No se puede servir a dos señores
Milton Tejada C.
Me pregunto: qué nos aleja de nuestro Dios? Al abrir el libro de Jueces en su capítulo 1 y 2 tengo inmediatamente una respuesta: nuestra tendencia a pactar con el mundo, nuestra tendencia a acomodar las circunstancias sin tomar en cuenta los propósitos y mandatos de Jehová.
El pueblo de Dios se presta a la conquista de la tierra prometida. El León de Judá tiene la primicia, la delantera, el primer paso, arroja a los habitantes originarios. Sin embargo, a partir del versículo 21 del capítulo 1 de los Jueces se nos cuenta una historia que parece "agradable": que capacidad de convivencia tenían los israelitas, no expulsan a los habitantes sino que "lo hacen tributarios"!
1:28-29: Efraín hizo al cananeo tributario, pero no lo arrojó.
1:30: Zabulón hizo al cananeo tributario, pero no lo arrojó. arrojó
1:31. Aser tampoco arrojó a los cananeos y habitó en medio de ellos.
1:33. Neftalí tampoco arrojó a los cananeos y los hizo tributarios.
1:34. Cuando la casa de José cobró fuerza, los hizo tributarios.
Una y otra vez... habitaron, convivieron.
Sin embargo, el significado de una acción aparentemente política me viene dada en el capítulo 2 de los Jueces. Jueces 2:1-5: "El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo les saqué de Egipto, y les introduje en la tierra de la cual había jurado a sus padres, diciendo: no invalidaré jamás mi pacto con ustedes, con tal que ustedes no hagan pacto con los moradores de esta tierra, cuyos altares han de derribar; pero ustedes no han atendido a mi voz. Por qué han hecho esto?
Por tanto, yo también digo: no los echaré delante de ustedes, sino que serán azotes para sus costados, y sus dioses les serán de tropezadero".
Así era la cosa entonces, así es ahora. Este pasaje nos indica que el pacto de Dios con su pueblo tenía una condicionante: no harán pacto con los moradores de la tierra a conquistar, no permitirán sus dioses en medio de ellos. Dios pide exclusividad. Y retribuye grandemente a quien se la otorga. Simple, directo, sencillo, pero qué difícil fue para Israel, el cual desobedeció esta condicionante.
Dos consecuencias inmediatas de la desobediencia del pueblo: 1. Los cananeos serían un "azote en sus costados". Una molestia, un motivo de inquietud, de desorden, de miedo, de luchas que pudieron evitarse. Y dos: los dioses de los cananeos serían motivo de tropiezo para el caminar espiritual de Israel.
SI PACTAS CON DIOS NO PUEDES PACTAR CON EL MUNDO.
Muchos cristianos creen que es posible convivir con los dioses de este mundo. Pactan.
Por ejemplo, leí hace unos días una expresión de una periodista cristiana en la que afirma que las iglesias tienen muchas cosas más importantes que ocuparse que del tema de la homosexualidad (que no es orgullo, sino pecado), que las preferencias sexuales es un tema de cada uno. Esta periodista pretende establecer a Jesús y a su Iglesia la agenda de las cosas importantes.
Cuántas veces pactamos guardando silencio! Cierto, cada uno tiene la posibilidad de hacer elecciones, pero unas serán gratas a Dios y otras serán contra sus mandamientos, su Palabra.
No puedo llamar delito a la homosexualidad, incluso puede que socialmente, jurídicamente, sea una opción, pero no lo es bíblicamente.
No puedo pensar que se es cristiano y a la vez se es indiferente ante las estructuras injustas de nuestra sociedad, de nuestra economía, que organiza la vida para que muchos la pasen mal.
No puedo asumirme como empresario y como cristiano y mis ganancias hacerlas sobre la base de la inequidad con mis trabajadores.
La vida cristiana tiene consecuencias. No son tus obras las que te salvan, es la Gracia de Dios, tu aceptación de Jesús como tu salvador, pero si aceptas a Jesús como salvador, entonces aceptas vivir de acuerdo a sus parámetros. Hasta que esto no es una decisión PARA LA TOTALIDAD DE TU VIDA, tendrás como los israelitas, una molestia en el costado y los dioses de este mundo te seguirán sirviendo de tropiezo.
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