Confraternidad Evangélica llama a
preservar la vida en todo momento
La Confraternidad
Evangélica Dominicana (CONEDO), a propósito del debate en torno a las
observaciones del presidente de la Republica, Danilo Medina, al Código Penal
como fue aprobado por las Cámaras Legislativas, queremos manifestar lo
siguiente:
1º. Afirmamos que nuestro
Dios es el Dios Creador y Sustentador de toda vida y, por lo tanto, defendemos
también el derecho a la vida que tiene todo ser humano, desde la concepción
hasta la muerte.
2º. En este marco y
tomando en cuenta la ciencia moderna, creemos que es voluntad de Dios preservar
la vida en todo momento. Ninguna circunstancia es suficiente para privar de
vida a un ser humano que, por su condición prenatal, no puede defenderse. Su
derecho a la vida debe asumirse como inalienable.
3º. Si un dilema médico
indica peligro o riesgo significativo para la vida de una madre y la vida de su
criatura con la posibilidad de que uno de los dos pueda morir, consideramos que
es factible para la medicina en sus avances actuales luchar por preservar la
vida de ambos hasta determinado punto y que si, en el proceso, es inevitable la
muerte del feto, la prioridad la tiene la vida de la madre.
4º. No aprobamos la teoría
que pretende establecer como derecho la posibilidad de rechazar la vida de
aquellos seres humanos que, en condición prenatal, se consideran “deficientes”,
“no viables”, “con deformaciones graves”. No podemos aceptar como válido negar
que el propósito de toda vida pueda ser cumplido en ese ser humano y en quienes
le rodean. No existe una “raza superior” ni un tipo de ser humano “perfecto” o
“conveniente y adecuado”, sino que para Dios todos los seres humanos tienen la
misma dignidad y derechos.
5º. La concepción fruto de
una violación o incesto se realiza en un contexto de pecado y agresión contra
la mujer. Entendemos el dolor, la indignación y hasta la impotencia que puede
causar un hecho como este. Se ve agravada esta circunstancia cuando la víctima
es una mujer menor de edad. Sin embargo, conocemos de la misericordia de Dios y
conocemos de cómo muchos hombres y mujeres nacidos de estas circunstancias han
glorificado a su Creador. Conocemos historias que indican que “donde abundó el
pecado, sobreabundó la gracia” (Rom 5:20).
Además, creemos que esta
vida tiene los mismos derechos que hemos enunciado para los demás casos,
defendemos su derecho a existir hasta el final.
6º. En cuanto a si los
cristianos queremos imponer nuestro punto de vista a toda la sociedad, queremos
manifestar que la fe cristiana no es una fe para vivirla en un aposento, a
solas. Los valores cristianos fundamentados en la Biblia fueron formulados por
nuestro Creador, que nos conoce y sabe quiénes somos. Por esto, con humildad
pero con determinación, tenemos la obligación de tratar de influir en una
sociedad como la dominicana mediante las leyes, de modo que como nación podamos
vivir más de acuerdo a los parámetros de Dios.
Finalmente, recordamos lo
que dice el escudo de la nación: “Conocerán la verdad y la verdad les hará
libres”. Esa verdad está en la Palabra revelada y aunque tenemos libertad para ir en una dirección contraria, no podemos
obviarla.
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