sábado, 11 de marzo de 2023

El Dios de lo imposible

 DIOS NOS MANDA COSAS IMPOSIBLES

ME BASTA CONQUE HOY TE QUEDE CLARA ESTA PALABRA:

CUANDO TE ENTERAS DE QUE NO PUEDES, ENTONCES COMIENZAS A PEDIR A DIOS QUE HAGA LO IMPOSIBLE.

Somos incapaces y no tenemos la habilidad ni el poder para hacer cosas imposibles. A veces nos cuesta reconocerlo, pero Dios te pide que reconozca que para ti no es posible, que eres incapaz, que no tienes poder, para que entonces reconozca que EL es el Dios de lo imposible.

  • El Señor mandó a Moisés a abrir el Mar Rojo (Éxodo 14:16).
  • Mandó a Josué a conquistar la ciudad de Jericó con gritos y al son de trompetas (Josué 6).
  • Pidió a Débora que junto a Barack enfrentara un ejército muy superior al de Israel y que lo venciera;
  • Pidió a Abraham estar seguro de que su descendencia se multiplicaría de tal manera que no se podría contar (Genésis 16:10).
  • Dios ordenó a Eliseo actuar en tres casos imposibles: la viuda y las vasijas de aceite; los ancianos que no tenían hijos, y el caso de Naamán.
  • Jesús dijo al hombre paralítico, “Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa” (Mateo 9:6).

Muchos milagros.

Muchas intervenciones extraordinarias de Dios en el Antiguo y en el Nuevo Testamento

En todas, un hombre, una mujer, uno de nosotros, actuó en nombre de Dios, con la autoridad de Dios.

Sin embargo, en todos los casos el ser humano no puso su fe en si mismo, sino en Dios y en su Poder. En su interior Moisés, Josué, Daniel, Pedro, Pablo, José, Débora, Sarah, el paralítico, el ciego, el publicano, el leproso… se decían en su interior: “Señor… sé que no puedo”.

Dios quiere que entiendas, que entendamos, nuestra incapacidad.

Dios no quiere que nos creamos autosuficientes ni capaces de hacerlo.

La única esperanza radical, profunda, para nosotros se encuentra en el Señor Jesucristo y su Espíritu Santo.

Hasta el día de hoy, muchos siguen creyendo que, de alguna manera, el hombre es capaz de seguir los mandatos de Dios por su propio esfuerzo y por consiguiente, predican una doctrina de salvación por méritos humanos.

Es una pretensión arrogante: pensar que podemos salvarnos por nuestros propios medios y esfuerzos. Es absurdo creer que, por nuestra fuerza y habilidad, podemos lograr lo imposible.

Estamos llamados a una lógica distinta a la de este mundo. La lógica de Dios es distinta.

Y para hacer posibles las cosas imposibles Dios utiliza hombres y mujeres como tú y como yo, como Gedeón a quien llama “varón esforzado y valiente” (Jueces 6:12), cuando en realidad estaba escondido porque Dios llama a las cosas que no son como si fueran.

Un Gedeón que escondía la cosecha; un Pedro cambiante y emotivo, un líder; un Moisés tartamudo, conduce a la liberación… Dios mira el potencial que ha puesto en ti…

No cuente contigo, hermano… cuenta con la ayuda de Dios.

Clama a Dios. Saca tiempo para orar y ayunar y verás la respuesta de Dios en tu vida.

Si hay cosas que están mal, remuévelas. Pon a Dios en primer lugar y con lo que tengas en las manos, verá la mano de Dios sobre tu vida… El accionar de Dios es diferente, su lógica es la de Señor, no la humana, es el Dios de lo imposible, créele a Dios y lánzate a hacer las cosas que Dios te ha llamado a hacer.

Dios dice al hombre: “Te amo tanto que he entregado a mi Hijo en la cruz para salvarte”. El amor no es cerebro: es corazón. El amor de Dios es la locura de la cruz

 

¿Qué razones tiene Dios para amarnos?

¡Ninguna!

Y, sin embargo, nos ama.

Nos ata a Él con cuerdas de amor. Nos ama hasta la muerte.

Las muchas aguas no pueden apagar el amor de Dios ni pueden ahogarlo los ríos.

 

Aunque diéramos todo lo que poseemos a cambio del amor de Dios, nos encontraríamos con el desprecio más absoluto por su parte.

Dios no vende su amor: lo regala.

Su amor no entiende de razones, no acepta argumentos cerebrales. Ama porque ama, porque su naturaleza es amar.

ES SU AMOR POR NOSOTROS EL QUE HACE QUE LO IMPOSIBLE SEA POSIBLE.

Ahora, en este momento, ora por los imposibles de tu vida, aquellos que son solo posibles para Dios.

Esta hora es la hora nuestra, la hora de los locos que decimos: Dios quiere usarnos para hacer lo imposible. Con su poder, con su autoridad podemos lo imposible (por nuestras fuerzas no podemos nada, o mejor dicho: podemos hundirnos, como Pedro).

Lucas 18:27 nos lo dice:

Y Jesús respondió: Lo imposible para los hombres, es posible para Dios.

Grata vida para todos y que Dios te bendiga.

 

 

domingo, 15 de enero de 2023

La consejería y sus pasos

 EL PROCESO DE LA CONSEJERÍA

Esta reflexión es de hace unos meses, fruto de una lectura que, lamentablemente, no escribí la referencia (lo cual suelo hacer). La comparto porque puede serte útil en el entender la importancia de la ayuda y el proceso de la consejería como forma de ayuda.

¿Necesita realmente la gente ayuda? La respuesta desde la perspectiva de la creación, la caída y la redención es un rotundo SÍ. Cada uno de nosotros necesita ayuda y cada uno de nosotros está llamado a ofrecerla.

Una de estas vías es la CONSEJERÍA, uno de cuyos objetivos es que la verdad de Dios penetre en la vida de las personas y en sus relaciones.

El consejero ha de ser capaz de hacer una aplicación concreta (es decir, para cada caso) de las Escrituras.

El proceso de consejería tiene cuatro pasos o fases importantes:

1º. Bienvenida. En este paso buscamos establecer una relación de confianza y entendimiento con el aconsejado(a), fortalecerla si existe previamente, darle la seguridad de la confidencialidad que requiera, al ismo tiempo que se busca centrar nuestra esperanza en Dios y su Palabra.

2º. Comprender o conocimiento. Es establecer que es lo importante, comprender a la persona y su situación específica, iniciar un proceso de entender emociones, conocimientos y conductas, ya que la consejería tiene como propósito aplicar la Palabra de Dios de modo específico.

3º. Confrontar y consolar. Ayudar a los aconsejados a verse bíblicamente a sí mismos y a abrazar las promesas de Dios, así como inclinarlos a la obediencia a la Palabra de Dios, a entender su caminar como un proceso. Debido al engaño del pecado, todos necesitamos en algún momento ser confrontados. Necesitamos que nos digan “la verdad en amor” y, del mismo modo, llevar consuelo y aliento, esperanza. El cambio es posible en Jesús.

4º. Acción-compromiso. Ayudar al aconsejado(a) a aplicar las verdades aprendidas acerca de sí mismo, de Dios, de los demás, de sus relaciones (y de la relación específica que es objeto de la consejería). En ocasiones, implica nuevos hábitos. La comprensión es importante, pero insuficiente. Es necesario que el resultado apunte a “estar enteramente preparados para la buena obra”.