miércoles, 24 de julio de 2013

Del Pastor / Lucha de religiones?



EL PAPA EN BRASIL: AL RESCATE DEL CATOLICISMO
¿Lucha de religiones?

Pastor Rafael Montalvo

Tradicionalmente el catolicismo ha tenido en América Latina una fortaleza. Sin embargo desde hace años ha ido experimentando un gran descenso. Y nuestros pueblos se han ido tornando cada vez más evangélicos. ¿Están ganando los evangélicos? ¿Están perdiendo los católicos? ¿Viene el Papa al rescate del espacio perdido?

Quienes tienen esta óptica no entienden o ignoran:


  1. Que el Reino de Cristo NO es de este mundo.
  2. Que los cristianos NO estamos en una lucha de poder y espacios terrenales.
  3. Que nuestra principal misión es extender el Reino de Dios a través de la predicación del Evangelio y el discipulado de los creyentes.
  4. Que al fin y al cabo todo pasará. Todos los reinos terminarán. Todo acabará. Pasaremos a una eternidad. Y SOLO aquellos que hayan tenido una relación con Dios a través de Jesucristo, que hayan nacido de nuevo, que se hayan arrepentido de sus pecados, puesto su fe en Jesucristo como único Salvador, perseverando hasta el fin, VIVIRÁN POR SIEMPRE CON DIOS. Los demás serán excluidos PARA SIEMPRE de Su presencia.
  5. Que nuestra lucha no es para una religión prevalezca sino para que las personas conozcan la verdad y sean verdaderamente libres, experimentando el gozo de la Vida Eterna y la Vida Abundante que Jesucristo ofrece.
  6. Que ahora podemos tener gloria y poder humanos por algunos años, pero la verdadera gloria es la que nos espera.


Por tanto, sigamos haciendo lo que siempre hemos hecho: predicando el Evangelio, discipulando a los creyentes, viviendo vidas santas, haciendo buenas obras, amándonos los unos a los otros y siendo instrumentos de Dios en esta tierra.
¡No nos distraigamos!

lunes, 8 de julio de 2013

Del Pastor / Ante la delincuencia

Sólo Dios puede cambiar corazones y mentes
Mantener la paz es responsabilidad del gobierno como instrumento de Dios, pero también es una responsabilidad nuestra como Iglesia y representantes de Dios aquí en la tierra…

Pastor Rafael Montalvo

¡Es increíble el nivel de inseguridad que estamos viviendo!
En días pasados fui a pie a una tienda cerca de mi casa a comprar algo. Y me sorprendí a mí mismo tomando varias medidas de precauciones frente a un posible atraco.
Cada vehículo resultaba sospechoso. Cada persona era un posible delincuente. Cada motor que se avecinaba (delivery de los colmados) era una posible amenaza.
¡Cómo hemos perdido la ingenuidad, la paz social y la seguridad en nuestras naciones! ¡Cómo se ha multiplicado la maldad! ¡Cómo ha crecido la creatividad para el mal!
Sabemos que hay muchas alternativas para combatir la delincuencia. ¡Pero SOLO Dios puede cambiar la mente y el corazón! ¡SOLO Dios puede cambiar la atmósfera de una nación!
La Iglesia está llamada a orar y predicar. Clamemos a Dios por la paz de nuestras ciudades. Intercedamos por nuestra nación.
Prediquemos el Evangelio que Dios nos ha encomendado. Pues mientras más personas vengan al conocimiento de la Verdad, más personas saldrán de una vida de pecado y maldad. Tendremos menos presos en las cárceles, menos violencia intrafamiliar, menos atracos, menos delincuencia.
¡Cristo es el ÚNICO que puede cambiar la mente y el corazón!
Mantener la paz es responsabilidad del gobierno como instrumento de Dios, pero también es una responsabilidad nuestra como Iglesia y representantes de Dios aquí en la tierra, ¡orando, predicando y discipulando!
¡Manos a la obra!

¡Qué Dios bendiga nuestra nación! ¡Qué Dios bendiga la República Dominicana!

viernes, 5 de julio de 2013

Del Pastor / Ante el embajador de EEUU



EL EMBAJADOR HOMOSEXUAL DE LOS ESTADOS UNIDOS
La designación del embajador de los Estados Unidos en República Dominicana ha desatado una gran controversia, por su condición de homosexual y activista homosexual.

  • Creemos que todas las personas tienen derecho a tomar sus decisiones, incluso la de ser homosexual. También creemos que toda decisión traerá sus propias consecuencias. “Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare eso también cosechará”. Gal.6:7
  • Creemos que los gobiernos tienen derecho a enviar al embajador que ellos consideren que mejor les represente.
  • Creemos que los gobiernos tienen derecho de recibir o rechazar a los representantes enviados.
  • Creemos que es muy difícil que naciones pequeñas y dependientes se enfrenten a naciones grandes.
  • Creemos que hay un deterioro moral y espiritual en el mundo entero.
  • Creemos que hay un movimiento antivalores, anticristiano y antimoral, espiritualmente demoníaco, que está siendo dirigido por fuerzas infernales, tratando de influir en los diferentes estratos de la sociedad.
  • Creemos que no es lo mismo ser homosexual, adultero, corrupto, drogadicto, etc. que ser un promotor de esas conductas.
  • Creemos que como cristianos podemos (y debemos) orar y reprender contra el avance de las obras de las tinieblas. Dios puede cambiar todas las cosas
  • Creemos que debemos levantar la voz contra todos los males, injusticias y pecados de nuestra sociedad.


¡Somos llamados a ser luz en este mundo! ¡Alumbremos, prediquemos el Evangelio y vivamos vidas santas!
¡Qué Dios bendiga nuestra nación! ¡Qué Dios bendiga a la República Dominicana!

martes, 2 de julio de 2013

Para líderes / No hay una sola manera de hacer las cosas



Contra la intolerancia

Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue, y se lo prohibimos, porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis, porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda hablar mal de mí.
Marcos 9.38–39

Observe los detalles del testimonio de Juan. Los discípulos se habían encontrado con una persona que también estaba ministrando a los endemoniados. Quizás sería una de las incontables personas que habían sido tocadas por el ministerio de Cristo. Restaurado por la gracia de Dios, estaba dedicando su tiempo a ministrar a los que vivían bajo opresión y tormento. Al verlo, en seguida intervinieron para impedirle que siguiera haciendo ese trabajo. ¿Cuál era el criterio que usaron para censurar el ministerio que realizaba? ¡Que no era parte del grupo selecto de hombres que seguían a Cristo! No demostraron interés por examinar los frutos de su ministerio, ni tampoco en determinar si genuinamente estaba obrando en el poder y la gracia del Espíritu Santo. Descartaron lo que hacía porque no estaba con ellos, y si no estaba con ellos ¡evidentemente no podía ser de Dios lo que estaba haciendo!

Este pequeño incidente revela una de las más persistentes tendencias en nosotros, que es la de creer que solamente hay una forma aceptable de hacer las cosas: ¡la nuestra! Esta postura es la que da origen a la mayoría de los conflictos dentro de la iglesia. Revela cuán propensos somos a creer que nuestra manera de hacer las cosas es la única válida; que el ministerio en el cual estamos invirtiendo tiempo es el único ministerio que realmente importa.

Precisamente por esta actitud hemos sido visitados con frecuencia, en nuestras congregaciones, por personas enamoradas de sus propios proyectos. Unos tienen pasión por misiones e intentan convencernos de que todos los que no estamos involucrados en esto no estamos en el centro de la voluntad de Dios. Otros tienen carga por los judíos; buscan la forma de demostrar que el ministerio a los israelitas es la prioridad del pueblo de Dios. Otros tienen pasión por la evangelización; nos hacen sentir culpables porque no compartimos las buenas nuevas con al menos una persona por día. Cada uno de ellos promociona lo suyo y, sutilmente, desprecia lo que están haciendo los demás.

Cristo quiso enseñarles a los discípulos que el reino es mucho más grande de lo que nosotros entendemos. Dios está trabajando de muchas maneras diferentes, por medio de muchas personas diferentes, en muchos proyectos que son importantes para sus propósitos. Desea que sus hijos cultiven una perspectiva más generosa hacia otros que también están sirviendo, aunque lo hagan de forma completamente diferente a la nuestra. La validez de un ministerio lo determina el Señor, no nuestra perspectiva de las cosas.

Para pensar:

¡Gracias a Dios que no todos trabajan en lo que nosotros trabajamos, ni tienen las mismas convicciones! Esto es parte de la maravillosa experiencia de ser miembros del cuerpo de Cristo, con sus multifacéticas expresiones y funciones. Cultive el hábito de orar y promocionar el ministerio de otros que trabajan en proyectos diferentes al suyo.


Tomado de: Alza tus ojos - Encuentros diarios del líder con Dios, de Christopher Shaw


lunes, 1 de julio de 2013

Desde la fe / El precio del éxito

 El precio del éxito


Donde no hay bueyes, el pesebre está limpio;
pero mucho rendimiento se obtiene por la fuerza del buey.
Proverbios 14.4 (LBLA)

Este proverbio nos invita a hacer dos reflexiones importantes. En primer lugar, existe en todos nosotros una tendencia a darle prioridad en nuestras vidas a cosas que son secundarias. En este caso, el autor de Proverbios escoge el tema de la limpieza. Nadie en su sano juicio va a argumentar que es saludable vivir rodeado de suciedad, en condiciones poco higiénicas; pero he conocido muchas personas para las cuales la limpieza es una obsesión. Están dispuestas a pelearse con otros para defender e imponer condiciones de extrema higiene en su vida cotidiana, aunque estas sean innecesarias.

Podríamos trasladar esta obsesión a otros aspectos de la vida. Considere el tema de la puntualidad. Es importante ser puntual y mostrar respeto por el tiempo de los demás. Pero la persona obsesionada con el reloj insiste en la puntualidad aun cuando está de vacaciones y no existe horario alguno. O piense en la tendencia del perfeccionista. Para esta persona es inaceptable que un proyecto contenga imperfecciones. Creemos que es importante hacer todo con un grado de excelencia. Pero el perfeccionista no puede quedar satisfecho con algo menos que perfecto, aunque sea en una cosa insignificante.

En todo esto vemos lo propensos que somos, como seres humanos, a construir nuestras vidas alrededor de valores que tienen poca importancia en la dimensión espiritual de nuestra existencia. El desafío, entonces, es no dejar que este tipo de obsesiones dominen y controlen nuestra existencia.

El autor de Proverbios, sin embargo, nos está llevando a una segunda reflexión: Todo logro en esta vida trae consigo ciertos aspectos desagradables. No es posible alcanzar el éxito en un proyecto difícil si no estamos dispuestos a algunos sacrificios.
En el ejemplo que nos presenta el versículo de hoy la ilustración es clara: el buey es un animal indispensable para ayudar en las tareas del campo. Con el uso del buey el campesino puede avanzar mucho más en sus tareas que si tuviera que hacerlas solo. Pero cuando lleva al buey al pesebre, por la noche deja sus desechos en el piso. Es el precio de tener un buey. De la misma manera, quien desea alcanzar ciertas metas en esta vida, debe estar dispuesto a acarrear los costos que dicha conquista trae. ¿Quiere que la iglesia crezca? Debe estar dispuesto a que se llene de personas que no tendrán el comportamiento prolijo de los evangélicos. ¿Quiere ayudar a los pobres? Deberá estar dispuesto a caminar por el barro, y beber agua contaminada. ¿Quiere formar discípulos? Debe estar dispuesto a aguantar las inmadureces y necedades de ellos. Cada proyecto tiene sus aspectos desagradables. No pueden ser evitados. Nosotros debemos estar dispuestos a pagar el precio necesario para lograr el éxito.

Para pensar:

¿Qué cosas pueden estar ocupando un lugar más importante en su vida de lo que deben ocupar? ¿Cuál es el precio que debe pagar para crecer en los proyectos que tiene en este momento? ¿Qué pasos debe tomar para seguir avanzando hacia el éxito?

Tomado de: Alza tus ojos - Encuentros diarios del líder con Dios, de Christopher Shaw