del Evangelio. Es la cultura de la permisividad y la subjetividad como absoluto. El Evangelio, en cambio, impulsa la cultura de la subjetividad como un relativo que gira en torno a Jesucristo, la roca firme. Sin embargo, los parámetros de apostasías de la Iglesia Católica y los cristianos protestantes son distintos: para la primera, las normas y la tradición, para los segundos, la Palabra de Dios como autoridad.

En ese sentido, todo ser humano puede decirse apostata… pero de qué? Buen fin de semana.

tejadamilton@gmail.com

Desde mi fe / Madres de la Biblia (I)

MADRES DE LA BIBLIA (Antiguo Testamento).

(Reflexiones tomadas de la Biblia: “Nueva Versión Internacional –Biblia de Estudio Mujeres de Fe”, Sociedad Bíblica Internacional, Editorial Vida, Miami, 2006).

Ahí está Eva (Gn 3:6). Madre de los vivientes, pero también “madre de la insatisfacción”. Lo tenía todo. Un cuerpo perfecto. Sus días eran puro deleite. Los animales no le tenían miedo a los humanos y compartían en paz el huerto del Eden. Nunca había conocido la soledad, pues Adán era su compañero y amante constante. Eran uno. Conocía a su creador de manera íntima. Eva no tenía por qué esconderse, no tenía por qué temer, no tenía por qué controlar, no tenía por qué pelear… Sin embargo, se preguntaba… y tomó una decisión ante la cuña de insatisfacción que insertó la serpiente y abrió un abismo, cambiando tesoros inestimables por promess huecas.

Dios parece que bromea. Si, se trata de Saray, la estéril, madre de multitudes. Abraham cree la promesa, pero esa promesa pasa por el vientre de una mujer estéril. Mes tras mes, la misma pregunta: “¿Ya estas embarazada?”. Sara rió al oír en labios de un desconocido que ella tendría el hijo de Abraham (Gn 18:10-15). ¡Absurdo! El desconocido le hizo frente: “¿Acaso hay algo imposible para Dios?” (Gn 18:14). Sara abandonó sus pretensiones de estar en control y dejó el control de su vida al Señor. El sueño de Abraham pasó a ser el sueño de Sara. La meta es confiar (2 Ped 3:6) , y el poder para confiar viene del Señor.

Sola y abandonada. La otra mujer, Agar, concubina descartada, estaba segura de que ella y su hijo morirían. Pero Dios escuchar y había escuchado “los sollozos del niño” (Gn 21:17) y ella vio un pozo de agua, renovó sus esperanzas. Regresó, no como concubina, sino como sirviente de Sara. Cuando sentimos que hemos sido tratados de modo injusto, podemos estar seguros de que servimos a un “Dios que ve” (Gn 16:13), un Dios que obra y un Dios en el que se puede confiar.

Madre de mellizos. No pudo ocultar sus preferencias y probablemente pensó que sus acciones hacían avanzar la causa de Dios. Intentó sacar el futuro de sus hijos de las manos de Dios y llevarlo en sus propias manos, pero ningún ser humano puede idear el plan perfecto para llevar a cabo la voluntad de Dios (Is 55:9). Lo más triste es que la necesidad que sintió Rebeca de elevar a Jacob impidió que alentara y cuidara a Esaú. Se perdió una de las alegrías más grandes que puede tener una madre: ver cómo sus hijos crecen hasta ser hombres íntegros, dedicados a complacer a Dios. Y es que podemos orar teniendo fe de que el plan de Dios no será frustrado. No tenemos el derecho de manipular ni de maquinar, como lo hizo Rebeca, para lograr lo que a nuestro parecer es la voluntad de Dios en la vida de nuestros hijos.

No eran parte de la elite intelectual. Cortaban el cordón, bañaban al bebé, lo frotaban con sal, y luego lo envolvían en pañales (Ez 16:4). Marcaban al mellizo que nació primero (Gn 38:28). Sifrá y Fuvá se negaron a obedecer las órdenes del poderoso faraón, quien se había enfrentado a Dios. Ellas sabían dónde reside el verdadero poder. Llegó la hora de la verdad y fuera que le creyera o no el farón (Ex 1:19), las dejó en libertad. Les salvó la vida su confianza en Dios. Lo que hicieron fue porque era lo que se debía hacer, no por una recompensa, pero Dios vio, quedó complacido y las bendijo. La Biblia nos exhorta a que obedezcamos a nuestras autoridades (Rom 13:19, pero hay momentos en que debemos escoger entre obedecer alguna autoridad u obedecer a Dios. Si Dios es el autor de la decisión, él estará con nosotros, sea cual fuere el resultado.

Se mordió los labios. Estaba en labores de parto, pero gritar significaba que anunciaba la presencia de un niño y el faraón estaban vigilante. Jocabed pujó para que el niño pudiera respirar. ¡Un varón, qué alegría y qué aterrador! Hizo falta una enorme fe para que Jocabed colocara a su bebé de tres meses de modo tan precario en un río que fácilmente podía llevárselo en su corriente y que además era el hábitat de muchos cocodrilos hambriento. ¡Qué alegría cuando la hija del faraón la contrató para cuidar a su propio hijo! Su profundo amor y su fe permitieron que Moisés no solo viviera sino que recibiera las mejores ventajas: educación, diplomacia en la corte del faraón, lenguaje, literatura… una preparación para su destino como líder de Israel. Aprender de Jocabed que el tiempo que pasamos con nuestros hijos es breve, pero nuestro poder de ejercer influencia es enorme.

Débora, madre en Israel. En épocas de debilidad espiritual, las obras y la fe de las mujeres se hace más evidente. Los israelitas estaban siendo oprimidos y Débora no dudó el resultado: Dios había escuchado. Es una mujer entre hombres: valiente, inteligente, confiable, segura de la palabra de Dios. Débora, la abeja, es portadora de la voluntad de Dios para su pueblo: que vayan a la batalla. Sale de la posición cultural común asignada a las mujeres en esa época. Juzga, mientras la mayoría de las mujeres están en casa hilando. Profetiza, mientras sus pares están preparando comidas. Y va a la guerra, mientras otras mujeres se quedan en casa con los niños. Lo importante no es qué hace, sino a quién sigue. No se queja, ni tiembla, obedece la voluntad de Dios.

Es la madre de Sansón, ese juez de Israel de tremendo potencial pero de poco compromiso. Era una época de oscuridad espiritual, en la que “cada uno hacía lo que le parecía mejor” (Jue 17:6). Una mujer estéril, ahora tendría un hijo que, según había dicho el ángel, “sería consagrado a Dios antes de nacer” el cual comenzaría a “librar a Israel del poder de los filisteos” (Jue 13:5). ¿Cómo se cría semejante hijo? Manoa, su esposo, hace la pregunta y la respuesta es: obediencia. Y aunque los padres fueron obedientes, a Sansón le faltó la relación con Dios que se merecía su llamamiento. Dios tiene un plan para cada hijo. Nosotros los padres no podemos conocer el final al principio. No obstante, a pesar de nuestros errores y las malas decisiones de nuestros hijos, Dios es fiel. Debemos estar en sociedad con él para criar a nuestros hijos con una fe genuina propia.

La madre de otro juez de Israel y a igual que la mamá de Sansón, estéril. Es Ana, madre al fin. Atormentada por la otra esposa de su marido. Oraba al Señor pidiendo un hijo, haciendo voto de entregarlo al Señor. Elí, el sacerdote, la confunde con una borracha. Explicó lo que le pasaba y Elí la bendijo. Concibió y dio a luz a Samuel. Su alegría fue completa, derrochó gratitud y alabanza a Dios. Mantuvo su voto y fue bendecida con tres hijos y dos hijas más. Ana nos demuestra que la oración es eficaz y está cargada de gracia. Cuando nos enfrentamos a una circunstancia abrumadora, decimos: “Lo único que puedo hacer es orar”. Y es suficiente. Es más que suficiente. Destraba la presencia y el poder de Dios mismo.

Al igual que en muchas guerras: vencidos y vencedores. Sus hijos se encuentran entre los vencidos y muertos. Rizpa (Piedra Caliente) no podía soportar la idea de que sus hijos se pudrieran en el suelo (2 Sam 3:7; 21: 8-14). La concubina de Saúl se quedó vigilando día y noche. Los protegió, los honró e hizo duelo por estos hombres en desgracia. Mantuvo su vigilia hasta que vino la lluvia y lavó sus huesos hasta dejarlos blancos. Su dolor era tan intenso como solitario. Sin familia, sin vecinos… sólo el viento y Rizpa. Cuando David se enteró de lo que ella había hecho, aflojó su postura severa y en un acto de profundo respeto, recogió los huesos de Saúl, Jonatán y los siete que estaban en el monte y los hizo enterrar. El amor de una madre piadosa no se termina cuando sus hijos cometen errores graves o son víctimas de alguna tragedia. El amor de Rizpa es un reflejo empañado del amor de Dios. “ ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! Grabada te llevo en las palmas de mis manos” (Is 49:15-16).

El padre, desconocido. Dos prostitutas compartían una casa (1 Reyes 3:16-18). No hubo nadie que las asistiera con el parto. No hubo testigos que identificarán el niño que le correspondía a cada madre. Ambas madres eran marginadas de la sociedad. Una se acostó sobre el niño mientras dormía, y el bebé murió. No aulló, no gritó con dolor y remordimiento. En silencio cambió uno por el otro ¡como cuando se cambia un vestido en una tienda! La otra, consideraba a su hijo como un regalo irremplazable de Dios. Conocía a su hijo de manera íntima y sabía que el muerto, el que tenía a su lado, no era su hijo. Apelaron a la corte. No fue un asunto fácil. Cualquiera de las dos podía estar mintiendo. Salomón sabía la respuesta antes de tomar la espada en la mano. Ordenó que el hijo vivo fuera partido en dos, sabiendo a ciencia cierta que la madre del niño preferiría entregarlo que verlo muerto. Así es el amor de Dios. Nos conoce íntimamente, y somos irremplazables en su corazón. Él creó nuestras entrañas; nos formó en el vientre de nuestra madre (Salm 139). Él entregó su propia felicidad en la cruz en lugar de dejarnos abandonados a la muerte.

tejadamilton@gmail.com


lunes, 12 de mayo de 2008

Desde la fe / Los cristianos y las elecciones



Me lo dijo un pastor:

LOS CRISTIANOS Y LAS ELECCIONES

Me lo dijo mi pastor, Rafael Montalvo. Desde el púlpito no es dado a un líder cristiano señalar una u otra opción político-partidaria. Ese “reino de este mundo” es transitorio e imperfecto. Sin embargo, si está en la obligación un pastor de indicar a los miembros de su Iglesia qué puede esperar un cristiano de los candidatos, de los partidos políticos, de la Junta Central Electoral, de la población y de nosotros mismos, como Iglesia.

Qué esperar de los candidatos

1. Hemos de esperar que el candidato por el que decido votar tenga integridad. Un hombre o mujer capaz de decir sí, cuando es sí, y no cuando es no.

2. Amor. La actividad política sin amor conduce al egoísmo, al deseo posesivo del poder.

3. Capacidad.

4. Humildad.

5. Institucionalidad.

6. Liderazgo.

Qué esperar de los partidos políticos

1. Que contribuyan a la paz.

2. Respeto a las decisiones de la Junta Central Electoral.

3. Que disfruten la victoria con humildad.

4. Que acepten la derrota con dignidad.

Qué esperamos de la Junta Central Electoral

1. Transparencia.

2. Apego a la Ley.

3. Firme, no endeble, que actúe con rectitud.

4. Que se maneje con sabiduría.

5. Que lo haga con diligencia, es decir que haga lo que tiene que hacer bien y oportunamente.

Nuestra responsabilidad como Iglesia

1. Oración. Clamar para que haya paz, justicia, equidad.

2. Orientación, un bien muy necesario hoy en día para nuestro pueblo.

3. Ser un ejemplo. Podemos simpatizar y hasta pertenecer a un partido, pero con madurez, sin apasionamientos.

4. Ser una voz profética.

De la población, qué esperamos

1. Un voto de conciencia.

2. Respeto. Que nos respetemos los unos a los otros.

¡Ah, claro! Entender que el 16 de mayo el mundo no se acaba. Estamos llamados a sembrar paz y serenidad en nuestro ambiente.

¡Qué Dios bendiga nuestro pueblo!

¡Que Dios prospere a la República Dominicana!
Milton Tejada C.
tejadamilton@yahoo.com

miércoles, 7 de mayo de 2008

Desde la fe / La Masturbación


LA MASTURBACIÓN

La sexualidad por un camino errado

El diccionario la define como “estimulación de los órganos genitales hasta el orgasmo, llevada a cabo mediante contacto manual o corporal de otro tipo, excluyendo el coito”.

Una definición más adecuada: “Práctica de la autoestimulación hasta alcanzar el orgasmo, por los medios que sean”.

LA BIBLIA

Sobre este, como sobre otros temas, la Biblia guarda silencio.

La interpretación católica de Gen 38,8-10, en que iguala la masturbación con el onanismo, no es correcta. Onán tuvo coito con una mujer, pero al llegar el momento del orgasmo “vertía sobre tierra, para no dar descendencia a su hermano” (v. 9).

Es decir: masturbación, autoestimulación sexual, no es onanismo.

PRINCIPIOS BIBLICOS

La Biblia guarda silencio, pero tiene principios.

La autosexualidad es mala y pecaminosa cuando:

1º. Cuando su único motivo es el placer biológico;

2º. Si la persona permite que se convierta en un hábito compulsivo;

3º. Cuando dicho hábito es el resultado de sentimientos de inferioridad y produce sentimientos de culpabilidad;

4º. Cuando se realiza en conexión con imágenes pornográficas, ya que Jesús dijo que la lujuria tiene que ver con los intereses del corazón (Mt 5,28).

El énfasis bíblico se hace en el autocontrol.

Si la autosexualidad fuera el camino, Pablo lo diría en su enseñanza sobre el autodominio sexual (1 Cor 7, 8-9). ¿Por qué Pablo no dice que si alguien no puede controlar su instinto sexual se masturbe? Porque la masturbación no es una forma de autocontrol, sino una falta del mismo.

  • Somos personas amantes del placer y la masturbación es una forma de escoger a éste antes que a Dios.
  • El sexo lo da Dios para contrarrestar la soledad (Gn 2,18). La autosexualidad, en cambio, produce mayor soledad. “Es una isla desierta”.
  • El camino: buscar a alguien que comparta nuestra “isla”, no quedarnos solos en ella para siempre.
  • Si hemos cometido pecado de autosexualidad, podemos ser perdonados.
  • Si la práctica es obsesiva y de mucho tiempo, tal vez romper con ella implique una verdadera guerra espiritual, pero en Cristo podemos vencer.

PASOS PARA LA VICTORIA


No se trata de algo necesario.

La masturbación no disminuye la tensión sexual, sino que la aumenta.

La conducta autoerótica implica casi siempre pecado sexual y lascivia en el terreno de la fantasía.

La autosexualidad produce una fijación en los propios órganos y deseos sexuales, al contrario de lo que sucede en la relación matrimonial.

La autosexualidad crea hábito. Nadie llega jamás a ser esclavo de ningún hábito si no lo inicia alguna vez y lo continúa practicando cada vez más.

La autoestimulación erótica desempeña un papel central en casi todas las formas de esclavitud sexual: desde la prosmicuidad pasando por la pornografía.

La masturbación incontrolada puede tener una clara dimensión demoníaca.