viernes, 12 de enero de 2018

Nehemías y el liderazgo

Subrayando / Nehemías:
Siete piedras de construcción para líderes
No puedo pensar de un mejor modelo de liderazgo que Nehemías. Una vez tomé asiento y miré por sobre el hombro de Nehemías por un par de horas, revisando las cosas que este antiguo líder judío anotó mientras reconstruía el muro que rodeaba a Jerusalén. Al leer, se me ocurrió que su diario es una compilación de nociones de liderazgo. Los primeros seis capítulos de Nehemías deben ser lectura exigida cada año para todos los líderes, así como también para los que desean serlo.

En su libro hallé siete destrezas esenciales que los líderes cristianos de hoy pueden usar como piedras sobre las cuales construir su propia estrategia de liderazgo.

La primera piedra de cimiento es una pasión por el proyecto. La pasión incluye visión, entusiasmo, empuje, determinación, sueños creativos e ideas innovadoras. Los líderes con pasión pueden captar el cuadro en grande sin enredarse o preocuparse por todos los detalles. Nehemías casi ni podía dormir al imaginarse logrando el objetivo de Dios. Su pasión se salía del gráfico.

La segunda piedra de construcción es la capacidad de motivar a otros. Llevarse bien con otros es una parte esencial de liderazgo. Esto incluye habilidades tales como verbalizar ideas, sueños y preocupaciones; articular metas en forma sucinta y sencilla; y demostrar fortaleza organizacional y energía sin límites. Los líderes que motivan, inspiran a otros hacer lo mejor. Con rapidez afirman y otorgan crédito a quien se lo merece. Nehemías fue fuerte en todos estos puntos.

La tercera piedra es una confianza indeclinable en Dios. El diario de Nehemías está lleno de oraciones: silenciosas, breves, específicas. Él nunca dejó de recordarle al pueblo la presencia y protección del Señor. Los líderes que son genuinamente creyentes consistentemente dirigen la atención de otros a la Fuente de fortaleza; a Aquel que puede lograr lo imposible, el Proveedor asombroso. Su confianza en Dios no vacila. Su fe es contagiosa. Mientras que ocasionalmente pueden dudar de su propia capacidad, no dudan de la consagración invencible de Dios a su obra.

Perseverancia y paciencia ante la oposición marca la cuarta piedra. Nehemías lo soportó todo: sarcasmo, suspicacia, chismes, mofas, amenazas, notas anónimas, cartas abiertas, falsas acusaciones; y mucho más. Nada de eso lo amilanó. Ningún líder puede sobrevivir si no puede ser paciente y perseverante ante la crítica. Es importante ser firme en propósito sin volverse cascarrabias, vengativo o cruel. El enojo expresado por la razón correcta en el momento correcto es apropiado y saludable, pero guardar rencores no lo es.

La quinta piedra que poner en su lugar es una noción práctica, equilibrada de la realidad. En tanto que el líder puede tener sueños e ideas, no vive en un mundo ilusorio con su mente fija en el ideal. Los datos reales, la evidencia firme, están en su enfoque claro. Cuando Nehemías empezó su discurso de apertura, era obvio que él no era para nada un porrista con la cabeza llena de humo: “Ustedes ven el mal en que estamos” (Nehemías 2:17). Les dijo a los obreros que perseveraran en su trabajo, pero con sabiduría colocó a otros para proteger del ataque al muro. Astuto, discernidor, firme; actuó sin reaccionar en forma exagerada. Expresó gracia y sin embargo se mantuvo firme sin doblegarse. Los buenos líderes mantienen ese equilibrio necesario entre ser positivo y darse cuenta de lo negativo.

La sexta es una disposición a trabajar duro y mantenerse sin egoísmo. Todos los líderes creyentes tienen por lo menos algo en común: diligencia. También saben el valor de cerrar por el día (diligencia y adicción al trabajo no son sinónimos). Debido a su arduo trabajo, Nehemías fue nombrado “gobernador de la tierra de Judá” (Nehemías 5:14) incluso antes de que el muro quede terminado. Aceptó su nombramiento con humildad, rehusando tratamiento especial y estando dispuesto a sacrificarse por el bien del pueblo. Nehemías dictó un cursillo sobre liderazgo servidor.

Finalmente, los líderes deben tener la disciplina para terminar el trabajo. Los buenos líderes terminan las cosas. Saben cómo concentrarse en lo esencial sin permitir que detalles perfeccionistas interrumpan la marcha. Estoy seguro de que algunas de las piedras de Nehemías estuvieron un ápice torcidas y unas pocas de las junturas tal vez estaban algo sueltas. Tal vez una puerta o dos no estaban perfectamente a nivel, y sin duda alguna un par de bisagras chirriaban . . . pero él terminó la tarea. Misión cumplida. Fin. ¡Hecho!

Y cuando la tarea queda concluida, los buenos líderes celebran… ¡se divierten! En el caso de Nehemías, hicieron fiesta caminando sobre el muro, marchando, cantando y gritando; incluso invitaron a un par de coros cuyos “cánticos y alabanzas y acción de gracias a Dios” (Nehemías 12:46) se podían oír desde lejos. ¡Qué fiesta más grandiosa!

La demanda por líderes cristianos con carácter continúa. Ezequiel anotó el ruego de Dios por líderes que “se pongan en la brecha delante de mí por la tierra”, pero, trágicamente, “no lo halló” (Ezequiel 22:30). La búsqueda divina continúa hoy. Decidamos ser los hombres y mujeres que Dios está buscando para que se pongan en la brecha. Seamos los Nehemías de esta generación: líderes que logran que las cosas se hagan para la gloria de Dios, permaneciendo fuerte sobre las piedras de construcción del liderazgo.


(Tomado de Charles R. Swindoll, “7 Building Blocks for Leaders,” Insights (febrero 2007): 1, 3. Contribuido de: http://visionparavivir.org/ministerio/articulos/siete-piedras-construccion-lideres

domingo, 7 de enero de 2018

Con quién no casarse

¿Con quién no debería casarse un cristiano, una cristiana?

Prédica hecha por Andrés Corson basada en los artículos publicados por Lee Grady en la revista Charisma llamados: 10 hombres con los que las mujeres cristianas nunca deberían casarse y 8 mujeres con las que los hombres cristianos no deberían casarse.

Andrés Corson
1. Un cristiano, una cristiana no debería casarse con alguien que no ama a Dios. La Biblia dice en 2 Corintios 6:14: "No se asocien íntimamente con los que son incrédulos. ¿Cómo puede la justicia asociarse con la maldad? ¿Cómo puede la luz vivir con las tinieblas?".

2. Un cristiano, una cristiana no debería casarse con una persona mentirosa. El matrimonio se fundamenta sobre la confianza mutua. En Proverbios 20: 6 dice: “Muchos dicen ser amigos fieles, pero ¿quién encontrará uno realmente digno de confianza?”. Un hombre de palabra, que diga la verdad, no es fácil de encontrar, pero es un fundamento muy importante para un hogar.

3. Una mujer materialista: esta mujer empobrece a su esposo. Casarse con una mujer así es meterse en deudas.

4. Una cristiana no debe casarse con un play boy. Si planea casarse con un hombre que cree que tener relaciones sexuales sin casarse está bien, es muy probable que luego de casarse siga con esa vida sexual fuera del matrimonio.

5. Un cristiano no debe casarse con una diva. Se creen el centro del universo. Demandan de modo absurdo. No temen lastimar a nadie con tal de ser consideradas el centro del universo. Una verdadera líder cristiana es una persona humilde. Si no ves la humildad de Jesús en esa mujer, no te cases.

6. Una cristiana no debe casarse con alguien que evade sus responsabilidades. Por ejemplo, si él conoció a Jesús después de un divorcio y no cumple con su deber de sostener a los hijos de su otro matrimonio, ese hombre no conviene.

7. Un cristiano no debe casarse con Dalila. Una mujer seductora puede enceguecer a un hombre con sus encantos, puede romper su corazón y quitarle su unción. Si un joven cristiano sale con una joven cristiana que se viste de modo provocativo, que coquetea con otros hombres, que dice cosas indebidas, o que piensa que el sexo fuera del matrimonio está bien, ese joven debe romper con esa relación antes de quedar atrapado y perderlo todo, como le sucedió como a Sansón, que hasta sus ojos perdió.

8. Un cristiano, una cristiana, no debe casarse con un adicto. Muchos atados a los vicios lo niegan. No caiga bajo las terribles garras de la codependencia.

9. No debemos casarnos con la mujer rencillosa. En Proverbios 21:9 y 25:24: “Es mejor vivir sólo en un rincón de la azotea que en una casa preciosa con una esposa que busca pleitos” (en otras traducciones dice “rencillosa”, “pendenciera”). Otro versículo, Proverbios 21:19: “Es mejor vivir sólo en el desierto que con una esposa que se queja y busca pleitos” (o de mal genio). Y en Proverbios 27:15: “Una esposa que busca pleitos es tan molesta como una gotera continua en un día de lluvia”. No se casen con la mujer rencillosa.
A veces son rencillosas porque no han sanado los conflictos del pasado (las amarguras tienen que ser sanadas, los faltantes tienen que ser suplidos, los complejos, los argumentos o etiquetas que tienen en contra de los hombres, los celos, malgenio y otras herencias que tienen que ser sanadas).
Una mujer puede ser rencillosa o cantaletosa porque esperan que el esposo supla lo que solo Jesús puede suplir. Jesús le dijo a la samaritana: “Si bebes de esa agua volverás a tener sed, pero si bebes del agua que yo te daré no tendrás sed jamás” (Juan 4:13-14).
Otra razón por la cual una mujer puede ser cantaletosa es porque hay lucha de poder en la relación. La Biblia dice que Dios entregó al hombre el rol de cabeza del matrimonio (1 Cor 11:3 y Efesios 5:23), pero la Biblia también dice que tanto el esposo como la esposa son herederos por igual de la Gracia de Dios (1 Pedro 3:7), y también dice que para que nuestras oraciones sean respondidas los dos tenemos que estar de acuerdo (Mateo 18:19).
Algunos esposos son acusados de no oír a sus esposas, otros son acusados de ser ellas las que mandan en sus casas (“la de los pantalones es la mujer”). Ninguno debe ser anulado. El hombre no debe anular a la mujer, no debe intimidarla, pero la mujer tampoco debe anular al hombre. Tiene que haber un punto de equilibrio.
En defensa del hombre acusado de no escuchar a sus esposas, recuerden que las perspectivas serán siempre diferentes, pero ningún punto de vista es mejor que el otro. Son diferentes y los dos son necesarios. Un hombre sabio oye el punto de vista de su esposo, pero a esa perspectiva añade la suya.

10. No debemos casarnos con personas controladoras: algunos hombres piensas que pueden convertir su matrimonio en una dictadura en donde se hace lo que él quiere. Algunas mujeres creen que pueden manipular para que se haga todo lo que ellas quieren. El matrimonio es una sociedad y solo funciona cuando se practica la sumisión mutua, como dice Efesio 5:21,22,25: “Sométanse unos a otros por reverencia a Cristo. Sométase cada una a su marido como al Señor… ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la Iglesia”. Es la sumisión mutua.

11. Las mujeres no deben casarse con el holgazán: un hombre que se queda todo el día en casa viendo televisión y jugando mientras la mujer trabaja para pagar las cuentas. 2 Tes 3:10 dice que “los que no están dispuestos a trabajar que tampoco coman”. El hombre que no trabaja no tiene derecho de casarse.

12. Las mujeres no deben casarse con un narcisista: un hombre obsesionado con su apariencia no va a estar dispuesto a sacrificarse por su esposa, nunca va a fijarse en ella porque él siempre se considerará el centro.

13. No debemos casarnos con los abusadores: hombres o mujeres que no controlan su mal genio, su ira. Personas violentas con su boca y su cuerpo. No justifique la violencia, el mal genio. Esa persona tiene un problema. Es un campo minado que en cualquier momento puede explotar. Lo mejor es buscarse a un hombre manso.

14. No debemos casarnos con el “niño de mamá”, un hombre al que la mamá le hace todo. Por otro lado un hombre no debe casarse con la mujer que no ha cortado el cordón umbilical de su mamá. En Génesis 2:24: “El hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo”.
Mucho cuidado con ese hombre con más de 35 años que todavía vive con su mamita y la mamita le cocina, le plancha la ropa, le limpia el cuarto… Hombres, mucho cuidado con la mujer que da seña de que va a traer a la mamá a vivir a su casa y no necesariamente de modo literal, sino que pone a la mamá en todo.

El mejor consejo para elegir esposa está el Proverbios 31:30 (NTV): Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza. Y el mejor consejo para las mujeres elegir esposo está en 2 Samuel 16:7: “No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente si fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón”.


Predicación del 26 Febrero de 2014 en el Auditorio de la Iglesia El Lugar de Su Presencia - Bogotá – Colombia - por Andrés Corson. Transcripción libre hecha por Milton Tejada C.


Contribuido de:
¿Con quién no debería casarse un cristiano? Ver: https://www.youtube.com/watch?v=Ux2iaYz-C2E