domingo, 15 de enero de 2023

La consejería y sus pasos

 EL PROCESO DE LA CONSEJERÍA

Esta reflexión es de hace unos meses, fruto de una lectura que, lamentablemente, no escribí la referencia (lo cual suelo hacer). La comparto porque puede serte útil en el entender la importancia de la ayuda y el proceso de la consejería como forma de ayuda.

¿Necesita realmente la gente ayuda? La respuesta desde la perspectiva de la creación, la caída y la redención es un rotundo SÍ. Cada uno de nosotros necesita ayuda y cada uno de nosotros está llamado a ofrecerla.

Una de estas vías es la CONSEJERÍA, uno de cuyos objetivos es que la verdad de Dios penetre en la vida de las personas y en sus relaciones.

El consejero ha de ser capaz de hacer una aplicación concreta (es decir, para cada caso) de las Escrituras.

El proceso de consejería tiene cuatro pasos o fases importantes:

1º. Bienvenida. En este paso buscamos establecer una relación de confianza y entendimiento con el aconsejado(a), fortalecerla si existe previamente, darle la seguridad de la confidencialidad que requiera, al ismo tiempo que se busca centrar nuestra esperanza en Dios y su Palabra.

2º. Comprender o conocimiento. Es establecer que es lo importante, comprender a la persona y su situación específica, iniciar un proceso de entender emociones, conocimientos y conductas, ya que la consejería tiene como propósito aplicar la Palabra de Dios de modo específico.

3º. Confrontar y consolar. Ayudar a los aconsejados a verse bíblicamente a sí mismos y a abrazar las promesas de Dios, así como inclinarlos a la obediencia a la Palabra de Dios, a entender su caminar como un proceso. Debido al engaño del pecado, todos necesitamos en algún momento ser confrontados. Necesitamos que nos digan “la verdad en amor” y, del mismo modo, llevar consuelo y aliento, esperanza. El cambio es posible en Jesús.

4º. Acción-compromiso. Ayudar al aconsejado(a) a aplicar las verdades aprendidas acerca de sí mismo, de Dios, de los demás, de sus relaciones (y de la relación específica que es objeto de la consejería). En ocasiones, implica nuevos hábitos. La comprensión es importante, pero insuficiente. Es necesario que el resultado apunte a “estar enteramente preparados para la buena obra”.