miércoles, 30 de marzo de 2016

Desde la cruz / Un llamado de esperanza

UNA DECLARACIÓN DE ESPERANZA

Palabras compartidas por mi esposa, Ana Ysabel Acosta,
el miércoles de semana santa, en Iglesia Cristiana.

"De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso"
Esta segunda frase, de las siete que Jesús dijo estando crucificado, quiero interpretarla esta noche como una declaración de esperanza.

Ciertamente para ese mismo día se tenía pautada la crucifixión de otros dos hombres junto con Jesús, uno fue crucificado a su derecha y otro a su izquierda.

De manera lógica se nos hace difícil pensar que estos dos hombres, ambos condenados tal vez por los mismos delitos y quizás con experiencias de vida muy similares, en el último momento de sus vidas tomaron decisiones tan contrarias.

Como nos enseña la palabra solo uno de ellos decidió dar un paso de fe que le permitió ver más allá de las circunstancias. En el momento más crítico de su vida, este hombre entendió que el único capaz de ayudarlo era ese que estaba a su lado, ese que parecía encontrarse en peor condición que él mismo. Así que dio el paso de fe y sus ojos espirituales fueron abiertos, pudo ver al Salvador, su única salida a la restauración y salvación.

Cuando Dios nos creó nos dio libre albedrío, en otras palabras, nos dio la potestad de decidir de qué lado preferimos estar, si a la izquierda o a la derecha del crucificado, si negándole o, por el contrario, clamando por su inmensa misericordia.

La muerte de Jesús nos permite visualizar, por el amor y la misericordia de Dios hacia la humanidad, dos puertas completamente abiertas para nosotros:

LA PRIMERA PUERTA: LA OPORTUNIDAD DE SER SALVOS:

Independientemente de que tantos hayamos pecado y del tiempo que tengamos en  ese pecado, Jesús es fiel y misericordioso y un genuino arrepentimiento nos conduce a obtener su perdón.

1 Juan 1.9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”

Lo que más me impresiona de este malhechor  es que creyó en Jesús con solo estar cerca de Él, sin escuchar promesas, sin ver milagros, sin manifestaciones de conocimiento o profecías. Solo recibió la revelación y tomó la decisión de arrepentirse y entregarse al Salvador sin haber visto y recibido algo antes.

Salmos 51:17(TLA) “Para ti, la mejor ofrenda es la humildad. Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente”.

¿Cuántos nos hemos rendido a Dios sin antes ver su poder?

¿Cuántos de nosotros nos dirigimos a Él sólo para pedir lo que necesitamos sin buscarle realmente de corazón?

Éste hombre crucificado al lado de Jesús, creyó de corazón, entendió el propósito de ese momento, comprendió que lo más importante era salvar su alma y llegar a la eternidad. Reconoció el poder de la cruz en el Justo crucificado a su lado.

La salvación es para todo el que la procure. Tenemos un Dios que es justo, sin importar el estrato social, nivel de educación, situación legal o  financiera, Jesús vino a este mundo por la salvación de toda la humanidad, más aún, vino especialmente por causa de aquellos que no le conocían. No dejes que sea demasiado tarde para procurar la tuya. 

Tito 2.11 “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres”.

Muchos piensan que vivirán hasta el final de sus días haciendo su propia voluntad, y que en los momentos finales de su vida tendrán la oportunidad de abrir su corazón al Señor y obtener salvación (quizás imitando a ese hombre que en sus últimos momentos de vida se arrepintió y recibió perdón). El problema con esto es que no sabemos cuándo ni cómo dejaremos este mundo y si nos dará tiempo.

Mateo 24.36 “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre”.

Dios no te pide que llenes una planilla o te anotes en una lista de espera para primero verificar si eres elegible. Si tu confesión es verdadera y tu arrepentimiento sincero su respuesta será inmediata, tu salvación es HOY, su protección, su amor, su gracia y misericordia sobre ti y sobre tu familia es HOY, o sea, en el mismo instante que decides abrir tu corazón y nacer de nuevo.

Juan 6:37. “Al que a mí viene, no le echo fuera”

SEGUNDA PUERTA: LA OPORTUNIDAD DE SER EL INSTRUMENTO QUE PERMITA A OTROS RECIBIR LA SALVACIÓN:

Una vez que obtenemos salvación recibimos gracia, sabiduría, autoridad, dones, y talentos para guiar a otros hacia la salvación.

Satanás acosó a Jesús hasta el último minuto de su vida en esta tierra. Era el enemigo quien usaba a los que se encontraban a los pies de la cruz de Jesús para burlarse e incluso al delincuente  que estaba a su lado, para tentar al Señor a retroceder en su propósito o a pensar que todo había sido en vano.
Y te pregunto para qué lo reflexiones:
¿Cuántas veces no nos hemos sentido tentados a desistir del propósito de Dios?

¿Cuántas veces no hemos sentido el deseo de alejarnos de personas que no aprecian lo que hacemos por ellas?

¿Cuántas veces somos presas del desánimo ante el pensamiento de que no podemos, de que no tenemos el talento para evangelizar?
Hoy quiero decirte que si perseveramos en la fe, el propósito de Dios se cumplirá en nosotros y en todas las personas que Él ha colocado a nuestro alrededor.

Romanos 10.14-15; “14¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”

APLICACIÓN

Finalmente ¿Qué NOS ENSEÑA ESTA SEGUNDA PALABRA DE JESUS EN LA CRUZ:

NOS ENSEÑA QUE:
1.      Jesús es el Señor de la GRACIA
2.      Jesús es el Salvador del mundo
3.      Jesús El Rey de Reyes y Señor de Señores
4.      Jesús es la única esperanza del pecador
5.      Jesús siempre responde a nuestro clamor
6.      Jesús cumple sus promesas
7.      Jesús es la solución para nosotros en los momentos difíciles, en los caminos sin salida, en medio de la desesperación, y hasta en la hora de la muerte.

En Jesús podemos confiar… (pero UN CONSEJO: No esperemos estar a punto de morir para buscarle)

La cruz de Cristo cumplió su propósito aquel día, lo sigue cumpliendo hoy y lo seguirá cumpliendo hasta que Cristo regrese!! Tú estás llamado a ser parte de ese propósito!


Dios les bendiga!

jueves, 17 de marzo de 2016

Vida / Librándose del estrés

Cinco maneras de librarse del estrés
JOYCE MEYER

Una vez que notamos que el estrés está tratando de evitar que experimentemos lo mejor de Dios en nuestras vidas, podemos empezar a realizar algunas elecciones para cambiar las cosas. Aquí le presento algunos pasos rápidos que puede dar el día de hoy para iniciarse en la lucha contra el estrés:

1. Busque apoyo social
Los estudios han demostrado que el aislamiento lleva a padecer niveles de estrés elevados. Como seres sociales, pasar tiempo con otras personas es una de las mejores maneras de aumentar nuestra perspectiva. Hay varios recursos sociales que trabajan de forma diferente, según el individuo. Aquí le sugiero algunos:
• La familia: pase tiempo con los miembros de su familia que le amen y lo apoyen. No los subestime.
• La iglesia: la iglesia local es donde se reúne la familia de Dios para adorarlo, aprender su Palabra y animarse unos a otros. Si no es miembro de una iglesia estable, basada en la Biblia, le animo a unirse a una a la cual pueda asistir.
• Grupos y clubes. Los grupos sociales de todo tipo: clubes literarios, de ejercicios, de estudios bíblicos, incluso los grupos de amigos que simplemente se reúnen para cenar una vez a la semana. Todos ayudan a reducir el estrés.
• Terapia: si no tiene nadie con quien hablar, dejar fluir sus emociones con la ayuda de un terapeuta puede ser de gran ayuda para reducir el estrés e incrementar la salud emocional en general. Le sugiero que se asegure de que se trata de una persona que conozca muy bien la Palabra de Dios, para que el Espíritu Santo, que es “el Consejero” dirija los consejos de esta persona hacia usted.

2. Practique la “terapia de dejar pasar”.
Algunas cosas en la vida las podemos controlar: el trabajo que escogemos, los amigos con los que compartimos, la cantidad de café que ingerimos, y la hora en que nos vamos a dormir. Pero otras cosas no las podemos controlar: lo que digan o hagan los demás, las fluctuaciones en la economía, el conductor grosero en la autopista.
La forma como reaccionemos ante las cosas que no podemos controlar muchas veces determinan nuestro nivel de estrés. Las personas que se alteran con frecuencia por cosas insignificantes se frustran fácilmente y se llenan de mucho estrés. Quienes dejan pasar esas cosas son mucho más felices.
Dejar pasar no significa que debemos ser indiferentes o que no nos debe importar lo que pase a nuestro alrededor, sino simplemente que reconocemos que no hay nada que podamos hacer en ese momento para cambiar la situación. Lo mejor que podemos hacer cuando las cosas están más allá de nuestro control es dejarlo pasar y confiar en que Dios hará que todas las cosas trabajen para nuestro bien (ver Ro. 8:28).

3. Encuentre su zona de comodidad… y quédese ahí.
Mi esposo Dave una vez hizo una de las cosas más sabias que he visto. Cuando trabajaba como ingeniero, le ofrecieron un ascenso que venía con un gran aumento de sueldo y mucho prestigio. Pero él lo rechazó. Al principio pensé que estaba cometiendo un grave error. ¿No nos vendría bien el dinero? ¿No quería que la gente de su compañía lo respetara como un superior?
Cuando se lo pregunté, Dave me dijo que había observado a los otros sujetos que habían ocupado ese cargo con anterioridad. Me dijo que viajaban muchísimo, y que constantemente les daban plazos irracionales, que los sumergían en un profundo estrés. Me dijo: “Joyce, no es así como quiero vivir”. Dave terminó escogiendo otro cargo que le permitía respetar sus valores más apreciados: su compromiso con la familia y su comodidad consigo mismo, en vez de perseguir lo que todos los demás perseguían.
Estoy convencida de que habría mucha más felicidad y menos estrés en el mundo si la gente se tomara el tiempo de conocerse a sí misma y su zona de confort, y permaneciera allí. Esto va más allá del sitio de trabajo. Si hay algo en su vida que le está robando el gozo o la salud, esa no es su zona de confort, salga de allí lo más rápido que pueda. Eliminar de su agenda todas las cosas que no están trayendo buenos frutos reducirá en gran medida su nivel de estrés y le permitirá disfrutar de las cosas en la que usted elija concentrarse.

4. Nutrición, suplementos probados, dieta saludable y ejercicio.
Lo que ponemos en nuestro cuerpo tiene un enorme impacto en nuestros niveles de estrés. La nutrición adecuada, los suplementos probados, y una dieta saludable en general, influyen enormemente en la forma como nos sentimos cada día. Lo animo a que de forma consciente realice una combinación bien balanceada de alimentos nutritivos y saludables, suplementos probados y vitaminas, que lo ayuden a combatir el estrés diario.
No puedo repetir lo suficiente la importancia que tiene hacer ejercicios de forma regular. Muchos creen que no tienen tiempo de ejercitarse, pero la verdad es que si no se toman el tiempo de hacerlo ahora, es probable que pierdan más tiempo visitando doctores y teniendo que permanecer inactivos e improductivos porque se sienten mal. ¡El ejercicio es una de las fuentes de energía más importantes que existen!

5. Programe tiempo para relajarse
Relajarse no es un acto egoísta o de gente floja. No es holgazanear. Es una manera de recargar las baterías desde el punto de vista físico, emocional y espiritual, lo que nos permite regresar al combate con las fuerzas renovadas. Logrará más y vivirá más tiempo y con mejor salud si se toma el tiempo de tratarse mejor.
Hay miles de formas de relajarse. Sea desconectándose con música, leyendo un buen libro, tomando un baño tibio a la luz de las velas, saliendo a caminar o realizando un deporte que nos guste, sabemos qué se siente estar relajados, y sabemos cuándo nos está ocurriendo. Lo animo a que haga de la relajación una parte de su vida diaria.
Si se ha sentido robado o engañado últimamente, si se ha preguntado ¿esto es lo que hay?, recuerde que una vida en Cristo se pone cada vez mejor. Proverbios 4:18 dice que “la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento (en brillo y claridad) hasta que el día es perfecto” (negritas añadidas).
¡Eso significa que Dios tiene grandes cosas para su vida! No importa cuán irritante, frustrante o estresante sea la situación que enfrenta el día de hoy, no permita que le roben su esperanza, o le disminuyan su gozo. Si confiamos en Dios y aprendemos a dejar ir todo el estrés que está tratando de refrenarnos, nos sorprenderemos de lo cuán mejor puede ser la vida.

Del libro Sobrecarga por Joyce Meyer. Casa Creación.