Bifurcación existencial; otro tipo de corrupción
Por SAMUEL LUNA
En los últimos años un
gran sector del liderazgo religioso está sufriendo de un vacío existencial o
como yo le he llamado: Bifurcación existencial. Ellos promueven que Jesús es el
Señor y que debemos ser Doulos, palabra en griego que significa esclavo, en
este caso esclavos de Jesús. Ya no usamos la palabra esclavos, hoy hablamos de
Siervos, queriendo expresar la idea de una persona humilde y que se somete a
las reglas del Reino de Dios. Sin embargo, este no es el caso, este liderazgo
no quiere ser ni Doulos, ni Siervo.
Están en una Bifurcación
existencial.
El deseo de poseer poder,
la necesidad en ser reconocido y la inseguridad económica nos pone en la
balanza de seguir al César o a Jesús. Lamentablemente, la balanza del poder y
la imagen del ego están teniendo más peso que el rol profético que deberíamos
ejercer en esta bella, pero enferma sociedad.
Estoy notando que muchos
líderes religiosos están abandonando el trabajo que el creador puso en sus
manos, haciendo trueques con funciones más notorias, más visibles, más
aplaudibles, como aquellas actividades que levantan más a la misma persona en
vez de proyectar a aquel Cristo olvidado en el madero.
Estoy de acuerdo que como
hijos de Dios y seguidor de Jesús debemos insertarnos en los tejidos de la
sociedad, con el único fin de exaltar el carácter de Él y crear una sociedad
más justa y equitativa.
Cuando veo el exceso de
poder y no el servicio, cuando veo la lucha de poder en el liderazgo, cuando
veo la falta de planificación en el contexto de la eternidad, cuando veo la
proliferación de ministerios que usan al pobre como materia prima para generar
dinero, cuando veo al líder religioso que no descansa y su agenda esta tan
llena que no puede hacer lo que Jesús hacía: Retirarse con frecuencia, cuando
veo que usa cada espacio para proyectar su persona, cuando veo que se convierte
en redentor, cuando veo que ya el púlpito no es suficiente, entonces me hago la
pregunta ¿Quién eres tú?. Porque una cosa es responder esta pregunta usando
amuletos religiosos, pero cuando nos vemos frente a esta lluvia ácida que
contiene y alimenta los valores de esta sociedad, que promueve el control, que
incentiva el culto al cuerpo, que maximiza la cultura de la imagen, es aquí
donde viene la lucha Existencial que se convierte en una Bifurcación llena de
vacíos y aplausos que al final no satisfacen.
Este año 2016 promuevo,
recomiendo o me atrevo a un liderazgo que sirva a los demás, promuevo un
liderazgo que tome tiempo para descansar, un liderazgo que no use el poder como
una plataforma de perpetuar intereses personales, un liderazgo que dialogue con
otros sectores y credos diferentes al mío, un liderazgo que hable menos de
Jesús y que viva como Jesús, un liderazgo que no busque prebendas del gobierno,
un liderazgo que respete a nuestros vecinos haitianos, un liderazgo que vea al
homosexual con ojos de misericordia y no de fobia, un liderazgo que ame a su
nación y promueva el bien común, el imperio de la ley y gobierno no corrupto,
un liderazgo que no le importe perder su reputación o status quo, un liderazgo
que promueva el cuidado de nuestros recursos naturales, un liderazgo que esté
por encima de Nelson Mandela, de Martin Luther King, por encima del Che
Guevara, por encima de Francisco Alberto Caamaño, un liderazgo por encima de
Mahatma Gandhi, por encima de aquel Gobernador y Pastor en la Era de Joaquín
Balaguer: Luis María King Cordero, un liderazgo por encima de Agnes Gonxha
Bojaxhiu (Madre Teresa), por encima del doctor Elías Santana, y por encima de
Simón Bolívar.
Usé estos nombres, no
porque son perfectos; los usé porque sirvieron con su ejemplo. En esta
reflexión dirigida a un sector, intencionalmente no usé a Jesús como ejemplo,
porque es como que Jesús no es suficiente para producir cambios y para llenar
esta Bifurcación Existencial en estos líderes que se llaman Seguidores de
Jesús. Concluyo diciendo, que este tipo de comportamiento también es
corrupción.