"Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobare poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu señor" (Mateo 25:23).
Una teoría popular dice que la mejor manera de mejorar la capacidad de los niños es inflar su autoestima. Sin embargo, los investigadores han descubierto que trabajar únicamente el ego de los niños puede generar efectos negativos: una indiferencia por la excelencia, incapacidad de superar las adversidades, y agresividad hacia la gente que los critica.
Yo doy un alto valor a reconocer los méritos de las personas, especialmente de los niños. Pero también creo que el elogio debe fundamentarse en la verdad. Este es el criterio que yo uso para animar y guiar a otros:
- Aprecia a las personas.
- Alaba el esfuerzo.
- Premia el trabajo.
Este método lo uso con todos, incluso conmigo mismo. Y sin detenerme a pensar en los errores que cometo o cuántas veces me equivoco, no dejo que esto devalúe el aprecio que tengo por mí mismo. Como afirma el dicho popular: "Dios usa a la gente que falla, porque no existe otra clase de gente"
(John Maxwell, El lado positivo del fracaso).
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