lunes, 15 de diciembre de 2014

Preservar la vida en todo momento

Confraternidad Evangélica llama a
preservar la vida en todo momento

La Confraternidad Evangélica Dominicana (CONEDO), a propósito del debate en torno a las observaciones del presidente de la Republica, Danilo Medina, al Código Penal como fue aprobado por las Cámaras Legislativas, queremos manifestar lo siguiente:

1º. Afirmamos que nuestro Dios es el Dios Creador y Sustentador de toda vida y, por lo tanto, defendemos también el derecho a la vida que tiene todo ser humano, desde la concepción hasta la muerte.

2º. En este marco y tomando en cuenta la ciencia moderna, creemos que es voluntad de Dios preservar la vida en todo momento. Ninguna circunstancia es suficiente para privar de vida a un ser humano que, por su condición prenatal, no puede defenderse. Su derecho a la vida debe asumirse como inalienable.

3º. Si un dilema médico indica peligro o riesgo significativo para la vida de una madre y la vida de su criatura con la posibilidad de que uno de los dos pueda morir, consideramos que es factible para la medicina en sus avances actuales luchar por preservar la vida de ambos hasta determinado punto y que si, en el proceso, es inevitable la muerte del feto, la prioridad la tiene la vida de la madre.

4º. No aprobamos la teoría que pretende establecer como derecho la posibilidad de rechazar la vida de aquellos seres humanos que, en condición prenatal, se consideran “deficientes”, “no viables”, “con deformaciones graves”. No podemos aceptar como válido negar que el propósito de toda vida pueda ser cumplido en ese ser humano y en quienes le rodean. No existe una “raza superior” ni un tipo de ser humano “perfecto” o “conveniente y adecuado”, sino que para Dios todos los seres humanos tienen la misma dignidad y derechos.

5º. La concepción fruto de una violación o incesto se realiza en un contexto de pecado y agresión contra la mujer. Entendemos el dolor, la indignación y hasta la impotencia que puede causar un hecho como este. Se ve agravada esta circunstancia cuando la víctima es una mujer menor de edad. Sin embargo, conocemos de la misericordia de Dios y conocemos de cómo muchos hombres y mujeres nacidos de estas circunstancias han glorificado a su Creador. Conocemos historias que indican que “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rom 5:20).

Además, creemos que esta vida tiene los mismos derechos que hemos enunciado para los demás casos, defendemos su derecho a existir hasta el final.

6º. En cuanto a si los cristianos queremos imponer nuestro punto de vista a toda la sociedad, queremos manifestar que la fe cristiana no es una fe para vivirla en un aposento, a solas. Los valores cristianos fundamentados en la Biblia fueron formulados por nuestro Creador, que nos conoce y sabe quiénes somos. Por esto, con humildad pero con determinación, tenemos la obligación de tratar de influir en una sociedad como la dominicana mediante las leyes, de modo que como nación podamos vivir más de acuerdo a los parámetros de Dios.


Finalmente, recordamos lo que dice el escudo de la nación: “Conocerán la verdad y la verdad les hará libres”. Esa verdad está en la Palabra revelada y aunque tenemos libertad para ir en una dirección contraria, no podemos obviarla.

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