Cómo crecer en la vida de pareja
El
contexto:
A nivel nacional, más del 40% de los
matrimonios formales terminan en divorcio. Algunos consideran que en las
uniones consensuales, el porcentaje de separación es mayor. Estas cifras no
contemplan lo que llamo “divorcio emocional”: parejas que viven juntas, pero
que han perdido la capacidad de “ser juntos” con un horizonte común. Es decir,
al menos 4 de cada 10 hogares dominicanos es disfuncional. Es un desafío para
todos nosotros, para nuestro disfrute y para la salud emocional de muchos de
nuestros hijos.
Jarabacoa no es distinta. Un año de
referencia, el 2010: Se produjeron 418 matrimonios y 169 divorcios para un 40.4%.
Añadan ustedes a esto que, probablemente, hay quienes se casan en Jarabacoa
pero no se divorcian en Jarabacoa.
Pablo nos dice que “Ten en cuenta que en los últimos días
vendrán tiempos difíciles. 2 La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán
jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos,
impíos, 3 insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados,
enemigos de todo lo bueno, 4 traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos
del placer que de Dios. 5 Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá
el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!” (2 Timoteo 3:1-5).
Es difícil que una persona así forme
un hogar firme y lleno de amor. Y es la sociedad en que vivimos. Trabajar por
hogares firmes, por matrimonios llenos de amor, es una forma de trabajar por
enderezar esta torcida sociedad.
Hoy queremos compartir algunas claves
que nos han ayudado a alejar de nosotros la plaga del divorcio –habiendo
fracasado en nuestro primer matrimonio- y, sobre todo, que han hecho de nuestro
matrimonio una relación fundamentada en el Señor, que genera gozo, alegría,
compromiso y que nos da una perspectiva optimista de nuestras vidas, que nos han ayudado a crecer en la vida de
pareja.
Partamos del mandato fundamental de
Dios con relación al matrimonio, contenido en Génesis: “Dejará el hombre a su
padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne…”. No hay
ninguna otra relación que apunte a la exclusividad como esta. EL MATRIMONIO ES
UNA RELACIÓN EXCLUSIVA.
PRIMERA CLAVE. Fundamenten un hogar en que Dios sea el centro.
Toda la Biblia nos indica que Dios es
el único que realmente puede estar totalmente en control de nuestras vidas y
nuestro hogar, sin daño para nosotros. Él nos ama y nos ama con un amor
perfecto. Todo amor humano es imperfecto.
Es difícil con lo imperfecto que
somos que podamos edificar un hogar que agrade a Dios. Es por eso que el Salmo
127:1 nos dice que:
“Si
el Señor no edifica la casa,
en vano se esfuerzan los albañiles.
Si
el Señor no cuida la ciudad,
en vano hacen guardia los vigilantes”
(Salmo 127:1)
Esta es la clave más importante. Parte
de que tanto el hombre como la mujer tengan una relación personal con Dios. Y
en la medida que tu relación personal con Dios crece, te darás cuenta de que Él
sabe que es lo mejor para cada uno de nosotros y para nuestra relación.
Pongamos a Dios en el centro de
nuestro hogar. Recordemos lo que nos dice Jesús (Mateo 19:4-6):
—¿No
han leído —replicó Jesús— que en el
principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, y dijo: “Por eso dejará el
hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a
ser un solo cuerpo”? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que
Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.
Oren
en voz alta el uno por el otro. ¡Esta es una regla maravillosa! Arrodíllense
delante de Dios y pídanle que les permita sentir y expresar verdadero amor el
uno por el otro, perdón, fortaleza y sabiduría para la solución de sus
problemas.
SEGUNDA CLAVE. Están llamados a ser independientes y un círculo
cerrado
¡Independiente! Es una gran palabra.
Independiente en lo emocional.
Independiente en lo económico.
Independiente en sus proyectos,
visiones, sueños…
Dice la Palabra de Dios:
“Por
tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una
sola carne” (Génesis 2:24).
Y el
refrán expresa: “el que se casa, casa quiere”.
Las
parejas casadas o los que desean casarse deben dejar padre y madre y establecer
su propio hogar, aun cuando las condiciones económicas los obliguen a vivir en
una habitación.
¡Y el
matrimonio es un círculo cerrado! Como
un anillo de boda, cerrado.
Cosas
que atentan contra el círculo que es el amor:
·
"No cometerás
adulterio" (Exodo 20:4).
·
"El corazón de su
marido está en ella confiado... Le da ella bien y no mal todos los días de su
vida” (Proverbios 31:11, 12).
·
"Que te guarden de la
mala mujer... No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus
ojos. ¿Tomará el hombre fuego en su seno, sin que sus vestidos ardan? Así, el
que se llega a una mujer que no es la suya, no quedará impune" (Proverbios
6:24-29).
Defienda
el uno al otro y excluya estrictamente a todos los posibles entrometidos.
TERCERA CLAVE. Perdonar hasta 70 veces 7. Un aprendizaje difícil
Cuando dos
personas comparten toda su vida, cuando están juntas buena parte de cada día y
de la noche, es inevitable que surjan algunos roces. Más incluso: en ocasiones
a quienes más fácilmente herimos es a quienes tenemos más cerca.
Enfurruñarse,
amargarse, pensar mal del otro o atribuirle toda la culpa resulta insensato. No
sirve sino para crear más problemas, más disgustos y posiblemente hasta un
divorcio. Procure escuchar de verdad el punto de vista del otro. ¡No se
quede allí pensando en lo que usted va a decir! No piense
cómo va a contraatacar o a "desquitarse".
Si después de una
discusión familiar o de un desacuerdo serio con su pareja sobre alguna ofensa,
sea real o imaginaria, usted sigue enojado o molesto con el otro, ¿qué debe
hacer? Nuevamente, debe hacer lo que Dios siempre manda en esas situaciones:
¡perdonar al otro!
El perdón, para un
cristiano, no es una opción. La Palabra de Dios dice: “Si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano
tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar y ve,
reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y presenta tu ofrenda”
(Mt 5:23-24).
Jesucristo que es
nuestro máximo ejemplo dijo: "Padre, perdónalos, porque
no saben lo que hacen" (Lucas 23:34).
Si debemos
perdonar a todas las personas, ¿cuánto más debemos perdonar a nuestra
preciosa pareja que se ha convertido en nuestra propia carne y hueso?
No olvide jamás
estas palabras de Jesús: "Entonces
se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que
peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun
hasta setenta veces siete" (Mateo
18:21–22).
Nadie puede vivir con alegría si guarda adentro
ofensas y rencores, especialmente contra su pareja. Siendo así, aprenda, con la
ayuda de Dios, a perdonar a su cónyuge todos los días y
sigan adelante los dos, forjando una relación verdaderamente íntima y amorosa.
CUARTA CLAVE. Hombres, ustedes son la cabeza…
Mujeres Dios la llama a ser sujetas a sus maridos
HOMBRES
/ CABEZA
“El esposo es
cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y Salvador de la iglesia, la
cual es su cuerpo” (Efesios 523).
Ahora antes de que usted celebre ese versículo y
lo utilice como un pretexto para decir que en su casa se debe hacer todo como
usted diga, leamos bien algunos versículos que aparecen junto a este.
“Sométanse unos a otros en el temor de Dios” (Efesios 5:21).
“Maridos, amad
a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo
por ella” (Efesios 5:25).
Su función como cabeza significa que usted es
líder responsable ante Dios. Sin embargo, no es un liderazgo cualquiera.
Nuestro liderazgo se compara al de Jesús, quien fue un líder a través de su
servicio.
Como
cabeza es importante que usted tenga una dirección / Y esa dirección está en
manos de Dios
Prov 14:12 dice:
“Hay caminos
que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte”.
Tu esposa y tus hijos están esperando un hombre que pueda traer dirección y un sentido a toda la familia. No una dirección que sea la que usted piense, o que le convenga a usted. Sino un camino que sea de bendición y de salud a todos aquellos que están bajo su liderazgo en la casa.
El hombre sabio utiliza todos sus recursos
Gen 2:18:
«No es bueno
que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda idónea». Otra traducción dice: “adecuada”. ¡Tu esposa es
tu ayuda Idónea! Es de gran importancia que usted sepa utilizar bien los
recursos que Dios le puso a su lado en ella.
Reconoce que ella es diferente a ti. Ella tiene
dones y talentos que no son como los tuyo, pero los dones y talentos de ella te
complementan a ti.
MUJER
/ SUJECCION
1 Pedro 3:1-2
“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.”
“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.”
Efesios 5:22 ”Las casadas estén sujetas a sus propios
maridos, como al Señor.”
Si dices que eres sujeta al
Señor, esa misma sujeción debes mostrarla a tu esposo, sujetas como al Señor. La
sujeción tiene que ver con la actitud de tu corazón. Haces lo que debes hacer
con la actitud correcta, eso es sujeción.
Estamos llamadas a ser sujetas,
no solo obedientes, y Dios que conoce los corazones, si somos obedientes a El,
en Su tiempo veremos el fruto de nuestra sujeción.
Tito 2:3-5
QUINTA CLAVE. La relación con tu esposo/a es tu prioridad
¡La relación con tu esposa(o) es tu prioridad!
Además, dice la Palabra de Dios que el hombre dejará a su padre y a su
madre (dejará) y se unirá a su mujer (no dice que se unirá a sus amigos o a sus
hijos, a su mujer…).
Prioridad en esta relación significa que tienes que sacar tiempo para poder seguir nutriendo la
relación que tú y su esposa tienen. Un tiempo especial. La Biblia nos enseña
que tu verdadero ministerio se inicia en tu casa 1Tim 3:2-4, Tito 1:5-6.
No dé
por sentado el amor de tu pareja. Exprésalo o, por el contrario, la monotonía
destruirá tu matrimonio. Ocúpate de que el amor crezca o terminará muriendo y
separándose.
SEXTA CLAVE. El sexo es bueno… pero dentro el Plan de Dios
Cuando
pensamos en el sexo lo asociamos con algo que causa problemas en el matrimonio.
Sin embargo, aclaremos: El sexo es
bueno, PERO dentro del Plan de Dios.
Dice la
Palabra que Dios hizo al hombre con todos sus órganos y sentidos y El vio que
era bueno. El sexo fue hecho para:
Multiplicación (Génesis 1:28 “Y
los bendijo Dios, y les dijo: Fructifíquense y multiplíquense...”);
Compañerismo (No es bueno que el hombre esté solo), y Deleite (Eclesiastés
9:9 “Goza de la vida con la mujer que
amas todos los días de la vida...”).
Cada uno es
responsable de la satisfacción sexual de su pareja. Eres la única persona
asignada por Dios para hacerlo / 1 Corintios 7:2
“pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga
su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.” Si no lo haces, abres
una puerta al pecado. Leamos 1 Corintios 7:3,5
“El marido cumpla con la mujer el
deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido... No os neguéis el uno al
otro, a no por algún tiempo de mutuo consentimiento para ocuparos sosegadamente
en la oración; y volved a juntaros en uno para que no os tiente Satanás a causa
de vuestra incontinencia.”
SÉPTIMA CLAVE. Comunicación, comunicación y más comunicación
Todo
lo que hacemos es comunicación. Y la mayor parte de los matrimonios tienen
problemas en esta área. Simple y sencillamente es necesario comprender que el
otro es diferente, que tiene trasfondos diferentes… y aprender a comunicarnos.
Algunos elementos a tomar en cuenta:
·
Dedicar tiempo el uno al otro.
·
Habla por ti mismo
·
Comprender al otro
·
Escucha con atención
·
Esfuércense por hablarse bondadosamente
La
comunicación es un proceso. El tiempo,
la honestidad, la claridad, el respeto, la valorización y el amor de uno con el
otro, te ayudarán a ti y al resto de tu familia a desarrollar el arte de la
comunicación. La comunicación es una destreza que puede ser aprendida y
mejorada pera que lleva tiempo.
OCTAVA CLAVE. Nunca se retiren enojados a dormir
"No
se ponga el sol sobre vuestro enojo" (Efesios 4:26). "Confesaos
vuestras ofensas unos a otros" (Santiago 5:16). "Olvidando
ciertamente lo que queda atrás" (Filipenses 3:13). "Sed benignos unos
con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os
perdonó a vosotros en Cristo" (Efesios 4:32).
Permanecer
enojados el uno con el otro por ofensas pequeñas o grandes, es muy peligroso. A
menos que se resuelvan prontamente, aun los problemas más pequeños se arraigan
en la mente como convicciones y actitudes que afectarán adversamente toda su vida.
Por
eso Dios nos pide que eliminemos todo enojo antes de retirarnos a dormir. Sean
lo suficientemente nobles para perdonar y decir con sinceridad:
"Perdóname". Después de todo, nadie es perfecto. Reconozcan el error
cuando lo cometan. Además, reconciliarse es una experiencia muy agradable, y
tiene un poder extraordinario para mantener la unión matrimonial. ¡Dios lo
sugiere! Da resultado.
NOVENA CLAVE. Estén de acuerdo en que el divorcio no es la respuesta
"Lo
que Dios unió, no lo separe el hombre" (Mateo 19:6). "Cualquiera que
repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra,
adultera, y el que se casa con la repudiada, adultera" (Mateo 19:9).
"La mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive"
(Romanos 7:2).
La
Biblia es clara. Los lazos del matrimonio son indisolubles e indestructibles.
El divorcio es permisible únicamente en el caso de adulterio, pero aun en tal
caso no es obligatorio, sino sólo permitido. El perdón es siempre mejor que el
divorcio, aun en el caso de una caída moral. El matrimonio es para toda la
vida.