miércoles, 30 de julio de 2008

Desde la fe / El hombre y su mujer


El hombre y su mujer


Por Milton Tejada C.

Nuestro Dios es un Dios de orden. Un hombre cristiano tiene una disposición y busca las fuerzas para vivir una vida según el orden de Dios.
A veces es muestra del desorden las cosas que hacemos o decimos y que hieren a mi mujer. Si hago el ejercicio de escribirlas sobre una hoja de papel y la rompo en muchos pedacitos, me será difícil rehacer la hoja...
Quiero decirte algo: el corazón de una mujer no responde a nadie como responde a aquel hombre al que ella le dijo: te amo!
¿Qué has sembrado en el corazón de tu mujer?
En Efesios 5:23 se nos llama "cabeza" y se nos invita a entregar nuestras vidas por ellas, por nuestras esposas.
A veces, sin embargo, somos capaces de entregarnos por muchas cosas y lo que llega a nuestras casas es el bagazo. Invertimos como necios. Y es muy probable que si no inviertes en lla alguien lo hará.
Te aseguro, también, que nadie es capaz de hacerte tan feliz o desdichado como tu mujer.
Como hombre necesito atender y entender a mi mujer.
Dios sueña en grande para ti, sueña un futuro y una esperanza junto a tu mujer (Jer 29:11).
Me aseguras que eres un hombre de oración...
Quiero decirte que tus oraciones pueden encontrar un estorbo en la forma en que tú tratas a tu mujer. Nos dice 1 Ped 3:7: "De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes".
Quiero decirte que si en la relación conyugal hay un círculo dañino, le toca a la cabeza romper ese círculo vicioso. No prestar atención a sus disparates, sino a sus elementos de valor. No búsquemos sus errores. Suéltalos. Proponte edificar, sembrar... Preparate con paciencia. ¿Cuándo fue la última vez que te pusiste de rodillas para interceder por tu mujer?
Quiero decirte que Dios la creó para estar a tu lado, como tu ayuda idónea. Buscamos en otro lado lo que tenemos tan cerca. Nos conformamos con "chimichurris" en la calle cuando en casa tenemos un manjar.
Quiero decirte que si quieres que la intimidad con Dios sea plena, comienza con tu mujer. Ellas son las princesas de Dios.
Y tú eres un hombre que puede hacer la diferencia.

Milton Tejada C.
(809) 519-5584

Desde mi fe / Aceptado como eres

Aceptado como eres

"Yo he venido para que tengan vida y para que tengan en abundancia"

Ser aceptado es una búsqueda de todo ser humano. Tememos el rechazo. Jesús, conocedor de la naturaleza humana, nos acepta como somos. Para Dios tú eres valioso, unico, irrepetible. No puede haber vida en abundancia en donde hay rechazo. Asumir el rechazo es caer en las trampas del enemigo.

Milton Tejada C.
30 de Julio, 2008.